Aquí llegamos de nuevo con una nueva reseña de la serie regular de nuestra loca favorita, la señorita Harley Quinn y sus aventuras por Gotham o Brooklyn, lo que toque según la trama. Aunque al menos en esta ocasión tenemos mitad y mitad.
Lo que sí que no cambia son sus autores, contando con los guiones de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti, mientras que en el apartado artístico podemos ver a Chad Hardin, John Timms y Moritat. Todos ellos responsables del #8 de Harley Quinn, volumen que llega a nuestras estanterías de la mano de ECC ediciones, quienes lo pusieron a la venta en noviembre.
La edición nuevamente vuele a ser en Rústica incluyendo los números del 25 al 30 publicados en Estados Unidos. En su interior encontramos 152 páginas a todo color donde nuestra protagonista se lía a mamporros y hace las delicias de los lectores por apenas 14,50€.
Harley Quinn #8:
Tras la tremenda noticia que Madame Macabre, su tal vez futura suegra le da a Harley se le hace un nudo en el corazón y en el estómago. A Mason, su noviete, le trasladan a Arkham, donde podrá codearse con lo peor de lo peor, nada que Harley no conozca pero que desde luego no le recomienda a Mason.
Así que ni corta ni perezosa Harley decide pedir ayuda a unos pocos amigos para ir a rescatar a Mason. Lo que no esperaba encontrarse o al menos no tan de cerca es a su Ex, a su anteriormente querido Sr. J. Y es que este ha resultado ser el vecino de celda de Mason, quien le ha emponzoñado el cerebro con imágenes de una antigua Harley.
Pero eso nuestra protagonista sí que no lo permitirá, una cosa es que el Joker le destrozara su vida entonces y otra es que lo haga ahora, así que manteniéndose en su línea de locuras entrará en su celda y se pegarán de tortas, demostrándole al payaso que ahora es ella la que manda en su vida. Tras la dura pelea Mason y Harley se escaparán de Arkham y aunque sea por separado, Mason podrá volver a tener una vida lejos de los criminales.
Pero a Harley se le siguen sumando problemas, y el nuevo resulta ser un enmascarado que corre detrás de su cabecita o más bien de sus patines, ya que donde lo conoce es en una partida de Roller Derby. Aquí aparecerá Mortandad, otro loco que se arriesgará a envenenar a todos aquellos presentes ese día y a secuestrar a Harley. Eso sí, para tener una cita. Lástima que eso de la cita no acabe del todo bien, por mucho que el caballero lo intentará repetidamente, eso sí, le dejó una buena señal a Harley, concretamente su número de teléfono en el culo.
Hay, pero a nadie, y a Harley tampoco, le gusta que le vayan marcado el trasero, por lo que cuando nuestra protagonista se presenta para pegarle una paliza al susodicho enmascarado no puede quedarse más sorprendida al ver que este tío a secuestrado a un montón de criminales para “regalárselos” a Harley como regalo de bodas. Romántico no, lo siguiente.
Tras unas cuantas discusiones, una charla con el nuevo jefe de policía de la ciudad y de conocer un poco más a este tal Mortandad, Harley se da cuenta de que realmente, no es tan mal tía y que si, puede que esté un poco enamorado de ella. Pero eso lo hace aún más divertido.
Poco después las aventuras de Harley continúan, ya sea vengándose de un criminal de la mafia con autobots/mechas o similar, todo muy loco y divertido, eso sí, con nuestra protagonista acompañada de Big Tony; para posteriormente salvar un árbol en el corazón de Brooklyn con la ayuda de Hiedra. Si es que esta chica está en todos los tinglados.

