Algunos ya conocen este título por la serie surcoreana de Netflix Rumbo al Infierno de 2021, pero ahora gracias a Panini Comics tenemos la suerte de poder disfrutar del webtoon surcoreano que le sirvió de inspiración. La editorial nos ofrece el formato físico de esta obra adaptando el original de scroll vertical en una edición impecable, en tomos de unas 300 páginas en blanco y negro y sentido de lectura occidental con formato rústica 15,3x22 cm.
The Hell Bound
Incluso con un mercado saturado de obras de calidad, The Hell Bound nos ofrece uno de los thriller más intensos que he leído en bastante tiempo, abarcando desde los crímenes a los sucesos sobrenaturales, el fanatismo y la crítica a la sociedad moderna.
No en vano su guionista, Yeon Sang-ho, ya es conocido de sobras en el medio gracias a la popular película Train to Busan (director y guionista) o por encargarse de la adaptación de este mismo webtoon. Un crack en lo suyo que una vez más es capaz de maravillarnos con una obra más que destacable.
La historia está protagonizada por el detective Kyung Hoon Jin, un hombre sencillo con un tortuoso pasado que investiga un caso bastante esperpéntico: la aparición de unos monstruos en público, que surgen de la nada para carbonizar a sus objetivos / llevarlos al infierno tras haberles enviado una profecía en forma de aviso fantasmal unos días antes informándoles de la fecha exacta de su castigo.
Este caso inexplicable solo encuentra respuesta en la secta Nueva Verdad, cuyo mesiático presidente Jinsoo Jung asegura que estas "víctimas" son pecadores llevados al infierno en una demostración realizada por el propio Dios; el inicio de una nueva era en la que los conceptos de justicia, culpa y hacer el bien deben cambiar para siempre.
Esta secta, que crece en adeptos a cada nueva demostración, existe paralelamente con Punta de Flecha, un grupo de radicales que sustentan sus acciones en las creencias que Jung imparte y que persigue a los pecadores en la sociedad llegando a la violencia y la brutalidad.
Si bien el bueno de Jin no se siente incompetente, sí se siente abrumado enfrentando algo demasiado complejo para cualquier oficial de policía, sobretodo cuando sus obligaciones como agente chocan de frente con un pasado en el que el hombre que asesino a su esposa y arruina su vida y la de su hijo, salió de rositas del sistema judicial y ahora campa libre de toda culpa.
Yeon Sang-ho rodea su narrativa con personas rotas que se debaten entre lo lógico, lo religioso, y lo que sus ojos realmente están presenciando. Unos personajes que se sienten vivos y cuyos problemas nos hacen empatizar fácilmente con esta historia que, si bien haya su clave en la fantasía, se siente descarnadamente real.
El resultado es un cómic muy destacable, capaz de mantenernos enganchados de la primera página a la última.