Hace poco os hablábamos del sorprendente y agradecido primer volúmen de Green Class, obra de David Tako (dibujo) y Jérôme Hamon (guión) que publicaba en nuestro país Letrablanka. Ahora llegamos con el segundo número de esta historia y nos ha gustado tanto o más que el primero.
El segundo número de la serie recibe el subtítulo de Alfa y como sucedía con su predecesor ha sido editado en un sencillo formato en tapa dura con un tamaño aproximado de 22,2 x 29,5 cm, siendo algo más pequeño que un europeo estándar. En su interior encontraremos 72 páginas a color que en esta ocasión cambian la amistad por el drama y las batallas, siendo un tomo mucho mas violento pero igual de interesante. Para aquellos que quieran hacerse con esta continuación, está a la venta por 18€ a través de la web de la editorial.
Un grupo de estudiantes canadienses queda atrapado en una zona de cuarentena a más de 2000 kilómetros de su hogar. Para complicarlo más, uno de ellos se ha visto infectado por este extraño virus del que nadie tiene información y su evolución se ha visto afectada por unos fármacos experimentales, que esperan poder retrasar los efectos tanto tiempo como sea posible.
Ahora y con esta terrible situación sucediendo a su alrededor tendrán que unirse para protegerlo por mucho que las opiniones encontradas los lleven a tener discusiones sobre su futuro. Pese a todo saben que lo más importante es sobrevivir, y ser dueños de su propio destino, aunque este se vea afectado por los seres mutados que parecen obedecer o al menos escuchar a su compañero infectado.
Así en este segundo número los dos hermanos sobre cuyos hombros recae el peso de la historia, se verán apartados de sus amigos cuando una gigantesca criatura se los lleve a rastras. El grupo restante intentará acudir a su socorro pero se verán involucrados en una trama con militares, monstruos y rehenes que les harán entrever parte de la verdad. El mundo entero está bajo asedio y ahora poco pueden hacer más que resguardarse en su amistad y sobrevivir.
Lamentablemente no todos estarán de acuerdo con los pensamientos de los chicos y será el gobierno quien en plena búsqueda de la destrucción de este nuevo enemigo revele sus cartas. Ya llevaban tiempo investigándolos, entienden su lenguaje, tienen chamanes que les guían y muchos más secretos que se irán revelando a quienes se aventuran tan lejos en esta historia.
Si el primer volúmen de esta historia tenía todos los número para mostrarnos una trama interesante, en este segundo acertamos de lleno y nos encontramos con un desarrollo realmente trepidante, muchos misterios por delante y unos personajes que igual que el lector, no saben cómo han acabado entre tanto follón. Y la verdad es que esa sensación de confusión por su parte se nota muy lograda y nos encanta, ya que recordemos estamos ante un montón de chavales adolescentes perdidos.
Por suerte, a diferencia de lo que les pasa a los personajes, el lector tiene la suerte de poder ver el desarrollo en todas las trincheras y lo que nos muestra el bando militar es lo más novedoso que nos hemos echado a la cara. Ahora resulta que estos seres son mutaciones creadas en apenas semanas, pero que tienen todo un lore detrás que permite a unos chamanes comunicarse con ellos. La verdad es que nos parece muy interesante.
Lamentablemente al ser un volúmen más centrado en el rescate que en otra cosa, encontramos pocas escenas en las que aparezcan los hermanos, siendo el principio y el final sus únicos momentos en pantalla. Esto no es malo, pero echamos en falta su presencia en la trama, ya que ellos son los verdaderos protagonistas del drama y cuando pasa tanto tiempo sin verlos, se les hecha en falta.
Finalmente, saltando al arte de este volúmen nos encontramos el mismo encanto en su dibujo, conseguido gracias a unos diseños de personajes muy bien realizados y perfectamente identificables entre sí, acompañados en esta ocasión de nuevos integrantes en la historia.
Estos nuevos personajes no tienen tanto encanto como los chicos a los que acompañamos hasta ahora, ya que sus aspectos regios y contundentes nos alejan de la simpatía a la que estamos acostumbrados, pero son una buena contraparte y encajan perfectamente en su papel.
Como novedad empezamos a encontrar cada vez más seres infectados entre las páginas del libro, y van desde monstruos tipo planta que viven en túneles oscuros, a una especie de dinosaurios sobre-evolucionados pasando finalmente a todo tipo de criaturas amorfas, plantas trepadoras y otras rarezas por el estilo. Un diseño muy adaptable por el dibujante a todo aquello que se le ocurra y que por ahora queda muy bien.
En definitiva, nos encanta lo que esta historia tiene que contarnos y lo hace con un buen ritmo y mucho gancho. Ojalá tuviéramos ejemplar nuevo de esta serie cada mes, porque las ganas de seguir con la trama son exponenciales.