Esta primavera y mostrándose como una editorial cada vez más imparable, LetraBlanka lanzaba al mercado la nueva obra de Nacho Fernández, creador de Dragon Fall (Dolmen Editorial) y Los mundos de Valken (Grafito Editorial) y un autor que ya es de sobra conocido en el panorama español a estas alturas, con una trayectoria independiente loable que le ha mantenido en las estanterías de la librerías de cómics desde hace una buena ristra de años.
Hablamos de KRYSALIS, una historia con tintes de ciencia ficción cuyo primer volumen nos llega en un lujoso cartoné de 170x240 milímetros en cuyo interior encontramos a lo largo de 60 páginas a todo color una historia que, en buena parte, podemos considerar autoconclusiva.
Además, LetraBlanka nos ofrece una portada que, si bien parece invitar a los más pequeños a colorearla al presentarse en blanco y negro, no tiene nada que envidiar a los grandes sellos gracias a la precisa aplicación de barnices brillantes en su logo que lo hace ver simplemente espectacular. Una edición como la copa de un pino.
La madre de Carla y el padre de Ruby y Dani se han enamorado, y para que sus hijos pasen más tiempo juntos deciden llevarlos a una asombrosa exposición sobre el espacio exterior. ¡Poco imaginan la aventura que espera a los tres jóvenes! Acompaña a la dinámica Carla, la inteligente y algo gruñona Ruby, y al pequeño fan de la ciencia-ficción Dani a conocer a los Nymphs y su eterna disputa contra la sociedad Zark.
No es la primera vez que vemos a Nacho Fernández volcarse en una obra de ciencia ficción y aventuras, algo que vimos recientemente en su Los mundos de Valken.
Un genero que le hemos visto visitar ya anteriormente durante su dilatada carrera en base a parodias durante su paso por el FANHUNTER de Cels Piñol, o bien en en las pequeñas incursiones realizadas en el universo de Warhammer 40.000 que nos han hecho babear una y otra vez.
Pero aunque queda claro que las naves alienígenas y y las armaduras de combate futuristas de aspecto robusto son el punto débil del autor, en esta ocasión su estilo se decanta más por público más juvenil, e incluso nos atreveríamos a decir que infantil.
Ahora que otras editoriales como Dibbuks o Norma Editorial con su sello Astronave parecen estar regresando su foco de atención a este target largamente abandonado, nos llega una historia de aventuras en las que los protagonistas son unos preadolescentes que conocen unos nuevos amigos y que, de forma inesperada, les hacen vivir unas divertidas aventuras.
Un corte de historia ligera muy ochentero que parece trasladarnos a aquellos películas de Steven Spielberg que nos emocionaron a finales de los años ochenta y principios de los noventa y cuya esencia podemos palpar en estas viñetas.
El autor nos embarca en la aventura de brindarnos toda una fantasía sobre tres razas alienígenas diminutas similares en algunos aspectos a nuestros insectos que, en base a toda una serie de prejuicios que incluyen desde la superioridad racial al machismo, se destruyeron a si mismas y han continuado en una espiral bélica sin final ni esperanza durante siglos.
Pero todo cambia cuando una de estas razas, integrada exclusivamente por pequeñas mujeres verdes con antenas, toma contacto con los tres niños protagonistas; tres niños que provienen de dos matrimonios diferentes y que pertenecen a dos etnias diferentes que, debido a la incipiente relación entre sus padres, deben colaborar no solo para salvar su pellejo en este embrollo cósmico, si no para conseguir crear una nueva familia a pesar de sus diferencias.
El bueno de Nacho nació en Bilbao en 1979.
Tras una infancia influenciada por el cómic y la animación, comenzó su carrera como mucho de sus compañeros de sector: en los fanzines.
Durante esa truculenta época fue cuando de sus manos nació Dragon Fall, parodia de la macrofamosa obra manga de Akira Toriyama que terminaría viendo la luz en el mercado español bajo el sello de Camaleón Ediciones como una colección con cara y ojos (y grapas). Dragon Fall sería la colección que lo catapultaría a la fama, cosechando un gran éxito y abriéndole las puertas en este difícil mundo.
Al mismo tiempo, Nacho comenzaría a colaborar con Cels Piñol en Fanhunter, y sus lápices se extenderían a otras publicaciones dónde aportaría historietas de todo calibre.
Desde entonces ha ido realizando todo tipo de trabajos en el noveno arte, como lo son sus más recientes obras Kung Fu Mousse, Paladines del Horoscopo o Juego de Poltronas, lo cual confirma un largo historial de parodias.