Gracias a su Early Access en Steam recientemente hemos podido probar Dune: Spice Wars, el nuevo juego de estrategia 4X basado en la conocida franquicia de ciencia ficción de Frank Herbert. Con su popularidad recientemente catapultada gracias a la magnífica nueva adaptación para el cine, era cuestión de tiempo verle aparecer en todo tipo de medios, y aquí es dónde ha entrado Shiro Games, creadores de Northgard, presentando un juego en el que tenemos que combatir por tener el monopolio de la especia de Arrakis.
Para aquellos que andéis un poco peces en la materia, os contamos por un lado que Dune es una novela de ciencia ficción escrita por Frank Herbert en 1965 y continuada por secuelas tanto suyas como de su hijo, múltiplemente premiada y considerada una de las sagas más importantes de la literatura fantástica y de ciencia ficción.
Respecto a estrategia 4X, nos referimos a juegos como Civilization en los que el jugador debe explorar (eXplore), expandirse (eXpand), extraer recursos (eXploit) y exterminar al enemigo (eXterminate).
Y ahora que ya sabemos más o menso de que estamos hablando, vamos al lío...
Tras una intro con una explicación y un poco de drama para ponernos en situación, este early access del juego da inicio ofreciéndonos la posibilidad de elegir entre una de las cuatro facciones seleccionables... pero aunque al principio puede dar la sensación de que esto supone un paso importante, en realidad la elección importa muy poco, ya que aparte de algunas ventajas menores y algunos asesores ligeramente diferentes, los Fremen, los Contrabandistas, los Atreides y los Harkonnen se juegan prácticamente igual.
El objetivo es, como siempre en un juego 4X, la dominación total, y para ello el único camino real es mantener contentos a los gremios comerciales con envíos regulares de especia mientras conquistamos las otras tres facciones.
El resultado es bastante estándar en cuanto al género se refiere, pero contando con el ambiente de Dune. El combate gira en torno a una lista limitada de tipos de unidades que, a pesar de sus aparentes fortalezas y debilidades, tienden a funcionar de la misma manera en la mayoría de las circunstancias, por lo que realmente y como ya mencionábamos, la elección de facción y de tropas no dicta demasiado la estrategia a seguir posteriormente.
Tomemos como ejemplo el sistema político, mediante el cual se promulgan y votan leyes que afectan al transcurso de la partida otorgando bonificaciones o penalizaciones.