Crónica I Salón del Manga de Calella


El I Salón del Manga de Calella se celebró el 12 y 13 de febrero. Fue fantástico. Nacido entre Barcelona y Girona fue una primera edición histórica. La convención tuvo lugar en la sala polivalente de la fábrica Llobet i Guri del municipio del Maresme. En la comarca nunca antes se había celebrado un evento de estas características. El certamen, organizado por SK Shiawasena Kazoku, patrocinado por Matsuri Comics y con la colaboración del ayuntamiento de Calella, contó con más de dos mil seiscientos asistentes. Más allá de las cifras, esta reunión de otakus rebosaba ilusión, corazón, diversión y pasión por la cultura japonesa.


Al final de la calle Doctor Vivas se situaba la entrada al evento. En la calle homónima al recinto se vieron pósteres de animes como Dragon Ball Super, Mazinger Z, Gigant, One Piece, Sword art online, My hero academia o Guardianes de la noche, entre otros. A los pies de dichos carteles promocionales, crecía una larga cola de asistentes de todas las edades. El sentimiento otaku no entiende de generaciones. Desde bebés con sus padres hasta gente mayor se acercaron a deambular entre los stands de esta celebración. A todos nos unía el mismo sentimiento. Vinieron personas de localidades aledañas, de Barcelona e, incluso, de Teruel. Cuando se trata de una convención de estas características, no existen fronteras. Todo el público descubrió la existencia del certamen a través del boca-oreja, ya que pocos medios difundimos esta celebración. Sin embargo, la fascinación hacia la cultura nipona nos movió a pasar uno o dos días memorables.


Una vez dentro de la fábrica Llobet i Guri, nos topamos con tres espacios. En la entrada se situaba la cocina a mano derecha. En ella se podían degustar manjares del país del sol naciente como gyozas, ramen, kare raisu, takoyaki, taiyaki, karaage, mochi o nikuman. Toda una experiencia gastronómica. A la izquierda, después de que los miembros de SK nos obsequiaran con un póster, una chapa y un deuvedé, se alzaba ante la vista un torii decorado con pequeños farolillos japoneses. Tras cruzar este portal rojo, encontrábamos la zona gastronómica, una reproducción a imagen real del videojuego Rocket League, un mini Matsuri y, al fondo, el escenario con un gran logotipo de Selecta Visión en el centro. Los stands del mini Matsuri consistían en cuatro puestos. El primero era un photocall con personajes anime para los más pequeños. En el segundo se podía jugar a Kingyo sukui o a Yoyo sukui donde se pescaban patitos de goma. Los puntos obtenidos en ambos juegos se canjeaban por premios que daban en la parada adyacente. La cuarta contenía merchandising variado.


En la zona del escenario se concentraron todas las actividades musicales y de cosplays que había programadas. Cuando tocaba una sesión de k-pop random dance, varias personas se lanzaban a bailar desde los laterales de la sala hasta el centro. No importaba si conocían la coreografía o no. Se lo pasaban bien y se dejaban llevar por la música. En este espacio también se pudo disfrutar de una sesión de karaoke el sábado, concursos como Adivina la canción o el panel de Uchibros, entre otros. Respecto a esta pareja artística, compartieron función con Blue Unicorn que llevaba cosplay de Shisui Uchiha, el sábado, y de Kakashi Hatake, el domingo. Los tres despertaron carcajadas en el público. Animaron a los asistentes a realizarles preguntas y el resultado fue un desmadre desternillante. Sasuke bailando «Macarena», constantes bromas sobre las reuniones familiares del clan Uchiha, problemas de los hermanos con el wifi o el beso apasionado entre Itachi y Shisui fueron algunos de los momentos estelares que quedaron grabados en la memoria.

Este mismo lugar fue testigo el domingo de las actuaciones de artistas como Emika Kamieda o Mizuki. A su vez, los dos días varios cosplayers desfilaron en la pasarela dedicada a este arte de caracterización de personajes de manganime y videojuegos. Todos ellos realizaron performances muy acordes a sus personajes. Respecto a los concursos de adivinar piezas musicales de animación japonesa, muchos participantes solo necesitaron escuchar los primeros segundos de los temas reproducidos. El nivel era muy alto. Volviendo hacia el torii, nos topábamos con varios expositores enrollables de los animes mencionados anteriormente. Así mismo, los acompañaban figuras de cartón de personajes como Kakashi Hatake, Naruto Uzumaki o Son Goku. Los dos últimos ya cerca de la cocina. Ambos aman comer.

