Con este calorazo que pega y con la intención de hacer subir aun más la temperatura, Fandogamia Editorial lanzaba recientemente el tercer tomo de Oshiete! Galko-chan (おしえて！ギャル子ちゃん), obra original de Kenya Suzuki que llega bajo el título literal Cuéntame, Galko-chan.
El manga inició su publicación en el servicio digital Comic Walker de Kadokawa en junio de 2014, aunque anteriormente su autor había recurrido a Twitter para lanzar la obra, y la editorial española nos lo ofrece en una edición a todo color, con formato A5 a un precio de 10 euros cada tomo y cadencia trimestral, todo en un formato idéntico al japonés, rústica A5 con sobrecubierta.
Hasta ahora cuenta con cinco tomos recopilatorios en Japón.
Soy de esos que espera pacientemente por cada nuevo tomo de esta maravilla. Vale, quizá esto no es el apogeo del manga, ni mucho menos, pero hay algo en la frescura de sus páginas, en lo desenfadado de sus historias y en su trazo que nos deja un buen sabor de boca y una sonrisa tonta cuando terminamos de leerlo.
Este manga en clave de comedia que nos ofrece historias cortas de una página o dos, protagonizadas por tres grandes amigas de instituto que tienen más bien poco en común: Galko, Otako y Ojô, que tal y como las definen sus seudónimos son una voluptuosa e inocente gal, una otaku más bien pequeña y finalmente una chica adinerada y perfecta que no sabe muy bien como encajar.
Al ser tan opuestas entre ellas, los gags nos muestran sus diferentes y divertidos puntos de vista sobre curiosidades cotidianas, todo rodeado de una candidez e inocencia sin abandonar ese toque picante y gracioso y que habitualmente terminan arrancándole los colores a una de las tres.
El tercer volumen continúa contándonos más del día a día de estas tres amigas, pero siguiendo la tónica ofrecida con el segundo volumen los personajes secundarios cada vez cobran más importancia.
Así pues, vemos algo de la relación que mantiene el modernillo de Charao con su pareja (una chica de un curso más bajo) ó lo desastre que es Okako, una siniestra muchacha a la que le encanta la música que esta vez se queda dormida yendo a clase en tren y se despierta en un pueblo rural.
Pero lo más destacable de este volumen es sin lugar a dudas la celebración del Festival Estudiantil, un clásico de todo manga con personajes de instituto que nos revela un aspecto que desconocíamos de nuestra protagonista: tiene una voz maravillosa cuando lee, lo cual provoca que el club de teatro termine reclamándola para ayudarla durante la obra que piensan representar.
Participar en la obra de teatro provocará que su fama se dispare cuando la gente comience a conocerla por su voz, lo que la mantendrá completamente saturada durante el festival... y por lo tanto separada de sus dos amigas Otako y Ojô... algo que acarreará sus pequeñas consecuencias.
A todo esto por supuesto tenemos que añadir el estilo de dibujo impresionante de Kenya Suzuki, quién logra plasmar tanto a Galko y su cuerpo neumático como al resto de personajes cada vez más variados en sus páginas, como a la curvy Nikuko. Esto siempre en compañía de un estilo de color que nos enamora, con unos trazos que parecen hechos con un boli un poco al azar, logrando un encanto que pocos consiguen.
La suma de todos estos factores dan como resultado un manga repleto de frescura, un grito a la juventud que es capaz de arrancarnos fácilmente una sonrisa en cada una de sus páginas, y que incluso tras todas las leyendas urbanas que repasan entre las tres amigas, siempre logran hacernos aprender algo.
Este manga en clave de comedia que nos ofrece historias cortas de una página o dos, protagonizadas por tres grandes amigas de instituto que tienen más bien poco en común: Galko, Otako y Ojô, que tal y como las definen sus seudónimos son una voluptuosa e inocente gal, una otaku más bien pequeña y finalmente una chica adinerada y perfecta que no sabe muy bien como encajar.
Al ser tan opuestas entre ellas, los gags nos muestran sus diferentes y divertidos puntos de vista sobre curiosidades cotidianas, todo rodeado de una candidez e inocencia sin abandonar ese toque picante y gracioso y que habitualmente terminan arrancándole los colores a una de las tres.
Así pues, vemos algo de la relación que mantiene el modernillo de Charao con su pareja (una chica de un curso más bajo) ó lo desastre que es Okako, una siniestra muchacha a la que le encanta la música que esta vez se queda dormida yendo a clase en tren y se despierta en un pueblo rural.
Pero lo más destacable de este volumen es sin lugar a dudas la celebración del Festival Estudiantil, un clásico de todo manga con personajes de instituto que nos revela un aspecto que desconocíamos de nuestra protagonista: tiene una voz maravillosa cuando lee, lo cual provoca que el club de teatro termine reclamándola para ayudarla durante la obra que piensan representar.
A todo esto por supuesto tenemos que añadir el estilo de dibujo impresionante de Kenya Suzuki, quién logra plasmar tanto a Galko y su cuerpo neumático como al resto de personajes cada vez más variados en sus páginas, como a la curvy Nikuko. Esto siempre en compañía de un estilo de color que nos enamora, con unos trazos que parecen hechos con un boli un poco al azar, logrando un encanto que pocos consiguen.
La suma de todos estos factores dan como resultado un manga repleto de frescura, un grito a la juventud que es capaz de arrancarnos fácilmente una sonrisa en cada una de sus páginas, y que incluso tras todas las leyendas urbanas que repasan entre las tres amigas, siempre logran hacernos aprender algo.