Editorial IVREA nos brindaba una vuelta al cole de lo más ardiente gracias a la salida del segundo volumen del seinen más tronchante de la otakusfera española actual: PRISON SCHOOL (Kangoku Gakuen / 監獄学園), obra original de Akira Hiramoto que ya con su primer volumen nos dejaba con un mono bastante potente y que, gracias a la espectacular portada de su segundo volumen, se convierte en compra obligada a todos los aficionados al humor fino. ¡VICEPRESIDENTA! ¡Te amamos - gozaru!
La serie llegaba a las librerías especializadas asociadas con su primer tomo el pasado mes de julio, iniciando una serialización que promete una cadencia mensual, al menos hasta que la serie se acerque al ritmo japonés. algo que de momento queda bastante lejos, ya que ya acumula 22 tankoubons.
IVREA nos ofrece la colección en un formato de tomo idéntico al japones, una rústica con sobrecubierta y solapas y una traducción respetuosa e impecable que conserva todos los matices originales, como el típico gozaru de Gakuto.
Hiramoto comenzó a publicar su manga en la Young Magazine de Kodansha en febrero de 2011. Actualmente cuenta con mas de 4 millones de copias en circulación y recibió el el premio al Mejor Manga en la edición número 37 de los Premios Kodansha en mayo del pasado año, lo cual dio luz verde a un anime de 12 capítulos y un OVA emitidos originalmente en Japón entre Julio y Septiembre de 2015, y también una serie live-action emitida entre Octubre y Diciembre de 2015. Casi nada.
PRISON SCHOOL
La historia nos traslada a la Academia Privada Hachimitsu, una estricta y prestigiosa institución de educación secundaria femenina que goza de un alto nivel académico y que, a pesar de encontrarse en plenos suburbios de Tokio, se comporta como un internado con instalaciones para albergar a su millar de estudiantes.
En base a un cambio de dirección, se decide convertir el centro de enseñanza en mixto, aceptando a nuestros cinco protagonistas: Kiyoshi Fujino, Takehito "Gakuto" Morokuzu, Shingo Wakamoto, Jouji "Joe" Nezu, y Reiji "Andre" Andou.
Los muchachos, que esperan ver florecer su juventud al estar rodeados de mujeres, pronto descubren la existencia de un Comite Estudiantil Secreto que los condena al ostracismo ante el resto del alumnado y que, tras atraparles espiando en las duchas, toma una medida tan absurda como drástica: encerrarles en una prisión para cumplir una condena de trabajos forzados, siempre bajo la vigilancia de la espectacular y neumática vicepresidenta Meiko Shiraki (a la cual es imposible no amar y comprarse compulsivamente todo su merchandise), la monísima y sociópata secretaria Hana Midorikawa y la presidenta entrenadora de cuervos e hija del director, Mari Kurihara.
Su tortura solo acaba de comenzar.
La Academia Privada Hachimitsu
Por si estar encerrado en la cárcel y tener que trabajar como esclavos bajo los maltratos de Meiko y Hana no fueran suficientes, la situación de Kiyoshi se complicaban aun más al final del anterior tomo en base a dos sucesos.
Por un lado, Gakuto se entera del plan de fuga de Kiyoshi para poder asistir al espectáculo de sumo con Chiyo, lo cual aunque en un principio se convierte en una tortura china para nuestro protagonista, pronto se revela como un aliado cuando nuestro gafotas preferido anuncia a Kiyoshi su intención de ayudar.
¿El motivo?
El lanzamiento en Akihabara de una figura limitada de los Tres Reinos - de los que es un otaku confesado - el mismo día del combate de sumo, lo que gracias a Kiyoshi le da una oportunidad de conseguirla. Un motivo de peso que pone su mente de estratega al servicio de Kiyoshi, ofreciendo montones de planes para su fuga con la condición de que, aparte de ir a la cita con Chiyo, le traiga su ansiada miniatura de coleccionista.
PRISON SCHOOL
La historia nos traslada a la Academia Privada Hachimitsu, una estricta y prestigiosa institución de educación secundaria femenina que goza de un alto nivel académico y que, a pesar de encontrarse en plenos suburbios de Tokio, se comporta como un internado con instalaciones para albergar a su millar de estudiantes.
