Hola chicos, ya estoy de vuelta una vez más. ¿Qué tal el
confinamiento? ¿Habéis hecho mucho pan? Os escribo unas líneas para seguir por donde lo dejé: Esta vez toca
juegos sin continuidad. Desde juegos que no tuvieron mucha tirada hasta algunos
que fueron directamente a vender figuras, lo empaquetaron con unos cartones
bonitos y a la cosechadora (de euros).
Es verdad que esta premisa sonaba fácil y sencilla, pero
si por algo que se me conoce es por tener la capacidad organizativa de Homer
Simpson y lo que parecía una tarde apacible escribiendo sobre dos o tres
juegos se ha convertido en una búsqueda a cuál más loca por juegos editados en
el pleistoceno por Games Workshop. De verdad, he flipado mucho. Conocía unos pocos de lo poquito que llegó a España, pero hay más, muchos más. Así que catalogaré
este artículo como buenamente se merece: En eras frikológicas en función del año en el que se publicó. No me centraré tanto en si han tenido
continuidad o no, improvisemos un poco ¿no? ¡Soltémonos el pelo! Vamos a ver
que sale de toda esta búsqueda, sacad unos pinceles de esos de arqueólogo, el
martillito ese en el que Tim Robbins hacía un agujeraco por el que podía pasar
un Bulldozer en Cadena Perpetua, una camisa del Coronel Tapioca y sumerjámonos
en la arqueología de Games Workshop ¡Vamos allá!
ERA CENOZOICA
La más actual, la que muchos habréis sabido de su
existencia o como poco os sonará. La época actual. Nada sorprendente pero no
está mal, ¿no? Catalogados desde el 2001 hasta el 2020. (¡Veinte añacos,
chavales! Me acaba de salir otra cana solo de pensarlo).
Deathwatch: Overkill (2016)
La élite de la élite del Adeptus Astartes reclutados de
lo mejor de cada capítulo, luchan en las misiones más arriesgadas en pro del
Emperador, mientras que el culto Genestealer, infiltrado entre la sociedad
humana, planea el fin de la civilización tratando de enviar sus temibles flotas
de tiránidos.
Se trata de una especie de Space Hulk y Necromunda venido
a menos. Sirvió, entre otras cosas, para presentar las miniaturas de Deathwatch
y las del culto genestealer. Solo por las miniaturas ya valía la pena. Además,
resultó ser un juego bastante resultón. Tenía una gran ventaja: Un novato y un
veterano podían jugar sin que quedara muy descompensado, puesto que la
Deathwatch requería de una gran estrategia para poder ganar, mientras que el
culto, bueno, pues iba en plan horda y disfrutaba como un enano sin tener que
romperse mucho la cabeza.
La White Dwarf puso la guinda al pastel con algunas
reglas para usar a los Militarum Tempestus del Astra Militarum.
Recordando a aquel Man’o war de los 90, los de Nottingham
se sacaron de la manga un juegazo (literalmente, era enorme). También fue un
éxito y muy bien recordado. Tenía barcos de todo tipo: elfos, imperiales,
enanos… y por el otro: barcos fantasmas, barcos funerarios de Khemri, orkos y un sinfín de
bizarras combinaciones.
Tiene un 7 en BGG y una partida dura en torno a una hora.
Algunos jugadores consideran que se trata de un tiradados, pero para otros es
un gran juego de estrategia. En lo que están todos de acuerdo es que era
innecesariamente grande.
Horus Heresy (2010)
El juego de mesa basado en… ¡oh sorpresa! En la Herejía
de Horus. Un mastodóntico juego en el que dos jugadores llevan a los leales al
Emperador y otro a los traidores, en el momento de la batalla de Terra. Con un
sistema de combate por cartas y con unas cuantas miniaturas, como no podía ser
de otra manera, está bastante bien tratado por los fans a lo largo de los años.
Los fanáticos lo adoran… aunque hay otros pocos fans que no llegaron a entender
sus liosas reglas y su laaaaaargo montaje. El problema es que en 2010 no
abundaban las cuentas de YouTube sobre tutoriales de juegos que pudieran
ayudar, si no lo entendías, lo jugabas mal durante años hasta que encontrabas a
alguien que te lo explicaba adecuadamente. Solo para los muy fans de WH40K.
