Review del manga Banana Fish Vol. 6 y 7 de Akimi Yoshida - Panini Cómics

Las aventuras de Ash Linx continúan en dos nuevos volúmenes de la serie Banana Fish, obra de Akimi Yoshida que se encuentra en publicación en nuestro país en un bonito formato Kanzenban gracias a la editorial Panini Manga. En esta ocasión estamos ante los tomos 6 y 7 de la serie, los cuales fueron publicados respectivamente en octubre y diciembre.

El formato como siempre se mantiene con un diseño en rústica de tomo con sobrecubiertas extraíbles protagonizadas todas ellas por el mismo Ash y contando con un tamaño de 15 x 21 cm. En su interior podremos ver las 368 páginas de las que están compuestas cada tomo, recopilando los números 11 y 12; y 13 y 14 de la serie original. Cada uno de los tomos se vende por 15.95€ y están disponibles en librerías, tiendas de Cómics y a través de la web de la editorial.

Banana Fish Vol. 6 y 7

Ash fue encerrado en un Centro de Salud Mental, pese a que el resto del mundo cree que está muerto; aunque todos sabemos que durará poco tiempo, porque en cuanto vaya superando el sofisticado sistema de seguridad del centro, su huida será tan épica como su entrada. Pese a todo, el barón Zakharev no se amedrenta ante su huida y dará la orden de disparar a matar en cuanto sus guardias lo vean; lo que no sabe es que es Ash quien mejor puntería tiene y su salida será inminente, acompañado de Max, Ibe y del doctor Swanson.

Una vez fuera Ash no podrá quedarse sentado y optará por hacer lo que mejor se le da, investigar  y actuar, llegando a parte de la raíz del secreto del Banana Fish y su formula, lástima que Papa Dino y la mafia china tampoco quieran quedarse sentado y llamen al único que puede hacerle frente, a Blanca.

Y es que Blanca es al único al que teme Ash, su maestro, cuidador y ahora perseguidor, siendo quien ponga entre la espada y la pared a Ash. O se entrega a Papa Dino, y hace todo lo que la mafia quiere, o con su diestra puntería y eficacia matará a Eiji.

La respuesta es clara y rápida. Ash aceptará su destino y caerá en las manos de Papa Dino, si con ello salva a Eiji de su destino, aunque eso implique ser el juguete roto de aquel a quien mas odia.

Nos encontramos ante dos tomos realmente trepidantes de Banana Fish, en los que podemos ver tanto los altos éxitos de Ash, como su más aplastante derrota, aquella en cuya guerra no puede participar sabiendo que está en juego la vida de otra persona. Y es que ese es el mayor punto flaco de este personaje, el que puedan dañar a quien considera su apoyo, la persona inocente, a Eiji. 

Se mantiene pues la dinámica entre salvador y salvado al inicio de este tomo, pero va cambiando a medida que Eiji es consciente de que el peligro que corre Ash no es simplemente sufrir un disparo, si no algo mucho mas personal y doloroso. 

Lo que me pregunto es si el japonés es consciente de que todo lo que hace Ash es para cuidar de él, o si todavía está en la parra creyendo que Ash simplemente lo hace porque es el líder y es su deber. Supongo que una mezcla de ambas.

En otro orden de cosas, en este tomo se incorpora un personaje nuevo, Blanca, este enorme caballero, capaz de asesinar son un pestañeo, mentor de Ash, y ahora un miembro más en el entramado de héroes y villanos, dará mucho juego en cuanto a la toma de decisiones de Dino y de Yousiss. Ahora bien, quizás no está siempre de lado de estos dos, si no que intente ayudar a Ash de una forma totalmente inesperada.

Finalmente, en el apartado artístico del manga encontramos un espléndido dibujo en todas las facetas de la historia. Ya sea mostrando la tensión en el ambiente cuando Ash se enfrenta a las peores decisiones de su vida, como los momentos más pijainas del chico, o las escenas de acción en las que las balas vuelan sin rumbo concreto, todas ellas están recreadas al máximo detalle, a la vez que dejan que la historia respire sin agobiar en las páginas. Todo un éxito visual al que nos hemos acostumbrado a las mil maravillas.

Desde luego el mayor punto a destacar en este volúmen es la incorporación de Blanca y como repercute su presencia en la trama, que da un giro de 360º de forma totalmente inesperada. La bravuconería de Ash va desapareciendo poco a poco para dejar solamente un cascarón vacío, un aspecto que nunca antes habíamos visto en el.

En conclusión, estamos ante un emocionante tomo en el que toman importancia tanto las balas como los sentimientos de sus personajes. Nos encanta ver a Ash con el corazón fundido ante Eiji y su versión más dura aceptando su desgraciado destino, aunque nos dejan con ganas de seguir con el próximo tomo mientras nos mordemos las uñas a la espera de este emocionante desenlace ante una de las batallas decisivas de Banana Fish.