En base a un cambio de dirección, se decide convertir el centro de enseñanza en mixto, aceptando a nuestros cinco protagonistas: Kiyoshi Fujino, Takehito "Gakuto" Morokuzu, Shingo Wakamoto, Jouji "Joe" Nezu, y Reiji "Andre" Andou.
Los muchachos, que esperan ver florecer su juventud al estar rodeados de mujeres, pronto descubren la existencia de un Comite Estudiantil Secreto que los condena al ostracismo ante el resto del alumnado y que, tras atraparles espiando en las duchas, toma una medida tan absurda como drástica: encerrarles en una prisión para cumplir una condena de trabajos forzados, siempre bajo la vigilancia de la espectacular y neumática vicepresidenta Meiko Shiraki (a la cual es imposible no amar y comprarse compulsivamente todo su merchandise), la monísima y sociópata secretaria Hana Midorikawa y la presidenta entrenadora de cuervos e hija del director, Mari Kurihara.
Su tortura solo acaba de comenzar.
Por si estar encerrado en la cárcel y tener que trabajar como esclavos bajo los maltratos de Meiko y Hana no fueran suficientes, la situación de Kiyoshi se complicaban aun más al final del anterior tomo en base a dos sucesos.
Por un lado, Gakuto se entera del plan de fuga de Kiyoshi para poder asistir al espectáculo de sumo con Chiyo, lo cual aunque en un principio se convierte en una tortura china para nuestro protagonista, pronto se revela como un aliado cuando nuestro gafotas preferido anuncia a Kiyoshi su intención de ayudar.
¿El motivo?
El lanzamiento en Akihabara de una figura limitada de los Tres Reinos - de los que es un otaku confesado - el mismo día del combate de sumo, lo que gracias a Kiyoshi le da una oportunidad de conseguirla. Un motivo de peso que pone su mente de estratega al servicio de Kiyoshi, ofreciendo montones de planes para su fuga con la condición de que, aparte de ir a la cita con Chiyo, le traiga su ansiada miniatura de coleccionista.
Por el otro, tras haber visto orinar a Hana, la situación entre ella y el pobre chico se convierte en lo más bizarro del universo cuando, para palia dicha vergüenza, la secretaria decide que la mejor manera es ver mear a Kiyoshi y así terminar en igual de condiciones.
Esta solución no solo es de locos, si no que se convierte en una obsesión que raya en la locura cuando Hana comienza a perseguir al muchacho para que se saque la chorra delante de ella y le ofrezca su ansiado espectáculo dorado.
Con estos problemas en ciernes y una preparación de fuga de la cárcel entre manos, las vidas de Kiyoshi y Gakuto se convertirán en una pesadilla en todos los niveles, llevándoles a rebajarse mucho más de lo que la lógica humana permitiría a cualquiera, llevándoles a unas situaciones tan irreales como tronchantes.
Esta solución no solo es de locos, si no que se convierte en una obsesión que raya en la locura cuando Hana comienza a perseguir al muchacho para que se saque la chorra delante de ella y le ofrezca su ansiado espectáculo dorado.
Con estos problemas en ciernes y una preparación de fuga de la cárcel entre manos, las vidas de Kiyoshi y Gakuto se convertirán en una pesadilla en todos los niveles, llevándoles a rebajarse mucho más de lo que la lógica humana permitiría a cualquiera, llevándoles a unas situaciones tan irreales como tronchantes.
Con esta clave, sensei Hiramoto nos ataca vilmente con unas escenas totalmente pasadas de vueltas, siendo capaz en cada capítulo de ofrecernos aun más que en el anterior como si no existiera límites en su cerebro a lo que deben sufrir estos compañeros.
Por si esto fuese poco su dibujo mejora notablemente desde el primer volumen, logrando que cada página sea una delicia visual. Un hecho que se esfuerza en acentuar con cada una de las páginas en las que se luce Meiko, siendo la vicepresidenta el principal foco de todas las perversiones, luciéndose de las maneras más absurdas que podamos imaginar.
Por si esto fuese poco su dibujo mejora notablemente desde el primer volumen, logrando que cada página sea una delicia visual. Un hecho que se esfuerza en acentuar con cada una de las páginas en las que se luce Meiko, siendo la vicepresidenta el principal foco de todas las perversiones, luciéndose de las maneras más absurdas que podamos imaginar.
Prison School es sin duda el apogeo de los mangas de humor y teta, que nos llega en una calidad de trama y dibujo capaces de dejar perplejo al otaku más avezado. ¿Recomendable? 100%.