Norma Editorial lanzaba esntre sus novedades del pasado noviembre el volumen 4 de Route End, manga de Kaiji Nakagawa en clave de thriller destinada al público adulto. La serie ya cuenta en Japón con 8 volúmenes y finalizaba recientemente en la Shonen Jump + de Shueisha recientemente, dónde dio inicio en 2017.
Norma Editorial nos ofrece esta obra en un formato idéntico al japonés, en un takoubon con sobrecubierta de 13x18,2 cm en cuyo interior encontramos los capítulos 21 al 27 a lo largo de 192 páginas en blanco y negro.
Continúa en este volumen la investigación para atrapar a "END", un asesino en serie a cuyo paso sus víctimas descuartizadas aparecen en su casa formando dicha palabra en el suelo con los trozos de su cuerpo. Un caso sin ninguna pista a seguir que está hundiendo por completo a todo el departamento en una investigación sin salida.
En este cuarto volumen continúan los misterios sobre Gemelos. Por un lado, tenemos a Igarashi quién, en una extraña casualidad, coincide con un chico completamente idéntico a su difunto hermano menor, un muchacho que probablemente fuera originalmente su hermano gemelo antes de ser dados en adopción.
El chocante encuentro por supuesto suscita unos inesperados sentimientos en Igarashi, así como la aparición de un nuevo personaje que ni siquiera podemos imaginar a dónde va a llevarnos.
Mientras tanto la policía continúa investigando sobre END. Tras deducir en el tomo anterior que se trataba de trillizos univitalinos, de los cuales ya han aparecido el cadáver de dos de ellos siendo uno de ellos el mentor de nuestro protagonista es Taji Haruno, el señor Tachibana, ahora todo se vuelve aun más confuso cuando aparece descuartizado el tercer gemelo a quién ya atribuían la identidad del asesino.
Mientras la policía se vuelve completamente loca ante esta nueva aparición y comienza ha hablarse de la posibilidad de cuatrillizos, el foco recae sobre Yanagime, quién tras la muerte de su pareja ha perdido completamente el rumbo y decide suicidarse para terminar con el dolor.
Un suicidio que se ve interrumpido ante la llegada de Tachibana, a quién todos daban por muerto hasta ahora y cuya identidad supone un misterio más grande cada día que pasa.
Este volumen supone una vuelta de tuerca adicional al caso de END, que continúa complicándose más y más a medida que la investigación avanza, tomando giros imposibles que únicamente logran volver locos a los protagonistas de esta historia.
El tomo además presenta el personajes nuevo de Ryô Akutsu, el gemelo del hermano de Igarashi, quién seguramente termine añadiendo aun más complicaciones a la trama.
El chocante encuentro por supuesto suscita unos inesperados sentimientos en Igarashi, así como la aparición de un nuevo personaje que ni siquiera podemos imaginar a dónde va a llevarnos.
Mientras la policía se vuelve completamente loca ante esta nueva aparición y comienza ha hablarse de la posibilidad de cuatrillizos, el foco recae sobre Yanagime, quién tras la muerte de su pareja ha perdido completamente el rumbo y decide suicidarse para terminar con el dolor.
Un suicidio que se ve interrumpido ante la llegada de Tachibana, a quién todos daban por muerto hasta ahora y cuya identidad supone un misterio más grande cada día que pasa.
El tomo además presenta el personajes nuevo de Ryô Akutsu, el gemelo del hermano de Igarashi, quién seguramente termine añadiendo aun más complicaciones a la trama.
El autor continúa elaborando ese ambiente único, una espiral de asesinato y morbosidad con un deje de soledad y tristeza que deja una sensación amarga pero atrayente, repleta de una cadena de misterios que parecen englobar a cada uno de los ingredientes expuestos.
Sin duda se trata de una obra no apta para mentes delicadas, pero que los lectores con estómago disfrutarán a tope.