Un día más llegamos con otra review de lo más felina, la divertida y adorable serie que se encuentra en publicación gracias a la editorial Odaiba, titulada Diario de nuestra vida entre gatos en Kamkakura, obra de Keito Yoshikawa.
En esta ocasión nos encontramos ante un volúmen de lo más invernal, con un sencillo tomo en rústica con tapas blandas y sobrecubierta extraíble que recopila en su interior 160 páginas en blanco y negro. Está disponible en librerías, tiendas de cómics y a través de la tienda online de Japan Weekend por 7,50€.
El frio ha llegado rápidamente a Kamakura, acompañado de nieve, ventiscas heladas y como no, delesperado Kotatsu, mantas y un montón de sitios en los que los gatos de nuestros protagonistas, Ryo y Mihoko, pueden esconderse y jugar. Aunque como todos buenos gatos, estos siempre van a preferir las cajas o los armarios olvidados de sus dueños.
Pero ellos no son los únicos que aprovechan esta estación para quedarse rezagados en casa y calentitos, si no que sus vecinos hacen lo mismo, aunque muchas veces sea por problemas de salud. Sin embargo un pequeño resfriado no asustará a Mihoko, quien acabará cayendo bajo el influso de ese virus al intentar ayudar a los gatos callejeros que rondan por la zona.
También será un momento de reencuentro, porque en Invierno el hermano de la chica acudirá a la casa de la pareja por motivos de negocios, aprovechando la visita para conocer a todos los gatitos que rondan por la casa y trayendo suvenires y regalos, que lamentablemente se acabarán comiendo los mismos gatos.
Y es que por mucho que digan, ellos dos son felices en ese estilo de vida, con Ryo disfrutando de sus animales, su casa y su mujer, en la tranquilidad solamente interrumpida por las trastadas de los felinos y los pequeños arranques de Mihoko por querer viajar con el frío que hace fuera.
Las estacione pasan muy deprisa en esta serie y en este nuevo tomo nos plantamos con los clásico problemas del invierno. El frío, el no querer salir de casa y el pensar todo el rato en comida. Desde luego actitudes tan felinas como las que ostentan los gatos de los protagonistas, a quien vamos conociendo más y más en cada nuevo volúmen.
Como sucedía en los anteriores tomos, en este nuevo ejemplar seguimos con la trama de slice of life que nos tiene acostumbrados, aunque conociendo más a los gatos que a sus dueños. Desde luego la autora consigue encantarnos con este tipo de mangas y su lectura ligera es perfecta para desconectar.
Finalmente en el apartado artístico la verdad es que los fondos y paisajes de Kamakura nos dejan embelesados. Nos encantan los gatos y humanos que aquí aparecen, pero es que los paisajes quitan el hipo con lo bien realizados que están, dando ganas de viajar a Kamakura a vivir la experiencia en primera persona.
Así pues, estamos ante otro digno sucesor de la serie principal, un tercer tomo alegre, hogareño y lleno de anécdotas que nos enternecerán y nos recordarán que no todas las lecturas tienen que ser de amor, acción o aventuras. Un poco de slice of life siempre está bien y apacigua el ambiente, como el ronronear de estos curiosos gatos.