Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vols. 7 y 8 de Buronson y Tetsuo Hara.

Recientemente Planeta Comic lanzaba al mercado los volúmenes 7 y 8 de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken), una auténtica obra de arte del manga que TODO OTAKU debería leer alguna vez en la vida.


La edición elegida es la kyuukyoku japonesa, rústica con sobrecubiertas de 128x180mm que cuenta con 18 tomos de más de 300 páginas contando con páginas a color y portadas realizadas con motivo del 30 aniversario de la serie. Tiene periodicidad trimestral y un precio de 12,95 el tomo.

Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vols. 7 y 8 de Buronson y Tetsuo Hara.Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vols. 7 y 8 de Buronson y Tetsuo Hara.

En esta ocasión el tomo nos trae en portada a Toki y Ryûga, con 306 y 312 páginas respectivamente en su interior que incluyen varias a color y con una impecable traducción realizada por Daruma. Por suerte o por desgracia, los personajes que ilustran estas portadas no hacen aun acto de aparición en la saga, por lo que pueden resultar algo confusas a aquellos que ya conocen la serie.

Hokuto no Ken es un manga de Buronson y Tetsuo Hara que se publicó en Japón entre 1983 y 1988. En España Hokuto no Ken (北斗の拳) es conocida por el nombre El Puño de la Estrella del Norte (Fist of the North Star).
Para aquellos que desconozcáis la carrera de esta obra en nuestro país, Planeta Comic ya la publicó en los noventa primero en formato rústica de 48 páginas y después de forma incompleta en formato tankoubon (solo hasta el tomo 15 de 27).

Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vols. 7 y 8 de Buronson y Tetsuo Hara.
Hokuto no Ken
 (北斗の拳) 
En estos dos volúmenes, tras el cierre de la saga de Yuda y Rei, nos encontramos ante dos arcos argumentales realmente legendarios. El primero de ellos, que abarca prácticamente la totalidad del tomo 7 y parte del 8, muestra el enfrentamiento entre Kenshiro y el emperador sagrado Thouser, el hombre más poderoso del Nanto Seiken.

Tras su encuentro con Shû, la estrella piadosa del Nanto, y aun recuperándose de su enfrentamiento contra Ken-oh, Kenshiro deberá unirse a su resistencia y rebelión contra un hombre que ha tomado el relevo de Raoh como emperador cruel, sometiendo a la gente a las más terribles penurias bajo su puño firme.

Kenshiro presenciará durante esta saga el trágico destino del Nanto, debiendo tomar la iniciativa para poner fin al drama que ha envuelto a sus usuarios durante estos últimos años, y al mismo tiempo haciendo frente al misterio que rodea el cuerpo del emperador, que parece totalmente inmune a los puntos de presión del Hokuto no Ken.

Tras mucha muerte y lágrimas, Kenshiro y Thouser protagonizarán una épica e inolvidable batalla en la pirámide, en la que ambos desatarán sus más poderosos arcanos para hacer morder el polvo a su rival.

Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vols. 7 y 8 de Buronson y Tetsuo Hara.Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vols. 7 y 8 de Buronson y Tetsuo Hara.

Reseña de El Puño de la Estrella del Norte (Hokuto no Ken) vols. 7 y 8 de Buronson y Tetsuo Hara.
Tras presenciar esta batalla, el protagonismo recaerá sobre otra destino trágico, el de los hermanos de sangre Raoh y Toki. Tras todos estos años como discípulos del Hokuto no Ken, finalmente deberán cumplir las promesas del pasado y llevar a cabo un combate a muerte, en el que uno de los dos puños será sellado para siempre. 

El resultado es simplemente inolvidable, un despliegue épico de violencia y resentimiento capaz de ofrecer unas viñetas que nos hacen estremecer.

Bajo esta premisa, el manga de Buronson y Tetsuo Hara nos muestra una trama dramática y espectacular, dónde la tristeza se puede sentir no solo en cada pequeña viñeta y en cada uno de los rostros de sus desesperanzados personajes, destacando entre ellos el mítico Kenshiro, cuya historia no solo conmueve al lector si no que le da aun más poder a cada uno de sus golpes.

Todo esto por supuesto en compañía de un grafismo impresionante, con un nivel de detalle preciso y único que nos deja pasmados. Y más si lo comparamos con el resto de obras de 1984, a las cuales el glorioso Hokuto no Ken superaba con creces.