Exposición El arte de Dragon Ball

El museo del cómic de Sant Cugat del Vallès alberga del 1 de julio al 30 de septiembre de 2022 la exposición El arte de Dragon Ball. La muestra reúne material original de la obra estrella de Akira Toriyama. Se pueden observar ejemplares de la revista japonesa Weekly Shōnen Jump, primeras ediciones en catalán y castellano del manga en nuestro país, algunas de las icónicas fotocopias que en los noventa circulaban por el mercado de Sant Antoni de Barcelona, cels, gengas y dougas. Esta exhibición no tiene nada que envidiar a otras que se han realizado sobre este shōnen. Se halla en una sala pequeña situada en la planta superior del edificio. Pese a ello, las piezas expuestas se caracterizan por su variedad y por reflejar escenas memorables del manga y el anime. En conjunto, resulta un viaje apasionante por la historia de Son Goku y sus amigos. Los textos del evento están en castellano y catalán, incluyendo el folleto informativo del mismo.


Al final de la escalera que da acceso al último piso, se descubre a mano derecha una sala que nos transporta a uno de los cómics japoneses más conocidos en el mundo. Dragon Ball. La exposición está organizada en cuatro secciones que, a su vez, están identificadas con las bolas de dragón de una a cinco estrellas. Es decir, de la Ī Shinchū a la Ū Shinchū. A mano derecha, comienza el recorrido que continúa hacia la izquierda, realizando un itinerario semejante al que siguen las manecillas del reloj. Akira Toriyama es el protagonista del primer grupo de material exhibido. En un panel informativo se reseña una pequeña biografía del mangaka hasta llegar al one-shot de Dragon boy. Esta historieta breve fue la precursora de Dragon Ball. En una vitrina se pueden contemplar ilustraciones originales de esta obra.


A su lado, se observan varios ejemplares de la Weekly Shōnen Jump con portadas dedicadas a las aventuras de Son Goku y compañía. Entre los ejemplares elegidos, hay uno que llama especialmente la atención. Se trata del número 51 de 1984. Contiene el primer capítulo de Dragon Ball «Bulma y Son Goku». Junto a los magacines, se muestran páginas originales del manga con momentos memorables como cuando Goku vence a Piccolo Daimaoh, la primera transformación de un súper saiyano o el Kame Hame Ha entre Goku y Gohan para derrotar a Cell. Gran selección por parte de los comisarios.


La bola de dos estrellas, Aru Shinchū, nos sitúa en la época del big bang del manga en nuestra tierra. Son los años noventa y en el mercado de Sant Antoni de Barcelona se intercambian fotocopias de dudosa calidad protagonizadas por un niño con cola cuyo anime se estaba emitiendo por televisión. En el cartel informativo que precede a esta sección se nos comenta la magnitud de los encuentros en este enclave de la Ciudad Condal así como la importancia de la primera edición del manga gracias a Planeta deAgostini, el actual Planeta Cómic y la emisión de la serie de animación por parte de TV3. Estos tres hechos históricos suponen la base de las historietas de Son Goku en Cataluña.


De esta parte, es interesante cómo los autores de la muestra han colocado distintas ediciones de los cómics que corresponden a la edición roja o blanca junto a la amarilla o azul a su lado. Dicha disposición no es casual, ya que las portadas de las primeras ediciones del manga de Dragon Ball se caracterizaban por colorear a los personajes de forma creativa. Por ejemplo, el número 155 de la serie roja muestra a Goku con pantalones azules cuando regresa del planeta Yadrat mientras que en la reedición estos son rojos igual que en el anime. El éxito de la obra más conocida de Toriyama fue tal que la publicación del manga en España alcanzó el ritmo japonés. Seguimos al principio de la historia entre Dragon Ball y nuestra tierra.


La bola de tres estrellas, San Shinchū, da entrada a la sección titulada Inicio del proceso de animación. En dicho apartado somos testigos de cómo se esbozan las escenas, los guiones y demás material imprescindible a la hora de crear un episodio de anime. En el escrito informativo se nos explica que primero se reúne el equipo de producción, se elabora un storyboard y un layout. Nos indican que estos son los primeros pasos para concebir un capítulo de animación. En varias vitrinas se exhiben ejemplos ilustrativos de estos pasos. En esta fase vemos bocetos encuadernados con el formato de pantalla televisiva de la época donde podemos apreciar lo que serán fotogramas animados. Se incluyen de Dragon Ball Z, las películas o, incluso, Dragon Ball Super. De la selección que se puede visitar, destaca el momento de la saga de Cell en el que Gohan ve cómo asesinan a A-16. En otras palabras, la escena que precede a la canción «Unmei no Hi ~Tamashii VS Tamashii~» interpretada por Hironobu Kageyama.

La bola de dragón de las cuatro estrellas, la famosa Sū Shinchū, sirve para introducir el cuatro panel informativo. El de los gengas. Dichos dibujos son ilustraciones más elaboradas que posteriormente serán fotogramas. Como se menciona en el texto que precede a las piezas expuestas, un genga se caracteriza por incluir sombras, brillos o efectos diversos que se plasmen en el producto final. Se crean capas de gengas y, como se observa en algunos, el director de animación puede añadir las correcciones que vea oportunas. Las obras incluidas en esta sección abarcan las etapas de Dragon Ball y Dragon Ball Z de forma extensa y minuciosa. Así mismo, se presentan gengas comparativos del mismo dibujo antes y después de las correcciones. Tener la oportunidad de ver cómo se trabaja este material consigue que conozcamos qué pasos se siguen a la hora de adaptar un manga al anime. Por otro lado, se exponen guiones japoneses de capítulos de anime o partituras de composiciones musicales que se utilizan en los episodios de animación.


La bola de cinco estrellas, Ū Shinchū, nos adentra en el mundo de los dougas y los cels. Estos dos últimos tipos de ilustraciones son los que más abundan en la muestra. A excepción de Dragon Ball Super, podemos ver acetatos de estos tipos de todos los animes de larga duración que se han producido de Dragon Ball. Los dougas también, en ocasiones, alguna corrección menor. Respecto a los cels, son puros retratos de cómo será el fotograma en cuestión. De nuevo, en varios casos se coloca el douga con su cel correspondiente. A través de este ejercicio comparativo, podemos valorar mejor todo el trabajo que hay detrás, fijarnos en las diferencias, los matices de los trazados de los dibujos, el paso de los contornos al color, etc. Este tipo de imágenes es lo que solemos asociar más a un anime, ya que es el resultado final de todo el proceso que nos narran en esta exposición con gran detallismo y minuciosidad.
En la exposición El arte de Dragon Ball está todo cuidado al milímetro. Todo aficionado al manganime y a Dragon Ball debería descubrir este verano esta exhibición. La entrada cuesta siete euros e incluye la visita a todo el museo del cómic de Sant Cugat del Vallés. Por ello, el precio a pagar es minúsculo en comparación con el arte que se va a disfrutar.