¡Vuelven las aventuras de nuestra princesa favorita junto a sus amigos! Con los nuevos tomos 30 y 31 de Norma Editorial de Yona, princesa del amanecer. El tomo 30 no podía empezar más movido, nos situamos en plena guerra de Kôka contra la provincia de Sen.
Como ya sabemos, tanto Jaeha como Zeno también habían sido raptados con Yona por uno de los reyes de la provincia de Sen, Kwelbo. Estos dos entran en combate como soldados de Sen, y deben luchar contra sus compañeros Kija, Hak y Shinah. Obviamente no lo hacen por voluntad propia, pero como Yona está de rehén, hay que cumplir órdenes.
Por suerte, Kwelbo se dirige hasta llegar a Hak, y aunque este está malherido consigue pararle los pies al rey de la provincia de Sen, quien huye después de una ardua batalla la cual no tiene mucha ventaja para el imperio de Kôka, ya que además de no contar con dos de los dragones, el imperio de Sen los supera en número infinitamente. Gracias a que Kwelbo acaba malherido y huye, el ejército se retira y la pequeña, pero significante victoria es para el reino de Kôka, aunque la batalla no ha terminado aún.
Mientras tanto, Yona, rehén de Kwelbo, se encuentra con su mujer y de repente, aparece un inesperado pero viejo enemigo: Gobi, el sacerdote que intentó matar a la princesa Kouren e intentó hacer una revolución en el imperio de Xing, y tras ser acusado de alta traición desapareció. Este intenta que la mujer de Kwelbo le entregue a Yona, ya que parece haber perdido toda la cordura y tener una obsesión por los cuatro dragones. Para ello, mata a todos los soldados que había en la casa del rey, y ni corto ni perezoso, no duda en atacar a Yona y la mujer del rey de Sen. Por suerte consiguen defenderse y escapar.
Mientras tanto, Kwelbo vuelve con los cuatro dragones a casa, junto a Algira y Vold de infiltrados. Todos van al rescate de la princesa. Los dragones van a visitar a Li Hazara, otro de los reyes de Sen, quien ya había intentado invadir Kôka y tuvo que rendirse y firmar un tratado de paz. Este afirma que no ha sido su culpa, y que la guerra ha sido provocada por culpa de Kwelbo, quien le había amenazado. De esta manera consiguen, una vez más, la rendición de Sen por parte de Li, mientras que Kwelbo parece resistirse. Este, disfrazado de soldado de a pie, se encuentra a con Hak de camino a Sen, ya que el ejército de Kôka está en camino de buscar a la princesa. Al llegar, se encuentran con los súbditos de Gobi intentando matar tanto a Yona como a la mujer del rey, y tienen que combatir una vez más. Hak, al conseguir rescatar de nuevo a la princesa, la coge en brazos, y esta, rendida por el combate y la fuga, le confiesa su amor antes de caer inconsciente.
Al despertar, se encuentra que Hak la lleva en brazos y están intentando escapar de la casa de Kwelbo totalmente en llamas, pero Hak está malherido y cae rendido. La princesa, desesperada va en busca de agua para salvar a su querido guardaespaldas, ¡y por primera vez, después de 30 volúmenes, nos encontramos ante el primer beso de la pareja! Un beso apasionado, que muchos de nosotros llevábamos muchos años esperando.
Por fin la guerra termina de manera oficial, el imperio de Kôka recupera a la princesa, y el malvado Gobi es capturado y entregado a Algira y Vold para que se haga justicia y sea condenado en el imperio de Xing. De camino de vuelta al imperio, Yona pierde la voz por culpa de las quemaduras del fuego, pero sorprendentemente, Kyesook, el fiel súbdito de Soowon y general en esta última batalla, les ofrece medicinas a los muchachos. Decimos sorprendentemente, porque como ya sabemos, este siempre ha tenido un odio hacia el Rey Il, y nunca ha simpatizado con Yona, ya que en más de una ocasión ha deseado la muerte de la princesa si esta se interponía en el camino de Soowon. Parece que su mentalidad está cambiando un poco, pueden ayudar al imperio y utilizarlos como peones.
Aunque Hak se opone plenamente a volver a palacio, Yona termina aceptando. Piensa que es una opción segura para todos, aunque a nadie le haga demasiada gracia. Finalmente regresan a palacio, aunque no todo es tan bonito como parecía. Separan a Yona de sus compañeros, y todos pierden el libre albedrío que tenían. Soowon no tarda en ir a conocer personalmente a los dragones, y muestra especial interés en Zeno, ya que es inmortal y esto atrae enormemente al rey. A Kyesook se le ocurre una idea “tremenda”, un festival para mostrar los poderes de los cuatro dragones y así dar confianza al pueblo, que empezaba a estar dividido a favor de Yona o a favor de Soowon.
El festival, aunque es un poco para hacer el paripé, tiene un efecto brutal, obligan a Yona a sentarse en el asiento de la reina, lo cual desata un sinfín de comentarios por parte del público acerca del matrimonio de Soowon y ella. Esto obviamente molesta mucho a Hak, quien se siente impotente desde el público sin poder hacer nada, ni siquiera acercarse a la princesa. El festival comienza con la pelea de Jaeha y Geuntae por un lado, y Kija y Joo-Doh por otro. ¡Tendremos que esperar al próximo tomo para vez el desenlace del combate!
Por otro lado, no podemos pasar por alto un grandísimo detalle que la autora nos ha dedicado en las páginas extra del tomo 31: su visita al Salón del Manga de Barcelona de 2019. En las páginas extra, la autora muestra con cariño su asombro con los fans españoles que encontró en el salón, entre ellos un grupo de cosplayers que asistieron a la conferencia. También muestra sorpresa con los premios recibidos en el salón, ya que desconocía totalmente que los había recibido. De la misma manera, muestra con cariño sus recuerdos de Barcelona, tanto la comida que pudo probar como los lugares turísticos que pudo visitar. Desde luego es un detalle muy significativo para todos los fans españoles, especialmente para aquellos que se desplazaron hasta el evento para ir a visitarla.