Inquisitor (2001)
Una extraña mezcla entre juego de rol y juego de
miniaturas que se jugaba con “minis” de 54mm (lo de minis es un término
contradictorio). Combinaba el combate con un toque narrativo. Las miniaturas
eran impresionantes… a la par que incómodas. Obviamente no funcionaba con
ninguna escenografía a la venta ¿Era necesaria esa escala? La parte buena es
que podías personalizar al personaje bastante. Al final, el producto pasó sin
pena ni gloria y fue descatalogado.
ERA MESOZOICA
La más espectacular. Los dinosaurios de Games Workshop,
criaturas que a día de hoy llaman la atención pero que ni por asomo te gustaría
vivir esa época: Reglas complicadas, juegos largos y, sin embargo, tardes
espectaculares. Es como haber vivido en el cretácico: espectacular pero a su vez
un pequeño infierno. Desde el 1991 al
2000.
Lost Patrol (2000)
Este juego para dos jugadores, daba a escoger entre un
pelotón de marines exploradores y genestealers. En un tablero en el que iban
apareciendo hexágonos con motivos selváticos, los héroes imperiales debían
llegar al punto de llegada para ser recogidos por una lanzadera. El camino se
dividía y los marines debían separarse para encontrar la salida. Los que se
perdían no volvían a ser vistos…
El juego tiene una puntuación de 6,5 en BGG y bebe de
gran cantidad de películas bélicas. Las partidas duraban entre 20 y 30 minutos.
No era espectacular pero sí podía ser jugado por gran parte del público ajeno a
Games Workshop que eso es mucho.
Mordheim: Ciudad de condenados (1999)
En el 1999 del calendario imperial, aparece un cometa con
dos colas, la gente de Mordheim se regocija pues creen que es un buen augurio.
Sin embargo, el cometa cae sobre la ciudad y la destruye por completo,
llenándola, además, de piedra bruja por doquier. Los pocos supervivientes
tienen mutaciones y diferentes bandas llegan para hacerse con esas piedras.
Juegazo donde los haya, con miniaturas preciosas,
trasfondo cuidado, recordando un poco al mito de Sodoma y Gomorra. Lo malo es
que requiere de mucha, mucha escenografía. Y eso lo hace algo muy poco
práctico.
Gorkamorka (1997)
Después del éxito de Necromunda, los chicos de GW
bebieron de más cine comercial y esta vez versionaron Mad Max al mundo de 40K:
Orkos y Mad Max, ¿Qué podía salir mal? Con un reglamento muy similar al wargame
que todos conocemos, hacía hincapié en las físicas de vehículos chocando o
siendo abordados.
En la misma caja de Gorkamorka está todo lo que necesitas
para jugar (puede que algún tapete desértico faltara, pero estoy hablando desde
la perspectiva de un wargamero del 2020, antes no se necesitaban esas cosas). Y
aquí he visto de todo, cualquier cosa tenía cabida si era divertido. Desde
bandas de mexicanos, a bandas de nazis, maquetas de Citroën 2CV “orkizados”,
barcos con orugas, partidas en las que “Gorkiana Yonz” debía hacerse con un
camión con una reliquia antigua y para ello tenía una pistola y un látigo…
Podías comprar una maqueta de un coche de juguete
(¡tenían la misma escala!), lo “orkizabas” y tenías media banda hecha. También había
humanos que estaban locos y se creían orkos y otras cosas locas. Muy recomendable
incluso a día de hoy.
¿Lo veis? No mentía |
Battlefleet Gothic (1999)
En un mundo de ciencia ficción, las naves debían salir
por algún lado, y aquí entró Battlefleet Gothic, un juego que recreaba la
guerra naval. Cuando salió me fascinó, pero no jugué a él hasta hace muy
poquito, veinte años después. Básicamente el precio de las naves era
prohibitivo. Era muy, muy caro; incluso para los estándares de GW. La parte
buena, pues que no se requería casi escenografía… y, sobre todo, porque es un
juegazo, pocas veces me lo he pasado tan bien jugando a un juego de mesa. Pocas
miniaturas y un peso en la estrategia brutal.
