Uniéndose al catálogo de sus mangas cachondos de bofetadas entre los que sin lugar a dudas reina One Punch-Man, este veranito Ivrea lanzaba al mercado el tomo 1 de Rooster Fighter de Shū Sakuratani, manga de acción y humor protagonizado por un gallo mazadísimo que se encarga de liquidar los monstruos que amenazan a la humanidad.
Sí, un pollo cachas.
La serie nos llega en formato B6, un formato tankoubon rústica con sobrecubierta idéntico a los japoneses y un ritmo que perseguirá muy de cerca el de su publicación en el país de origen.
Además, la edición española incluye un póster desplegable con una ilustración exclusiva realizada por Shū Sakuratani.
ROOSTER FIGHER
Siguiendo la estela del ya mencionado One Punch Man, Rooster Fighter nos sitúa en un trasfondo relativamente similar en el que la humanidad es amenazado por unos monstruos gigantescos conocidos como Kijuu. Frente esta amenaza, la única defensa es un ave errante, un imbatible guerrero que, misterioso, aparece en los lugares dónde estos monstruos surgen para exterminarlos sin piedad en su búsqueda de venganza.
El tema es que este campeón de la Tierra es... un pollo.
El ave invencible que más adelante se presentará como Keiji se encuentra en un viaje que dio inicio cuando uno de estos bicharracos asoló su granja y en el proceso asesinaron a su querida hermana, despertando en él al gallo más macho de todos los tiempos.
El viaje de Keiji le lleva por ciudades, zoológicos, el mar o cualquier otro destino, dónde haciendo gala de una actitud solitaria y edgy a más no poder conoce brevemente a los locales - humanos o animales - antes de hacer frente a la amenaza de turno.
Con una estructura de capítulos autoconclusivos (al menos de momento) y en compañía de todo tipo de gags en base a lo duro que es Keiji y a la vez sus aspectos más ridículos - como el no saber nadar o su adición a los erizos de mar - nos llega este manga de acción en clave de humor que toma básicamente la mayor parte de aspectos de One Punch-Man para ofrecer algo similar pero diferente, dando como resultado una lectura fresca y divertida repleta de grandes combates e incluso sexo entre pollos.
Quizá el único fallo es lo inmensamente similar que son los Kijuu a los monstruos del manga Jagaan - actualmente en publicación por Norma Editorial - tanto en diseños como en concepto.
Shū Sakuratani acompaña lo cachondo de esta peculiar historia con un dibujo realmente impresionante de trazo preciso capaz de representar unas escenas de acción que ya quisieran la mayoría de shonen y de plasmar con todo lujo de detalles a un gallo mamadísimo capaz de infundir terror en sus enemigos.