Entre sus novedades de junio de 2020 de DC Comics, ECC Ediciones lanzaba dentro de su línea DC Black Label el fantástico Batman: Condenado, con una historia que sale de la maravillosa mente de Brian Azarello, contando con el impresionante dibujo fotorealista de Lee Bermejo, formando un equipo creativo que ya nos ha dejado maravillados en otras ocasiones con Joker, Luthor o Antes de Watchmen: Rorschach.
Y en esta entrega, dos artistas de lujo se dan la mano en una obra inolvidable que nos llega en estas 176 páginas recogidas en una fascinante edición cartoné de lujo.
Batman: Condenado
Tomando la forma de thriller sobrenatural, la historia da inicio con un Batman desangrándose en un estado deplorable en el interior de una ambulancia, de la que no tarda en escapar cuando recupera la consciencia.
Herido y desesperado, Bruce no tarda en escapar a rastras del vehículo hasta un cercano callejón, dónde se suma el p`rimer invitado inesperado.
Cuando uno comienza el cómic que tenemos entre manos se sorprende al encontrar como narrador a una sarcástica voz en off que no nos cuadra con ninguno de los habituales personajes que suelen rodear al Caballero Oscuro.
La sorpresa es que John Constantine, el mentiroso mago británico une fuerzas a Batman en estas páginas para ayudarle ha solucionar el entuerto que se cierne sobre Gotham, uno mucho más retorcido y fuera de lo común de lo que suele encargarse Batman.
A partir de aquí la trama explora en clave de unos interesantes flashbacks el hecho de que la vida de Bruce Wayne ha estado rodeada de fuerzas sobrenaturales desde que era pequeño, pero nunca les ha hecho frente. En los recuerdos que vamos visitando a lo largo de estas páginas podemos ver como se el aparece una suerte de espíritu femenino con aspecto carroñero, que le relaciona una y otra vez con la figura del murciélago. Unos flashbacks que, adicionalmente, plantean la posibilidad de que su padre estuviera teniendo una aventura.
Esta mención de lo sobrenatural no se queda únicamente en la aparición de Constantine, ya que podemos ver aparecer otras figuras como Boston Brand; seres bastante menos tangibles de a lo que suele golpearle con batarangs.
Sin embargo, el núcleo real de la serie es un hecho bastante impactante que sucede antes de la primera página: El Joker está muerto, y Batman está tratando de averiguar si es real esta vez.
Con un inicio así de impactante, Azzarello nos ofrece un ritmo y una historia que nos recuerdan al estilo vértigo, logrando probablemente plasmar a Constantine mejor de lo que nadie lo ha hecho desde Hellblazer.... aunque en contrapartida su Deadman y su Zatanna no terminen de convencer de momento.
Haciendo uso de varios elementos que parecen no tener demasiado en común, la historia va entretejiendo el misterio que ahora se plantea ante un Batman completamente torturado por los fantasmas del pasado.
Este relato oscuro es plasmado con lo que únicamente podemos calificar como genialidad por parte de Lee Bermejo, quién retrata cada escena como si fuera un cuadro, repleto de tinieblas que parecen capturar el alma de una Gotham más siniestra que nunca.
Una nueva obra maestra que no puede faltar en ninguna biblioteca dedicada al murciélago de Gotham.