Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vol. 10 de Buronson y Tetsuo Hara.

 El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken)

Recientemente Planeta Comic lanzaba al mercado el tomo 10 de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken), una auténtica obra de arte del manga que TODO OTAKU debería leer alguna vez en la vida.

Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vol. 10 de Buronson y Tetsuo Hara.

La edición elegida es la kyuukyoku japonesa, rústica con sobrecubiertas de 128x180mm que cuenta con 18 tomos de más de 300 páginas contando con páginas a color y portadas realizadas con motivo del 30 aniversario de la serie. Tiene periodicidad trimestral y un precio de 12,95 el tomo. 

En esta ocasión el tomo nos trae en portada al Rey del Puño Raoh, con 312 páginas respectivamente en su interior que incluyen varias a color y con una impecable traducción realizada por Daruma

Hokuto no Ken es un manga de Buronson y Tetsuo Hara que se publicó en Japón entre 1983 y 1988. En España Hokuto no Ken (北斗の拳) es conocida por el nombre El Puño de la Estrella del Norte (Fist of the North Star).
Para aquellos que desconozcáis la carrera de esta obra en nuestro país, Planeta Comic ya la publicó en los noventa primero en formato rústica de 48 páginas y después de forma incompleta en formato tankoubon (solo hasta el tomo 15 de 27).

Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vol. 10 de Buronson y Tetsuo Hara.

Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vol. 10 de Buronson y Tetsuo Hara.
Hokuto no Ken
 (北斗の拳) 
Ha llegado el momento de la batalla final. Finalmente y tras descubrir que quién se esconde bajo la identidad del último general del Nanto no es otra que Yuria, tanto Raoh como Kenshiro protagonizan una carrera a través de las áridas tierras repleta de batallas con el único objetico de reunirse con dicha persona, una carrera contra el tiempo que poco a poco propicia un nuevo enfrentamiento entre los dos hombres más fuertes de esta era.

Ahora tras encarnizadas batallas e ignorando los deseos de los generales del Nanto, Kenshiro decide desechar esta oportunidad de reencontrarse con Yuria para hacer frente al fin a su hermano con todo el pesar que arrastra su puño. Y aunque al principio Raoh ríe ante esta decisión, pronto descubre que él también puede sentir terror en su carne.

Kenshiro, armado con el arcano definitivo musô tensei mediante el cual convierte en su tristeza y su amor por los caídos en puro poder, se convierte en un guerrero invencible a ojos de Ken-oh. Aterrorizado y abrumado ante semejante rival, Raoh cae víctima de sus propias flaquezas y huye del lugar secuestrando a Yuria, dispuesto a encontrar esa fuerza que Ken ha hecho suya.

Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vol. 10 de Buronson y Tetsuo Hara.Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vol. 10 de Buronson y Tetsuo Hara.

Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vol. 10 de Buronson y Tetsuo Hara.
El tercer asalto y último que enfrenta a los dos herederos del Hokuto Shin Ken no se hace de rogar. Cuando finalmente Raoh descubre que el también tiene aun lágrimas que derramar, conseguirá dominar el propio musô tensei y hará de nuevo frente a Kenshiro en un combate en el que temblarán los cielos.

El resultado es simplemente inolvidable, un despliegue épico de violencia y resentimiento capaz de ofrecer unas viñetas que nos hacen estremecer, y que en esta ocasión llevarán a su final el épico enfrentamiento entre estos dos guerreros víctimas de un funesto destino que los une.

Bajo esta premisa, el manga de Buronson y Tetsuo Hara nos muestra una trama dramática y espectacular, dónde la tristeza se puede sentir no solo en cada pequeña viñeta y en cada uno de los rostros de sus desesperanzados personajes, destacando entre ellos el mítico Kenshiro, cuya historia no solo conmueve al lector si no que le da aun más poder a cada uno de sus golpes.

Todo esto por supuesto en compañía de un grafismo impresionante, con un nivel de detalle preciso y único que nos deja pasmados. Y más si lo comparamos con el resto de obras de 1984, a las cuales el glorioso Hokuto no Ken superaba con creces.