Cómic Europeo: Subnormal: Una historia de acoso escolar

Panini Comics anuncia el cómic basado en hechos reales Subnormal: Una historia de acoso escolar. Iñaki Zubizarreta, ex jugador de baloncesto y con un físico portentoso, sufrió la dureza del bullying durante su escolarización. Su altura y fuerza física no sirvieron para nada ante la manada de los acosadores, que lo llevaron al borde de la muerte. Todos somos vulnerables. Esta historia real está guionizada por Fernando Llor y dibujada por Miguel Porto, ante la supervisión de Iñaki, la imagen en España de quienes luchan contra esta lacra.

Subnormal: Una historia de acoso escolarSubnormal: Una historia de acoso escolar

Subnormal: Una historia de acoso escolarSubnormal: Una historia de acoso escolar

Historia de Iñaki Zubizarreta
Guion de Fernando Llor
Dibujos de Miguel Porto

Subnormal: Una historia de acoso escolar

Una palabra, solo una palabra convertida en grito: ¡subnormal!

Una palabra hiriente retumbaba en la cabeza de un niño, como un martirio imposible de soportar. El lado oscuro, ese universo que en los cómics de superhéroes permite que al final el bien venza al mal, palpita con fuerza en esta novela gráfica basada en una historia real: la de Iñaki Zubizarreta. El bullying como expresión de lo peor del ser humano, la crueldad en la escuela, la insensatez y la cobardía del grupo viven en las viñetas de este cómic, con fines terapéuticos, que pretende hacer visible un problema que nos afecta a todos como sociedad.

Iñaki, un niño buenazo y grandullón, solo quería ser aceptado como era. En lugar de encontrar acomodo en el colegio, encontró el aislamiento, el miedo y la desesperación que lo llevó a las puertas del suicidio, cuando en su mente se repetía una y otra vez el insulto de sus acosadores: ¡subnormal!

Pese a la dureza de la historia y las imágenes que siguen, estamos ante un relato de superación y esperanza. Iñaki sufrió el acoso físico y psicológico hasta el extremo, pero gracias al deporte y a sus compañeros de equipo consiguió superar el trauma. Sin embargo, el pasado estaba agazapado en ese lado oscuro y bastó una nueva injusticia para que prendiera en él la mecha de la venganza y la víctima pensara en convertirse en un personaje de cómic, en un vengador.

Afortunadamente imperó en él la cordura y llegó a la conclusión de que no hay arma más eficaz que la palabra. El insulto hiriente fue vencido por la bondad de un discurso coherente y positivo. Por ello, este niño grande y buenazo que sigue siendo Iñaki, consagra su vida a la lucha contra el bullying, para que todos comprendan que quien calla y consiente es un cobarde y que la solidaridad nos hace mejores y sin duda más felices.

El baloncesto fue el cabo al que se agarró nuestro protagonista para salir del pozo que representa el acoso. Su altura se convirtió en una bendición y su éxito como deportista en una fuente de inspiración para miles de niños, que escuchan boquiabiertos y emocionados sus charlas. Un discurso positivo que termina siempre con la misma frase, “¡basta ya, trátame con respeto!”, y con un fuerte abrazo colectivo. Su actitud ante la vida, la entrega en la lucha contra el acoso escolar, es la mejor jugada de su historia como atleta de élite, el mate más importante que aquel niño perseguido podía dar a sus acosadores.