Aquí habían 200€ tranquilamente |
Gobbo’s banquet (2000)
Juego sencillo, al estilo de Lost Patrol pero en malo.
Básicamente bandas de goblins que deben coger bichos para poder comer. Demasiado
sencillo para el estándar de amante de Games Workshop. Quizás para introducir
al mundo de Warhammer a tu hijo de 10 años podía valer (era el tabaco light de
la época, ese que servía para enganchar a los malotes de instituto en los 90).
Warhammer Quest (1995)
El heredero de Advanced Heroquest y esta vez en el mundo
de Warhammer fantasy. Ah amigo, acabas de poner el ingrediente secreto en la mezcla.
De este juego hay auténticas legiones de fanáticos que a día de hoy lo
recuerdan… ¡y es de hace 25 años! Las miniaturas eran excelentes, incluso a día
de hoy, ¡y había cientos! Incluso un príncipe demonio de Khorne. Salieron
varias cajas de personajes protagonistas y un par de ampliaciones… Más otra
hecha por fans en 2010.
Bommerz over da Sulphur River (1998)
De este juego no tenía ni la más remota idea de su
existencia. En “Bombarderoz zobre el río Zulfurozo”, un jugador lleva una
escuadrilla de bombarderos orkoz dispuestos a acabar con algunos puentes
importantes imperiales, mientras, el otro jugador, lleva la defensa antiáerea,
llevando también a valerosos pero superados en número, cazas Thunderbolt. Traía
miniaturas de Epic 40K. Fue relanzado siete años después en un PDF gratuito.
Brewhouse Bash (1998)
Juego de peleas de bar en un planeta orko. Gana el último
en quedar en pie. Salió en una White Dwarf, una de esas pequeñas joyas que no
valen para nada pero te alegran la vista. Aún así, como el mundo geek es sorprendente
y siempre hay alguien más friki que tú, alguien ha hecho el bar de Brewhouse
Bash en 3D.
¿Lo veis? No mentía |
Doom of the eldar (1993)
La premisa del juego es sobrevivir al ataque tiránido a
una nave hogar eldar. El tablero era bastante majo, no solo para la época,
incluso ahora. Fichas (es un wargame) decentes y un sistema de juego bastante
balanceado. Según dicen los que lo jugaron (aquí no llegó ni por asomo), una de
las joyas de Games Workshop. Algún geek fan de los Tau ha hecho un fanmade con
esta facción.
Man o’war (1993)
La versión marítima de Warhammer Fantasy. Cada facción en
ejército de tierra estaba representada en Man o’war y cada flota tenía su forma
característica de luchar. Salieron dos ampliaciones, una de flotas del caos (Plaguefleet)
y otro (Sea of Blood) amplió el reglamento con velocidad del viento, monstruos
marinos y la inclusión de la flota nórdica.
Los que llegaron a conocer y disfrutar este juego les recordó
a Battlefleet Gothic, tanto en su forma de jugar como en su calidad. No eran
reglas complicadas y los turnos eran dinámicos. Un juego hecho en los buenos
tiempos de Games Workshop.
Dragon masters (1991)
Los jugadores son príncipes competidores en la patria
élfica. Los jugadores tienen que gestionar una economía basada en pueblos y
ciudades mientras reclutan dragones para derrotar a sus enemigos. Un juego raro
para la época, recordado por algunos, sigue habiendo fanáticos de este juego,
en general pasó sin pena ni gloria, pero es bueno saber que sigue siendo
recordado por algunos.
ERA PALEOZOICA
La era donde más especies hubieron… y donde más se
extinguieron. La vida era muy dura en esta época, no había mucho oxígeno, ni
tierra, si me apuras. La vida estaba bajo las profundidades, sin ser vistos desde la superficie,
como los jugadores de aquella época.
Chivalry (1990)
Otro juego salido en White Dwarf. Un simple juego de
cartas. Bàsicamente las cartas son posiciones de combate de caballería
medieval. Partidas cortas, ilustraciones feas. Juego olvidable pero que sirve
para echar unas manos rápidas antes de empezar una partida más seria.
Advanced Heroquest (1989)
La versión PRO del Heroquest. Tenía algunos cambios importantes
respecto a su hermano pequeño: Había escuelas de magia, las mazmorras se hacían
de forma aleatoria. Aquí vino de la mano de Diseños orbitales. White Dwarf puso
de su parte con una docena de escenarios de lo más variopinto. 6,8 en BGG, no
está mal.
