Cada 1000 años, los dioses de todas las mitologías se reúnen en un congreso del Valhalla dónde deciden si la humanidad merece seguir existiendo o no. De manera condescendiente, valoran las acciones realizadas por la civilización y realizan una votación, y esta vez la cosa está bastante clara: guerras, contaminación, destrucción de la naturaleza…
La decisión de los dioses está tomada, pero cuando parece no haber esperanza, la valquiria Brünhilde da un paso al frente y se acoge a una enmienda que puede salvarles: El Ragnarök, un torneo en el que 13 dioses se enfrentan a 13 humanos para que estos puedan alargar esta condena 1000 años más.
Sintiéndose desafiados los dioses aceptan, dando paso al plan de Brünhilde, que convocará a los 13 humanos más fuertes de la historia para que regresen y luchen en favor de la existencia de su raza. Ahora, tras haber empatado en el número de victorias, suben al ring el dios Indio Shiva y la leyenda del sumo Raiden Tameemon.
Después de varios oponen con técnicas y habilidades algo rebuscadas, este duelo nos devuelve a la más pura brutalidad: dos seres de puro músculo, dos tormentas de violencia desatada que se lanzan el unos sobre el otro como una fuerza de la naturaleza.
Sorprende que, de entre todo lo que podían haber elegido, nos encontramos una vez más ante un campeón de oriente y en concreto un luchador de sumo que, aunque sea el mejor según la historia del propio deporte japonés, no es lo que se puede decir un personaje popular fuera de sus costas niponas.
Aunque quizá lo que más sorprende es que en vez de ser obeso, nos pongan a un tipo con más músculos que Broly.
Mientras esta batalla entre titanes se desarrolla, algo más comienza a suceder fuera de la arena de combate cuando Loki se planta frente a Buda pidiéndole explicaciones sobre varias cosas que no terminan de cuadrarle...
Lo cual claramente, llevará a otro enfrentamiento mucho más complicado a la sombra del propio torneo.
¿A traicionado Buda a los dioses?
¿Quién sobrevivirá al duelo entre Raiden y Shiva?