De un tiempo a esta parte los manicomios han sido objeto de análisis para una gran variedad de autores y de entre sus paredes han surgido todo tipo de historias, pero en pocos han encontrado su hogar tantos criminales como los que hay en Arkham, siendo dicho Asilo casi un personaje como tal. Justamente eso debió pensar Sam Kieth, autor del cómic que hoy tenemos en nuestras manos y que la editorial ECC ha lanzado al mercado bajo el nombre de Asilo Arkham: Locura.
En este caso, la edición que lanza ECC es en formato cartoné con un interior creado por 104 páginas a color que recopilan el tomo original de Arkham Asylum: Madness USA, el cual puso a la venta la editorial a inicios de noviembre y que se encuentra a la venta en librerías, tiendas especializadas y grandes superficies por 15,50€ para aquellos que quieran hacerse con él.
Asilo Arkham: Locura
Entre sus salas encontrareis además de a algunos de los más viles criminales que han pisado Gotham, también a enfermeras, médicos, guardias de seguridad y como no, doctores, que aquí trabajan, ya sea a gusto o más bien a disgusto.
Hacen falta personas de otra pasta para terminar aquí, da igual en que lado de la ley estéis o cuál sea vuestro trabajo. Porque cuando se acerca medianoche, toda esperanza se abandona y tanto intrnos como los empleados del hospital psiquiátrico desean que llegue la luz del dia… y con ella su cordura.
Rezar por salir antes de que oscurezca, entre las sombras se cuentan las historias mas macabras que puedas llegar a escuchar, muchas de ellas recreadas por los mismos pacientes a los que tienes que vigilar.
Rezar por salir antes de que termine vuestro turno, las jornadas agotadoras entre sus asfixiantes muros pueden dejarte demasiado agotado como para pensar en otra cosa que no sea en el tic tac del reloj.
Rezar por no enloquecer, como muchos que aquí ya se encuentran, y no hablamos solamente de los pacientes.
Porque entre sus muros se cuela, rezuma y gotea sangre, a veces incluso de forma literal, logrando que los mismos trabajadores se cuestionen si realmente esas pagas mensuales que reciben valen tanto la pena.
Pero como en todos los sitios, mientras unos sufren por no poder ver a sus seres queridos mientras trabajan acompañados de criminales y compañeros de trabajo, otros disfrutan de las desgracias ajenas, haciendo daño a doctores y enfermeras y mirando como las horas pasan y el resto se va volviendo cada vez más loco. ¿Acaso no es parte de la gracia de estar en un loquero, ver como la gente se vuelve loca?
Curiosamente esta trama viene desde dos puntos de vista, por un lado el loco, El joker quien nos muestra una crueldad a la que ya nos tiene acostumbrados; y por otro lado la enfermera, Sabine, quien pese a estar enganchada a su hijo de forma totalmente enfermiza, encontrará la horma de su zapato en un trabajo al que no puede renunciar. Entre los dos crearán la historia de un día anodino que dejó de serlo en ese edificio que tantas historias a llegado a guardar entre sus páginas.
Desde luego el arte de este autor es algo único, así como sus diseños de personajes, algo vagos al primer vistazo pero cargados de matices en cuanto la oscuridad llena las páginas. Se nota que el mismo se ha obsesionado con las viñetas, no solamente por el texto que encontraremos al final del tomo en el que a modo de autocrítica, lo admitirá abiertamente, sino también por las composiciones dignas de un loquero.
No esperéis encontrar personajes bien definidos en estas páginas, pocas veces aparecerán, en su lugar tendremos claroscuros misteriosos, con detalles fragmentados de cosas difíciles de identificar a primera vista, y excesivamente perturbadoras después.
Así pues, este tomo no está enfocado para todos los lectores, y dudo mucho que el propio autor lo realizara con ese pensamiento. Lo amaran aquellos que ya conozcan el estilo único de este artista y otros lo detestarán por una trama anodina que no llega a ser del todo terrorífica ni maquiavélica y un dibujo difícil de definir y muy vago en la mayoría de casos. Pero desde luego no dejará indiferente a nadie.