Blockmania (1987)
Un juego de estrategia en el mundo de Juez Dredd. Cada
jugador lleva una comunidad de vecinos violenta y armada y debe hacer pintadas
y acabar con otros miembros de otra comunidad de vecinos. Partidas de ¡3 horas!
Con mucho cartón como mandaban los cánones de la época, tuvo dos ampliaciones:
Megamania para 3-4 jugadores y Happy Hour, un suplemento de cuando la White
Dwarf valía para algo.
Battlecars (1983)
Un juego futurista post-apocalíptico con coches armados
al más puro estilo Deadrace… o al más puro estilo Car Wars, un juego que salió
un par de años antes y que trataba exactamente de lo mismo. No fue la mejor
decisión de Games Workshop.
Towerblox (1982)
Pues básicamente un jenga de toda la vida. ¡Pim-pam
fuera! Ni tan solo un jenga del imperio en el que comandas valerosas piezas de
madera en post de la torre más alta, ¡Qué va! Simplemente un jenga.
"The suspense building game" Claro que sí, campeón, claro que sí. |
Rogue Trooper
(1987)
Cada jugador
lleva a un soldado superviviente de una batalla que resultó ser una matanza. Deben
sobrevivir y a su vez encontrar al traidor que los ha llevado a la situación en
la que están, para ello deberán encontrar las pistas para encontrarle, también
podrán coger equipo y munición para prepararse para el encuentro final. El
juego tenía una baraja de Rogue que daba resultados bastante divertidos y
bastante aleatoriedad.
Chaos Marauders
(1987 y 2009)
Un juego creado por Games Workshop a mediados de los 80
que coloca a cada jugador en la posición de un general orco que debe reunir a
sus tropas en tres líneas de batalla en preparación para atacar a los enanos.
Cada jugador comienza con una baraja de cartas en blanco que se llena
lentamente con cartas que representan diferentes unidades de orcos, goblins,
máquinas de guerra y tesoros. Cada carta tiene sus propias reglas que afectan
el juego. El juego acaba cuando uno de los jugadores completa la tercera línea
de batalla.
Por lo que he visto, no es un juego muy recordado, pasó
sin pena ni gloria y aquí a España ni se le vio venir.
Talisman (1983)
Todo un clásico
que sobrevive a día de hoy. Este sistema de juego te lleva por varios “anillos”
en el que el jugador debe enfrentarse a criaturas del anillo exterior, más fáciles y
llegado el momento pasar al siguiente anillo, donde ahí se enfrentará a
peligros mayores, así hasta que llegue al centro del tablero y consiga su objetivo.
Este sencillo juego ha tenido varias ediciones ya, e
incluso algunas apócrifas como Batman o Kindom Hearts sacado el año pasado.
También hubo uno de WH40K bastante decente.
Railway Rival (1979)
Muy parecido en temática a Aventureros al tren. Ya en los
feos años 70, los de Games Workshop ya apuntaban maneras y cada jugador tenía
su tren en miniatura. Salieron multitud de expansiones y juegos especiales como
Ralway Rival Alemania, Japón, Italia, Irlanda o Europa… Exactamente igual que
el Aventureros al Tren, los jugadores debían hacer rutas por lugares indicados
antes de que viniera el rival y te la robase.
Este juego, fue una reedición del mismo juego del año 73.
Ambos tenían tableros con casillas hexagonales y era… bueno, eran los años 70,
una época poco recordada por su calidad gráfica.
Y hasta aquí hemos llegado hoy. Los juegos de Games
Workshop han tenido gran variedad de temáticas (bueno, lo cierto es que no) y
de estilos de juego, desde serios y épicos como la actual, hasta juegos de señor
mayor con mucha ficha de cartón y poco grafismo, pasando por su época de oro,
los 90, más desenfada y divertida.
Sí, sí, ya sé que me diréis, que falta Epic 40,000 y Warmaster. Vale, cierto. Pero es que esos los comentaré aparte. Otro día si eso. No sufráis.
Nos vemos en el mes que viene, en la próxima plaga bíblica.