Review del comic Cuentos de Batman: Érase una vez de Derek Fridolfs y Dustin Nguyen - Editorial Hidra
Aprovechando que hace poco fue navidad y nuestro niño interior salió buscando dulces y aventuras, nosotros decidimos que era el momento perfecto para disfrutar de unos cuentos clásicos pero en su versión más Gothamita, y es que Derek Fridolfs y Dustin Nguyen, el equipo creativo que creó Pequeña Gotham, vuelve a sus batraíces ahora con aire de cuento de hadas en su obra Cuentos de Batman: Érase una vez.
Ha sido la editorial Hidra la que se ha encargado de traernos esta pequeña joya a nuestras bibliotecas, con un sencillo volúmen en formato tomo de tapas blandas con solapas que tiene un tamaño de 14 x 20 cm y un interior formado por 184 páginas a color en las que diferenciamos 4 historias. Para aquellos que quieran disfrutar como nosotros de las bondades de la lectura más juvenil, el tomo está a la venta desde inicios de diciembre por 9.95€
Érase una vez en Gotham...
Damian Wayne es un niño de madera cuyo padre sale de aventuras todas las noches para salvar a la ciudad, mientras él sueña con convertirse en un Chico Maravilla de verdad, pero debe tener cuidado de no contar mentiras para que su nariz no crezca.
Aunque la verdad es que eso no le preocupa, porque las aventuras que vivirá buscando el camino hacia su emocionante destino le llevarán a entender que a veces hay que fiarse de su razón y otras dejarse llevar por la emoción
Tras ver al Damian de madera, pasamos a encontrarnos con Alfred, el mayordomo, quien viaja a través del espejo, ¡y acaba en el País de las Maravillas! Un sitio lleno de gente sin modales, galletas que empequeñecen y agrandan y en la que el mayordomo tendrá que poner los puntos sobre las ies de muchas personas, porque está claro que si no viene él a arreglar los desaguisados, nadie lo hará.
Menos mal que su lógica siempre eficaz y el tiempo al lado del señor Wayne le han enseñado a no fiarse de nadie, y menos de los payasos y los relojeros, por mucho que se dediquen a servir el té en fiestas de lo más concurridas.
El problema es que cada villano que llega tiene una historia singular que contar y desde luego nadie puede fiarse de esos personajes, porque uno nunca sabe si la princesa del crimen miente o simplemente está como una cabra y dice la verdad.
Y finalmente llegamos con la última historia, una en la que el mismo Batman conoce a la misma reina de las nieves, quien pese a su gélida apariencia le calentará el corazón y le encarga una peligrosa misión. En su camino encontrará una dulce jardinera que le hará recordar que no todas las rosas significan lo mismo para todo el mundo, y que el dolor puede llevar muchas máscaras.
Puede ser la suya de murciélago y justiciero, puede estar hecha de hielo para asustar a sus contrincantes y derrotar a criminales, o puede que incluso sean unas gafas de científico que lo único que buscaba era recuperar a su antiguo amor. Lastima que el recuerdo de ese amor le congelara en el tiempo. Pero para eso está Batman.
Con estas cuatro curiosas historias, nos zambullimos de lleno en un mundo infantil e inocente pero que gracias a sus pinceladas de humor negro y sus toques de realidad, se convierten en un conjunto de lo mas interesante tanto para que los niños aprendan una lección mas allá de los clásicos de siempre, como para que los adultos nos entretengamos con un producto que nos sacará mas de una sonrisa.
Claro esta, no hay ninguna historia de la que desconozcamos el final, ni grandes sorpresas en la esquina de la página, pero es esta sencillez la que nos roba el corazón y nos encandila nuevamente. Aunque no podemos negar que es el dibujo el que nos ha llamado la atención desde el minuto cero de tener esta obra en nuestras manos, porque nada cuadra tan bien como una historia clásica y un dibujo en acuarelas.
En conclusión, esta pequeña joya pasa a ser de nuestras favoritas y a tener un hueco especial en nuestra librerías, perfecta para leer en tardes lluviosas y días fríos como los que tenemos ahora, porque su inocencia y picardía nos hará sonreír seguro.