La larga historia del anime en la cultura sueca

Más de 65 años cuenta ya el arte del anime en Suecia. Ligado desde sus comienzos a la televisión de Estocolmo, no tardó mucho en traspasar fronteras y calar hondo en los corazones de unas cuantas generaciones en todo el mundo. Así, muchos de los personajes animados de la televisión de Suecia se convirtieron en personajes muy cercanos, tanto entre los más pequeños de la casa como entre los adultos. Con el tiempo, el anime ha conseguido hacerse un hueco en los recuerdos y nostalgia de familias enteras. Y ese es el motivo por el cual le dedicamos estas breves líneas.

La larga historia del anime en la cultura sueca

Lo más representativo de Suecia

Es difícil que una persona de mediana edad no recuerde algunos de los personajes icónicos del anime inmortalizado por la TV sueca. Y es que estos personajes se convirtieron en productos representativos de ese país. De hecho, su popularidad puede incluso superar a la del famoso tabaco snus que se promociona como “non smoking alternative" en buena parte del mundo. Los animes van de la mano de los legendarios vikingos. Pero, aún más importante, han representado una buena fuente de ingresos para Suecia, tanto como sus afamados coches o equipos de telecomunicaciones. No hay duda de que estos históricos animes han aportado prestigio al sello de "made in Sweden".

Animes inolvidables

Como un ejercicio para despertar nuestras nostalgias, recordaremos algunos de los animes suecos más populares. La lista se centra en aquellos que han llegado a convertirse en personajes de culto, pero aún hay más. Comencemos por la pecosa Pippi calzas largas. Este anime fue llevado al cine y alcanzó gran popularidad en buena parte del mundo. Pero también hay que destacar a los inseparables amigos Humle y Dumle, la singular pareja que vivía en la bodega del capitán Bäckdahl. Tampoco podemos olvidarnos de las cinco hormigas que pesaban más que cuatro elefantes. Este anime, apoyado en canciones y juegos, ayudó a mucha gente a aprender a contar y escribir.