Este mes de julio Distrito Manga, el nuevo sello de manga de Penguin Random House, lanzaba una nueva remesa de primeros números de géneros variados entre los que se encontraban auténticas joyas dispuestas a ofrecer algo nuevo al mercado otaku de nuestro territorio.
Entre estas novedades encontrábamos el manga As the Gods will (Kami-sama no Iu toori 神さまの言うとおり), obra ilustrada por Akeji Fujimura y escrita por Muneyuki Kaneshiro, autor a quién ya conocemos de sobras gracias al exitoso manga Blue Lock.
La historia se publicó entre febrero de 2011 y octubre de 2012 en la Weekly Shōnen Magazine de Kodansha desde el 3 de febrero de 2021 y cuenta con cinco tomos recopilatorios. Cuenta con una segunda parte de 21 tomos, que se serializó de enero de 2013 a enero de 2017.
Distrito Manga nos ofrece la serie de forma impecable con una publicación de calidad en un formato idéntico al japonés, un tankoubon (rústica con sobrecubierta) de 13,2mm x 18mm, en cuyo interior encontramos 224 páginas en blanco y negro traducidas por Drac Studio (Daruma).
As the Gods will
La historia nos presenta a Shun Takahata un muchacho que esta harto de su vida aburrida como el típico estudiante de instituto promedio... pero antes de que se de cuenta, de repente de revienta la cabeza a su profesor durante las horas lectivas y un Daruma salta a la mesa para dar inicio a un juego de lo más macabro.
Así es, de forma precipitada e inesperada, el Daruma parlante da inicio a un macabro juego con los alumnos del aula en el cual, si estos se mueven cuando él se gira, les explota la cabeza. Con un más de justificado ataque de pánico, los compañeros de Shun intentan abrirse paso hasta el Daruma para pulsar el botón que se encuentra detrás de él y salvar la vida... pero esto es mucho más complicado debido a los cambios de ritmo aleatorios del ejecutor.
Akeji Fujimura se encarga del arte de la obra con un dibujo que, si bien intenta ofrecer viñetas emocionantes y encuadres repletos de acción, carece aun de la experiencia para ofrecer algo constante y firme, dando como resultado a unos personajes algo deformes y unas expresiones poco concretas, un estilo artístico que aun tiene mucho por madurar.
Aun así, la capacidad de crear la tensión es palpable, gracias principalmente a la crueldad que es capaz de inculcar a los monstruos ejecutores de los juegos que hemos vivido hasta ahora.
El resultado de todo esto es un survival al uso, que si bien en un inicio parece no ofrecer ninguna novedad en este campo, parece llevar tras las incógnitas planteadas a algo mucho más interesante en los próximos tomoos.