Panini Manga lanza en nuestro país esta colección en una edición tankoubon idéntica a la japonesa, o lo que es lo mismo, un rústica con solapas de 11.2x17.5cm en cuyo interior encontramos a lo largo de 192 páginas en blanco y negro recopilados los capítulos 119 al 127.
El manga original inició su publicación en la revista japonesa Weekly Shonen Jump de Shueisha el 26 de noviembre de 2012, y ya lleva publicados 27 tomos recopilatorios.
Además, recibió una adaptación anime cuya primera temporada anime se emitió en 2015.
La segunda temporada titulada Shokugeki no Soma: Ni no Sara, se estrenaba el 2 de julio de 2016. La tercera llamada Shokugeki no Soma: San no Sara se estrenaba el 4 de octubre a las 00:30 en Tokyo MX y contará con un total de 24 episodio, estando aun ahora en emisión.
Antes de ir a por los acontecimientos de este volumen, hagamos un breve repaso a de que va esta obra.
Pero en Totsuki, la cosa está difícil. Como escuela de élite, Totsuki debe mantener un estatus entre sus alumnos y lo hace con un régimen totalmente fascista en el cual si un alumno "falla" de alguna manera, es irremediablemente y unilateralmente expulsado del centro. Una expulsión que por supuesto, arruinaría tu carrera como chef.
Y esto no es todo. En esta escuela, los estudiantes son libres de desafiarse entre sí en Shokugekis (Batallas Culinarias), un enfrentamiento de cocina uno contra uno donde se puede apostar cualquier cosa: objetos, dinero, rango, honor, la expulsión del contrario... ¡Cualquier cosa!
En este infierno culinario es en el que veremos a Soma desarrollarse como cocinero mucho más allá de lo que lo había hecho en el pequeño comedor en el que se crió cocinando con sus padres, evolucionando, superando desafíos, conociendo nuevos amigos y rivales y, por supuesto, abriéndose paso hasta la cima de Totsuki.
Podemos considerar que este volumen 15 da inicio a toda una nueva etapa en Food Wars, e incluso que nos encontramos en el meridiano de la serie. Y es que el tomo da inicio con uno de los avances más importantes de la historia hasta ahora con la presentación de la Élite de los Diez de la Totsuki, los cocineros más importantes y hábiles de la academia.
Estos diez personajes (de los que Erina Nakiri siempre ha formado parte) no solo son los mejores entre el resto del alumnado, si no que tienen acceso a toda una serie de privilegios que provoca que cualquier otro alumno ansíe tener uno de sus asientos.
Pero ni ante estos diez titanes se arruga nuestro protagonista, que sin despeinarse ya anuncia que desafía a quién sea y que desea uno de esos puestos cuanto antes.
Por suerte para Souma y aunque inicialmente le ignoran como a un idiota, una nueva oportunidad está delante de sus narices...
El blanco de Souma en esta ocasión es Terunori Kuga, el octavo puesto en la Élite de los Diez y líder del seminario de cocina china, especializado en el Mapo Dôfu de la región de Shichuan, famosa por la comida más picante. Un Dôfu que además prepara haciendo uso de todo el seminario, que son práticamente un ejercito de cocineros.
El desafío de Souma es tan loco como cabía esperar, y decide no solo retar a Kuga, si no hacerlo en comida china y poniendo su puesto justo enfrente de el del seminario de Cocina China de su rival, dispuesto a derrotarle en su especialidad; todo un disparate si tenemos en cuenta que esta vez además es un miembro de la Élite de la Totsuki.
Pero Souma no se rinde fácilmente, y aunque seguramente Kuga es su rival más fuerte hasta el momento, confía plenamente en sus dotes culinarias y en algo que no todos tienen de su lado: todos sus compañeros de dormitorio y los amigos que ha ido haciendo hasta el momento, quienes no dudarán en echarle un buen cable a Yukihira.
Yuuto Tsukuda se supera una vez más al ofrecernos u volumen capaz de mantenernos pegados a la viñeta, mostrando como el protagonista sigue madurando y aprendiendo sin parar en la academia Totsuki, mientras no deja de crear nuevas amistades que de alguna manera terminan salpimentando su propio estilo de cocina.
Por su parte el espectacular arte de Saeki Shun nos deja atónitos, siendo capaz de dibujar unos platos que nos hacen la boca agua, unas viñetas repletas de dinamismo y al mismo tiempo, unas chicas espectaculares que aportan todo el fanservice que necesitamos para vivir.