Reseña de Pájaro indiano de Belén Ortega

Pájaro indiano (Belén Ortega, Norma Editorial, 2015) cuenta la historia de Bernat, un chico que vive en un pueblo pesquero de la Costa Brava con su abuela después de que sus padres partieran a Cuba. Poco antes de morir su abuela, esta le cuenta a su nieto la historia de un pájaro mágico que sobrevuela la tramontana que sopla en el cabo de Creus. El que crea en él y lo encuentre, podrá pedirle como deseo convertirse en ave. Esta fábula arraiga en el corazón del pequeño que, al quedarse solo, dedica su vida a encontrar el ave mágico. En su camino se topa con Gala, una chica que lo ayuda en su cometido. Los dos comparten el duelo de haber perdido a seres amados. Juntos viven una aventura efímera que acerca a Bernat a su destino. Esta historia, ambientada a finales del siglo XIX, va acompañada de unas páginas adicionales donde la autora revela cómo gestó el tebeo y la minuciosa documentación que llevó a cabo para su concepción. Tanto en el texto como en las viñetas se palpa esa dedicación y pasión por esta parte del litoral donde reina el viento de tramontana.


Bernat es ingenuo, inexperto y determinado a cumplir su sueño. Encontrar al pájaro mágico. Si bien su meta parece inalcanzable, la tenacidad que lo caracteriza resulta inspiradora. Su ejemplo inspira a ser fiel a las creencias de uno mismo a pesar de que nadie las entienda. Al tratar con Gala, una joven astuta golpeada por la vida, se acentúa la candidez del chico frente a la desconfianza de ella. En el cómic el muchacho le confiesa a ella que es su inspiración. Sin embargo, la influencia del joven enciende una chispa de esperanza en ella para volver a creer en el ser humano después de haber sido repudiada por los habitantes del pueblo en el que ella vivía. Bernat le demuestra que aún hay personas en las que confiar. Le da esperanza.

Como se indica en el cómo se hizo del tebeo, este cómic está ambientado en la Costa Brava. La elección de esta localización no solo se queda en ubicar esta historia en este punto del litoral. La autora comenta que el inicio de la obra versiona los primeros versos de la habanera «El meu avi», una de las más populares. La incorporación de esta canción característica de algunos pueblos de la Costa Brava remarca la minuciosidad de Ortega a la hora de ambientar la historia. Asimismo, encontramos varias referencias a Cuba como el destino del barco al que se dirigen los padres de Bernat, los puros habanos que posee un cazador o las mismas habaneras cuyo origen se remonta a este país. Por otro lado, una de las viñetas está inspirada en Calella de Palafrugell, la meca de las habaneras y el ron quemado. Relacionado con esta zona de la costa catalana se hallan dos referencias a Salvador Dalí. La primera es el nombre del personaje de Gala, pareja del artista de Figueras, y la segunda es la aparición de Cadaqués en algunas de las viñetas que configuran la localidad portuaria por la que se mueven los personajes.


En cuanto al estilo del dibujo de Ortega, lo primero que llama la atención de las viñetas de la obra son las centradas en los ojos de los personajes. Las microexpresiones que reflejan las miradas transmiten alegría, tristeza, sorpresa, embriaguez o ilusión. Sin tener que mostrar el rostro completo, los ojos encierran todas estas sensaciones según el devenir de la trama. Por su parte, tanto personajes como localizaciones se han creado con gran minuciosidad, lo cual da una clara sensación de realismo en todo el cómic.

Pájaro indiano, en definitiva, nos invita a perseguir nuestros sueños por muy inalcanzables que sean en una historia de dos jóvenes que buscan cómo seguir con su vida cerca de un pueblo de mar donde sopla la tramontana.