Reseña de GTO (Great Teacher Onizuka) de Toru Fujisawa, Ivrea.

 

Recientemente Ivrea nos ofrecía un clásico manga que se suma a su catálogo junto a Jojo's Bizarre Adventure, 3x3 Eyes y Gunmm entre otros, ¡el gran GTO (Great Teacher Onizuka)!

La serie del autor Toru Fujisawa se publicó entre los años 1997 y 2002 con un éxito arrollador que dio pie a un celebrado anime, múltiples live action y una película, así como un spin-off y una secuela.

Anteriormente llego a España en 2017 bajo la editorial MangaLine, quedando inconclusa con 14 tomos.

Ivréa publicará la obra basándose en la edición bunko japonesa, en formato deluxe B6 rústica con sobrecubierta, lanzando el primer volumen el pasado mes de octubre y siguiendo con una periodicidad bimestral, constando de un total de 12 tomos de unas 400 páginas en blanco y negro (alunas a color).

GTO – GREAT TEACHER ONIZUKA de Toru Fujisawa

Eikichi Onizuka, tras un pasado como un legendario pandillero, decide afrontar la vida adulta y buscar empleo... pero por desgracia su desastroso curriculum no ayuda en absoluto, incluso habiendo forzado a unos pringados a sacarle unos titulillos.

Tras probar varias ramas, finalmente su encuentro con una colegiala le lleva a descubrir una nueva posibilidad: la de que una alumna se vuelva loca por su profe, ofreciéndole todo un nuevo universo de esposas jóvenes y de ser adorado por adolescentes de género femenino con las que poder ligar impunemente.

Con un enfoque así de idiota, Onizuka reforma su aspecto (bueno, más o menos) y tras hacer a unos pringados pasar las pruebas pertinentes, comienzan sus prácticas como profesor en un instituto privado.

Por desgracia para él, la clase que le adjudican es lo puto peor: un montón de macarras y extorsionistas que se aprovechan de su debilidad con las mozas para tenderle una trampa y joderle la vida, convirtiéndole en su esclavo.

El tema es que aunque al principio parece que le tienen en jaque, los alumnos se han equivocado de objetivo...

Onizuka no es un pringado ni un profe cualquiera, es un tipo con un pasado bastante chungo como motero, el terror de muchos y que pronto se convertirá en el de ellos...

Pero su trabajo no termina con subyugar a todos los cabroncetes de su clase... una cosa lleva a otra y pronto Onizuka descubre que la muchacha que participó en su chantaje, tiene problemas de verdad en casa. Con unos padres ricos y cada vez más distantes, su familia se ha venido abajo con el paso del tiempo, y la muchacha utiliza su rebeldía como una forma desesperada de buscar ayuda.

Quizá Onizuka no es el terapeuta que ella debería haber buscado, pero incapaz de ignorarla, Eikichi decide tomar la directa y ayudarla de la forma más contundente posible: con allanamiento de morada y daños graves a la propiedad privada.

El enfoque de Onizuka con este caso es rompedor, caótico e irresponsable, pero define su vida como profesor a partir de ahora, dejándole aun más claro que su objetivo ya no es solo ligar con jovencitas, si no ayudar a todos esos alumnos con problemas con sus métodos... cuestionables.

Tras estas prácticas y una situación en al que casi se queda sin puesto, Eikichi consigue pasar a ser profesor en pleno derecho gracias a caerle en gracia a la directora con sus métodos poco ortodoxos. Contratado en unas condiciones bastante cuestionables, Onizuka comenzará a dar clases una vez más a la clase más problemática del centro, aunque en este caso sea una bastante diferente de la anterior... que le llevará de cabeza.

Pero todas las fronteras serán poco para él, quién quiere convertirse en una leyenda, en el mejor profesor de todos los tiempos aunque sea transgrediendo todas las normas y sistemas de enseñanza por el camino.

Un manga mítico dónde los haya, al fin tenemos aquí una edición que hace justicia al gran Eikichi Onizuka, una obra que a penas a envejecido y aun a día de hoy es de lo más disfrutable.