A finales de junio Panini Cómics lanzaba el que ya es el quinto tomo de Origin, la nueva obra del autor surcoreano Boichi que comenzó a publicarse en el semanario Young Magazine en 2016.
El quinto volumen de la colección recopila los capítulos 34 a 42 de la serie a lo largo de 192 páginas, en un formato tankoubon (rústica con sobrecubiertas) de 13x18 centímetros.
Este seinen obra del creador del mítico manga Sun Ken Rock (que aun esperamos llegue a nuestro país), Wallman (editado por Milky Way) y la reciente Dr. Stone (editado por Ivréa) ya tiene 9 volúmenes en Japón, y terminaba recientemente su publicación en la revista.
En anteriores tomos veíamos los intentos fútiles de Origin por pasar desapercibido tras su enfrentamiento con otros seres artificiales, cuando la empresa AEE decide moverle a él y al resto de novatos al equipo cabeza, dónde se encuentran todos los genios de la empresa, la despampanante líder de equipo Laura Fermi, y su compañera Mai Hirose.
Problemas que se agravan cuando la empresa, y en concreto Laura Fermi, decide pasar cuatro noches fuera en las instalaciones de Kioto dónde se llevan a cabo los desarrollos de IA de la AEE, los Al Stadt, dónde deberán trabajar conjuntamente los próximos días.
Es en este lugar dónde Origin descubre la IA más inteligente del planeta y probablemente el intelecto más grande del planeta, Y, considerada un peligro incluso por sus creadores, y recluida en un circuito cerrado sin comunicación con el exterior.
En esta situación, todo se complica con la llegada de toda una serie de Robots clónicos de Gon, versiones aun más armadas y peligrosas del ya de por sí problemático hermano de Origin.
El ataque de Gon vuelve a poner a prueba una vez más las capacidades de Origin, quién en esta ocasión hace uso de un exomúsculo con el que se ha equipado para multiplicar sus habilidades y convertirse en un auténtico robot ninja capaz de hacer frente a hermanos mucho mejor equipados físicamente que él para el combate.
Equipado con esta especie de biopiel, Boichi nos regala unas viñetas simplemente espectaculares, dónde su dominio de las formas humanas y biotecnológicas desafía todo los visto hasta ahora, desatando una batalla que es más trepidante a cada viñeta que pasa, desatando toda una fantasía futurista en la que la imaginación es el límite.
Además Boichi utiliza este volumen para desarrollar aun más la psíque cada vez más humana de Origin, quién mediante un monólogo interior durante su batalla revisita capítulos anteriores de su vida, pero en esta ocasión yendo más allá del dogma que el había inculcado su creador para abrazar al nueva promesa realizada a Mai Hirose; una promesa que despertará en él una voluntad mucho mayor a su instinto de autopreservación.
A esto debemos añadir el cuidado extremo en la representación de los cuerpos, tanto humanos como robóticos y mecánicos, la expresividad de los rostros y los entornos detallados con la que Boichi desata todo su potencial, y sin los que su obra no sería la misma.
A destacar su dominio dibujando culos que nos dejan perplejos, tanto musculados como sensuales y femeninos, un sello inequívoco de que Boichi sabe dónde centrar la atención del lector sin termor a fallar.
Problemas que se agravan cuando la empresa, y en concreto Laura Fermi, decide pasar cuatro noches fuera en las instalaciones de Kioto dónde se llevan a cabo los desarrollos de IA de la AEE, los Al Stadt, dónde deberán trabajar conjuntamente los próximos días.
Es en este lugar dónde Origin descubre la IA más inteligente del planeta y probablemente el intelecto más grande del planeta, Y, considerada un peligro incluso por sus creadores, y recluida en un circuito cerrado sin comunicación con el exterior.
El ataque de Gon vuelve a poner a prueba una vez más las capacidades de Origin, quién en esta ocasión hace uso de un exomúsculo con el que se ha equipado para multiplicar sus habilidades y convertirse en un auténtico robot ninja capaz de hacer frente a hermanos mucho mejor equipados físicamente que él para el combate.
Equipado con esta especie de biopiel, Boichi nos regala unas viñetas simplemente espectaculares, dónde su dominio de las formas humanas y biotecnológicas desafía todo los visto hasta ahora, desatando una batalla que es más trepidante a cada viñeta que pasa, desatando toda una fantasía futurista en la que la imaginación es el límite.
A esto debemos añadir el cuidado extremo en la representación de los cuerpos, tanto humanos como robóticos y mecánicos, la expresividad de los rostros y los entornos detallados con la que Boichi desata todo su potencial, y sin los que su obra no sería la misma.
A destacar su dominio dibujando culos que nos dejan perplejos, tanto musculados como sensuales y femeninos, un sello inequívoco de que Boichi sabe dónde centrar la atención del lector sin termor a fallar.