Reseña de Fairy Tail: 100 Years Quest vol. 3, de Hiro Mashima y Atsuo Ueda.

 Tras lo que pareció el final de Fairy Tail, llega la secuela oficial Fairy Tail: 100 Years Quest escrita por el propio Mashima y con dibujos de su ayudante Atsuo Ueda. Este pasado mes de noviembre, se lanzaba su tercer volumen, que sigue con esta nueva aventura de Natsu y sus amigos y que, hasta la fecha, ha logrado estar a la altura de la saga principal.

Reseña de Fairy Tail: 100 Years Quest vol. 3, de Hiro Mashima y Atsuo Ueda.

Fairy Tail (フェアリーテイル), obra original de Hiro Mashima, comenzó a publicarse el 23 de agosto de 2006 en la revista Shōnen Magazine, de la editorial japonesa Kōdansha, y en el país del sol naciente alcanzaba su final en 2017 con la friolera de 64 tomos publicados.

Fairy Tail: 100 Years Quest empezaba su publicación el 25 de Julio de 2018 en la Shōnen Magazine.

Norma Editorial nos ofrece esta secuela en una réplica exacta de su formato japonés, un rústica sobrecubierta de 11,5 x 17,5 cm en cuyo interior encontramos 192 páginas en blanco y negro.

Reseña de Fairy Tail: 100 Years Quest vol. 3, de Hiro Mashima y Atsuo Ueda.
Fairy Tail: 100 Years Quest vol. 3
Continúan las aventuras de Natsu, Lucy, Elsa, Wendy y Gray en una nueva misión que lleva vigente desde hace cien años y nadie ha logrado completar jamás en el continente llamado Guiltina, misión que en tomo anteriores los llevaba a una ciudad dónde deben encargarse de sellar al Dragon Divino acuático, quién tras demostrar que se trata de un amigo, termina perdiendo el control sobre sus propios poderes, arrasando por completo la ciudad mientras nuestros amigos luchan por mantener el tipo ante él sin demasiado éxito.

Pero inesperadamente, la batalla llama la atención de un invitado inesperado a todos los niveles... otro dragón divino que, al tomar forma de humano, se presenta como Ignia, el auténtico hijo biológico de Igneel y hermano adoptivo de Natsu, un monstruo con unos niveles de poder gigantescos que humillan por completo a nuestro protagonista.

Y lo que es peor... al devorar sus llamas para poder derrotar al Dragon Divino acuático, Natsu no solo lo logra si no que pierde por completo el control hasta que Lucy lo detiene arriesgando su propia vida.

Reseña de Fairy Tail: 100 Years Quest vol. 3, de Hiro Mashima y Atsuo Ueda.
Este encuentro da pie a un nuevo interés en esta nueva historia. Por un lado tenemos esta nueva rivalidad nacida entre Natsu y su hermano, quién está decidido a provocar que Natsu se haga lo suficiente poderoso como para librar con él una batalla definitiva en la que uno de los dos muera y el otro herede el legado de su padre. Rivalidad a la que Natsu corresponde sin dudar.

Por otro tenemos a Lucy, que tras haber visto a Natsu perder por completo el control sobre si mismo, parece más allá de preocupada... como si realmente vayamos a ver el florecimiento de algo más en la peculiar relación entre ellos dos.

Superado este encuentro y con Natsu poniendo su mirada en hacerse aun más poderoso, el grupo parte rumbo al Dragón Divino de Madera, el cual se dice es el más gigante de todos ellos.

Pero en su camino, antes harán una paradita en una ciudad en la que todos sus habitantes son "clones" de los miembros de Fairy Tail pero con otras personalidades, lo cual da pie a toda una serie de gags geniales...

Reseña de Fairy Tail: 100 Years Quest vol. 3, de Hiro Mashima y Atsuo Ueda.
Así como a una clara evolución en el corazón de Gray, cuando vemos varias páginas dedicadas a como se siente realmente frente al amor incondicional que le profesa Lluvia.

¿Estamos ante las puertas de nuevas revelaciones amorosas en esta fantástica historia? ¿Veremos nacer verdaderas parejas de estos tira y afloja que han durado tantos tomos?

De momento, siguen avanzando, mientras nuevas amenazas nacen y la historia se vuelve cada vez más interesante en esta misión de cien años...

Fairy Tail: 100 Years Quest logra su cometido y se siente como una digna continuación. Los personajes protagonistas se sienten exactamente igual, con sus marcadas personalidades y sus escenas totalmente idas de la olla, algo que es de agradecer. La historia de Mashima ayuda mucho, pero es el dibujo de Atsuo Ueda lo que termina de convencernos, con un estilo de dibujo exactamente igual al del sensei.