A inicios del mes de abril, la editorial Ivrea lanzó al mercado el tercer volumen de su edición Deluxe que le dedican al clásico manga Love Hina, obra de Ken Akamatsu que por fin consigue un formato digno al de su fama.
Como viene sucediendo con la editorial, el formato de este tercer número es el mismo con el que fue publicado en japón, es decir un bonito rústica con sobrecubierta en formato kanzenban que tiene un tamaño de 13 x 18 cm, encontrando en su interior 380 páginas, dos de ellas a color, de las locas aventuras de Keitaro. El precio de este tomo es de 14€.

Y mientras Kitaro y Naru tienen su tira y afloja, el resto de chicas también aprenderán cosas nuevas. Por ejemplo Shinobu se sentirá cada vez mas atraída por nuestro protagonista, con ganas de aprender lo que es besar a alguien, mientras que Motoko la espadachina emprenderá un viaje para auto-descubrirse.
Y así seguirán los días de nuestros personajes en la posada, hasta que se les una al grupo una antigua amiga llegada de Okinawa, Mutsumi!
Finalmente con este tercer numero Keitaro deja claro sus sentimientos hacia Nrusegawa y parece que poco a poco empieza a olvidar a la chica de su promesa, algo necesario para que avance como personaje, que el pobre lo tiene muy metido en la cabeza. Por el contrario Naru es un poco reticente a aceptar los sentimientos del chico y aunque se deja llevar por la situación lo hace muy despacio y sin implicarse sentimentalmente.
Como punto a favor en esta ocasión el profesor arqueólogo no está demasiado por las chicas y eso deja el camino a nuestro protagonista mas abierto para hacer de las suyas, aprovechando de paso para explorar la residencia en la que viven, la cual además está llena de pequeños pasadizos secretos.
Esperemos que con la misma rapidez con la que los personajes se han asentado a que Keitaro viva en la residencia, también van aceptando sus sentimientos y la trama crece poco a poco y profundiza en la historia de los personajes.

Como detalle a comentar de este número encontramos la transformación en adulta de la alocada Kolla, personaje que por ahora no sabemos muy bien de donde a salido y que ahora nos deja todavía mas intrigados. Desde luego parece una princesa Indú pero con ella nos llevamos tantas sorpresas que somos incapaces de augurar nada en concreto.
En conclusión, podemos otear el romance entre Naru y Keitaro en el horizonte, aunque sabemos que eso será un proceso largo y tedioso, aunque para agilizar-lo y reírnos un rato ha llegado a la palestra la dulce y torpe Mutsumi, que esperamos ponga un poco de guerra a la misma Natu Narusegawa.