Al cruzar hacia la tercera sala del recinto, descubrimos los stands y photocalls. La gran mayoría de paradas eran de productos de artesanía centrados en cultura japonesa, personajes de cómic y merchandising variado. Sobre estos puestos, cabe destacar el de Evahanul que expuso dioramas de espacios de Japón como yatai o el interior de una casa nipona. El gran detallismo de esta artista es impresionante. Te transporta hacia estos lugares. En el mismo pasillo se podían observar unas lámparas personalizadas con personajes de manga, anime o tebeos estadounidenses. Se trata de 3D llum. Por su parte, el expositor Fooly Cosplay exhibió una reproducción a escala de la motocicleta de Shōtarō Kaneda de Akira. Uno podía subirse a ella con la chaqueta, las gafas y la bazuca del personaje. Toda una experiencia inmersiva para los amantes de este clásico. Junto al vehículo, se erguía la armadura inteligente que Tony Stark lleva en Iron Man 2. A poca distancia se alzaba el puesto del centro de Arte Nugué i Camps con talleres de Summi-e cada media hora durante todo el fin de semana.


Alrededor de los stands artesanales, se podía jugar a videojuegos emblemáticos como Jump Force. Ríos de personas se detenían a echar una partida. Al lado de las videoconsolas, se podían adquirir videojuegos de ayer y de hoy. En este mismo rincón se celebraron los talleres de hamas, teru teru, origami y paper craft. Junto a las mesas dedicadas a esta actividad, los autores Miríam Bonastre Tur y Drawill firmaron ejemplares de sus obras los dos días de la convención. El tercer artista que protagonizó una sesión de firmas fue el actor de doblaje David Jenner con motivo de ser la nueva voz de Naruto Uzumaki en el redoblaje de Naruto Shippuden en español. El intérprete dedicó unos minutos a sus fans junto a los que firmó shikishi y fotografías. Los tres transmitían cercanía hacia sus seguidores.

En esta sección del recinto se colocaron varios photocalls de Naruto Shippuden, One Piece: estampida, Dragon Ball Super: Broly, Tokyo Revengers o Guardianes de la noche, entre otros. Había una gran variedad de gustos para fotografiarse junto a tus personajes favoritos. Como suele ser habitual en este tipo de convenciones, algunos asistentes llaman la atención respecto a los demás. Son los cosplayers. En la programación del certamen hubo dos pasarelas dedicadas a estos artistas y cuatro representantes de esta modalidad artística compartieron su visión del cosplay con todos. Uchibros, Blue Unicorn o Hitode cosplay ofrecieron grandes momentos.


Los más pequeños optaron por caracterizarse como Son Goku mientras que muchos adultos eligieron diversos personajes de Guardianes de la noche. Claramente, fue el manga protagonista entre el público. Varios personajes de Naruto como desfilaron por el recinto. Tsunade, Sakura Haruno, el clan Uchiha, Kakashi Hatake, Hinata Hyūga o Naruto Uuzumaki deambularon los dos días en los que duró el evento. El misterioso Kaonashi, de El viaje de Chihiro, también apareció. Más allá de las viñetas japonesas, pasearon por la fábrica Llobet Deadpool, El Joker, Harley Quinn, Cruella de Vil, Jason, Scorpion o un stormtrooper de Star Wars. Cómic estadounidense, videojuegos y cine se unieron a esta fiesta otaku para todas las edades.

En definitiva, el I Salón del Manga de Calella ha causado un gran impacto a pesar de nacer en plena pandemia. Hay pasiones con una voluntad de fuego que puede con todo. Se agradece que se apueste por la artesanía, el espíritu familiar, la música y el cosplay. Si se repite esta cita centrada en la cultura japonesa, estaría bien que mantuvieran esta base tanto si diversifican el tipo de actividades como si no. Esperamos con muchas ganas una segunda edición.