Entre la oleada de novedades en su catálogo manga que presentaba Norma Editorial durante la celebración a inicios de noviembre del Salón del Manga de Barcelona, encontrábamos el tomo 12 de uno de los shonen más populares del momento: SEVEN DEADLY SINS (Nanatsu no Taizai 七つの大罪) obra original de Suzuki Nakaba (鈴木央).
Este manga de fantasía heróica, aventuras y humor empezó a serializarse en la revista japonesa Weekly Shōnen Magazine en octubre de 2012, teniendo hasta la fecha recopilados 20 volúmenes.
El tomo nos llega en una edición idéntica a la japonesa de 192 páginas, con la clásica sobrecubierta con solapas de 11,5 x 17,5 cm.
Una adaptación a serie de anime empezaba el 5 de octubre de 2014 a emitirse en Japón de la mano de A-1 Pictures, y este verano recibe una nueva miniserie.
Hace diez años, la orden de caballería Seven Deadly Sins fue acusada de traición por intentar derrocar al rey de Britania. Los caballeros sagrados lograron derrotarles, y desde entonces estos peligrosos malhechores desaparecieron del reino. Pero quizá esa no es la verdad.
Meliodas, un descarado muchacho que sirve buena cerveza y comida malísima resulta ser el capitán de los Seven Deadly Sins, y en compañía de la princesa Elizabeth comienzan su búsqueda de sus otros compañeros para salvar al reino de su auténtico enemigo... Los Caballeros Sagrados.
La lucha en el reino de Liones se encuentra en un momento desesperado en el que la derrota está frente a nuestros héroes. Tras haber liberado sus poderes demoníacos, Hendricksen escapa tomando como rehén a la princesa Elisabeth y dejando tras de si a un destruido Meliodas, quién tras su enfrentamiento a penas puede ponerse en pie.
Para colmo de males, mientras su enemigo se escapa y el resto de los Seven Deadly Sins y sus escasos aliados hacen frente a todos los Caballeros Sagrados de nueva generación que han sido poseídos por la sangre demoníaca y King hace frente a un resucitado Hellbram, Ban llega convencido (tal y como podíamos ver el anterior volumen) de que la muerte de Meliodas traerá de vuelta a su antiguo amor, Elaine.
Inevitablemente, esto llevará a los dos compañeros a un combate a muerte en el que sus armas hablarán más por ellos que sus propias palabras.
Por suerte para todos, este combate se verá pausado hasta que Elisabeth sea rescatada bajo órdenes del Capitán Meliodas, órdenes ante las que todos engranajes de los Seven Deadly Sins se pondrán en marcha, estabilizando todo lo rápidamente posible la descontrolada situación de Liones para poder ir tras Hendricksen.
Gracias a que el caballero caído había sido detenido por Dreyfus y su hijo Griamore, pronto Meliodas llega hasta él, dando paso a un segundo asalto para el que el villano no se encuentra para nada preparado, y menos cuando los Seven Deadly Sins pronto se muestran muy superiores a él con la llegada de Diane, Ban y King al combate.
Por desgracia para ellos, arrinconar a Hendricksen solo servirá para que el villano decida optar por utilizar su última carta, desatando el mismísimo infierno sobre Liones...
El gran Sensei Suzuki Nakaba nos demuestra una vez más que es un maestro al plasmar el combate en arte secuencial, logrando unas viñetas que nos quitan el aliento, mientras sus protagonistas desatan unas escalas de poder que se han visto en pocos shonen. Su estilo en base a trazos finos y delicados se desatan con una soltura apabullante al tornarse más agresivos, cargados de acción, carisma y una esencia única que le hace destacar por encima de otros autores, plasmando en tinta unas batallas repletas de velocidad y destrucción.Para colmo de males, mientras su enemigo se escapa y el resto de los Seven Deadly Sins y sus escasos aliados hacen frente a todos los Caballeros Sagrados de nueva generación que han sido poseídos por la sangre demoníaca y King hace frente a un resucitado Hellbram, Ban llega convencido (tal y como podíamos ver el anterior volumen) de que la muerte de Meliodas traerá de vuelta a su antiguo amor, Elaine.
Inevitablemente, esto llevará a los dos compañeros a un combate a muerte en el que sus armas hablarán más por ellos que sus propias palabras.
Por suerte para todos, este combate se verá pausado hasta que Elisabeth sea rescatada bajo órdenes del Capitán Meliodas, órdenes ante las que todos engranajes de los Seven Deadly Sins se pondrán en marcha, estabilizando todo lo rápidamente posible la descontrolada situación de Liones para poder ir tras Hendricksen.
Gracias a que el caballero caído había sido detenido por Dreyfus y su hijo Griamore, pronto Meliodas llega hasta él, dando paso a un segundo asalto para el que el villano no se encuentra para nada preparado, y menos cuando los Seven Deadly Sins pronto se muestran muy superiores a él con la llegada de Diane, Ban y King al combate.
Por desgracia para ellos, arrinconar a Hendricksen solo servirá para que el villano decida optar por utilizar su última carta, desatando el mismísimo infierno sobre Liones...
Por otro lado, la historia parece estarse dirigiendo a un punto de no retorno ante el desarrollo de la influencia demoníaca por culpa del plan de Hendricksen. Un cambio en la historia que promete, y que nos deja con unas terribles ganas de echarle el guante al siguiente volumen.