Así que ni corta ni perezosa Harley decide pedir ayuda a unos pocos amigos para ir a rescatar a Mason. Lo que no esperaba encontrarse o al menos no tan de cerca es a su Ex, a su anteriormente querido Sr. J. Y es que este ha resultado ser el vecino de celda de Mason, quien le ha emponzoñado el cerebro con imágenes de una antigua Harley.
Pero eso nuestra protagonista sí que no lo permitirá, una cosa es que el Joker le destrozara su vida entonces y otra es que lo haga ahora, así que manteniéndose en su línea de locuras entrará en su celda y se pegarán de tortas, demostrándole al payaso que ahora es ella la que manda en su vida. Tras la dura pelea Mason y Harley se escaparán de Arkham y aunque sea por separado, Mason podrá volver a tener una vida lejos de los criminales.
Pero a Harley se le siguen sumando problemas, y el nuevo resulta ser un enmascarado que corre detrás de su cabecita o más bien de sus patines, ya que donde lo conoce es en una partida de Roller Derby. Aquí aparecerá Mortandad, otro loco que se arriesgará a envenenar a todos aquellos presentes ese día y a secuestrar a Harley. Eso sí, para tener una cita. Lástima que eso de la cita no acabe del todo bien, por mucho que el caballero lo intentará repetidamente, eso sí, le dejó una buena señal a Harley, concretamente su número de teléfono en el culo.
Hay, pero a nadie, y a Harley tampoco, le gusta que le vayan marcado el trasero, por lo que cuando nuestra protagonista se presenta para pegarle una paliza al susodicho enmascarado no puede quedarse más sorprendida al ver que este tío a secuestrado a un montón de criminales para “regalárselos” a Harley como regalo de bodas. Romántico no, lo siguiente.
Tras unas cuantas discusiones, una charla con el nuevo jefe de policía de la ciudad y de conocer un poco más a este tal Mortandad, Harley se da cuenta de que realmente, no es tan mal tía y que si, puede que esté un poco enamorado de ella. Pero eso lo hace aún más divertido.
Poco después las aventuras de Harley continúan, ya sea vengándose de un criminal de la mafia con autobots/mechas o similar, todo muy loco y divertido, eso sí, con nuestra protagonista acompañada de Big Tony; para posteriormente salvar un árbol en el corazón de Brooklyn con la ayuda de Hiedra. Si es que esta chica está en todos los tinglados.
Crítica:

Sin embargo, sí que hay puntos que se pueden focalizar, ente ellos la conversación/paliza ente el Joker y Harley, una de las mejores escenas que he podido leer hasta ahora en la que nos demuestran el desarrollo de este personaje, pasando de ser una marioneta en las manos del bufón ha ser capaz de ser totalmente independiente.
Harley reconoce que su Pudding tiene razón y siempre habrá una parte de su corazón que le pertenezca, pero no por ello se dejará arrastrar una vez más, intoxicándose de ese amor dañino. Oh no, Harley le pateará su “culo de alabastro”, demostrando su superioridad no solo física si no también mental y pasará página para seguir con su vida.
El siguiente elemento llamativo es el personaje de Mortandad (Red Tool), guiño a Masacre (Deathpool), que se incorpora en este número como el nuevo compañero y posible romance de nuestra protagonista. Si bien las similitudes con el original son claras y esto podría crear cierto recelo, este personaje resulta ser más cuerdo, más inteligente y con un sistema moral aunque extraño, muy recto. El duo con Harley es sublime y tienen una química que en las viñetas resulta muy buena. ¡Hasta sus chistes son buenos!
Personalmente me ha parecido una adición a la serie muy interesante, una forma de que Harley no se sienta tan sola y de que pueda desarrollar su personalidad más loca a su lado. Si bien dicen que mejor quedarse con lo malo conocido que lo bueno por conocer, a mí me parece que este nuevo personaje va a ser una buena pieza que completará el puzzle mental de Harley.

Pero si en algo se caracteriza a este personaje es por su
siempre reivindicativo discurso feminista, el que en esta ocasión pasa a su
siguiente nivel cuando la piropean en la calle, demostrando que las mujeres no
son objetos que se puedan valorar a voz en grito como si de ganado se tratara.
Desde luego Harley es un gran ejemplo de integridad en este sentido y aunque
sus métodos no sean del todo aplicables, sus revolucionarias ideas si lo son.
Arte:
Nuevamente en este número encontramos al dúo formado por Chad Hardin y John Timms al timón del apartado gráfico, dividiéndose los capítulos de una forma magistral para que en ningún momento nos moleste el cambio de un dibujante al otro.
Como detalle a resaltar de este número es el nuevo look de su protagonista, quien tras romper definitivamente con su querido Sr J. decide hacerse un cambio de look muy “cinematográfico” como ella misma lo llama y pasar a ser una rubia platino con las puntas coloreadas y unos shorts muy cortos. Aunque esto último ya lo habíamos visto antes. Gracioso homenaje a la película que se mantendrá de forma indefinida.

Mortandad por otro lado cuenta con un traje molón a dúo con el de la protagonista, muchas armas y un rostro aún por descubrir, claramente es un homenaje a Deapool en el que mantienen incluso los bocadillos amarillos eso sí, con un divertido efecto visual. Por ahora, además de Harley, el mejor personaje de todos.
Conclusión:
