Editorial IVREA daba inicio al mes de julio y por lo tanto a los meses más calurosos con el ardiente y esperado noveno volumen del manga Triage X (トリアージX), manga shonen de acción de enorme carga ecchi creado por el mangaka Shōji Satō, más conocido por ser el dibujante del popular High School of the Dead (del cual su hermano es el guionista).
El manga inició su publicación en Japón en mayo de 2009 en la revista Dragon Age, recopilando hasta la fecha 13 tankoubons (tomos recopilatorios), por lo que IVREA se acerca cada vez de forma más peligrosa a la actualidad nipona de la serie.
La obra contó el pasado julio de 2015 con una adaptación a anime de 10 episodios y un OVA a cargo del estudio XEBEC, y como cabría esperar ya cuenta con un buen montón de merchandising - la mayoría de él protagonizado por la espectacular Yuuko Saigiri.
Editorial IVREA lanzó el primero de sus volúmenes en nuestro territorio en abril de 2015, respetando como es habitual en sus ediciones el formato japonés tanto en páginas a color como en todo sus portadas y contenidos generales, y con esta entrega únicamente nos separan cuatro de la japonesa, que actualmente ya alcanza los trece tomos y sigue abierta.
Como siempre, antes de pasar a lo ofrecido en este volumen, pongámonos un poco al día con una breve sinopsis de lo que Triage X nos ofrece...
Y debido a a alta carga erótica de este volumen, si sois menores de edad, os sugerimos que no sigáis leyendo por que las imágenes pueden herir vuestra sensibilidad sexual o la ética de las masas conservadoras.
Nuestra historia se desarrolla en Tobioka, dónde bajo la limpia imagen pública la corrupción ha tomado las riendas y líderes mafiosos y políticos podridos de dinero han tomado las riendas ante la ineficacia del departamento de policía.
Sin embargo una organización armada de vigilantes conocida como Black Label actúa de forma ilegal, exterminando por completa estos brotes criminales como si se tratara de una operación quirúrgica.
La base de operaciones de esta organización se encuentra en el Hospital General Mochizuki, dónde el director Masamune Mochizuki tiene bajo sus órdenes dos comandos de justicieros con habilidades letales: Por un lado, Ampoule Cero, el equipo más veterano e integrado por las más voluptuosas y letales miembros del personal del hospital: Fiona Ran Winchester, Yuuko Sagiri, Sayo Hitsugi y Miki Tsurigi.
Por otro tenemos a Ampoule One, equipo compuesto por una serie de adolescentes entre los que hayamos a la idol Oriha Nashida, la estudiante ejemplar e hija del anterior líder de la yakuza Mikoto Kiba y a nuestro antisocial protagonista, Arashi Mikami.
Armados hasta los dientes, los dos equipos se encuentran preparados para erradicar cada posible cáncer de la sociedad de la forma más efectiva, exterminando a todos aquellos desgraciados que reciban una etiqueta negra por parte del director Mochizuki.
¡Tomo de baños! ¡Teta gratis! ¡Pezón por doquier!
Ejem. Aunque en este volumen encontramos mucho más de lo citado sobre estas líneas a nivel argumental para la trama de Triage X, está claro que nos encontramos ante un tomo que supera a sus antecesores en carga ecchi de lejos.
Y todo esto gracias a... ¡Toneladas de páginas en los baños!
Primero nos pondremos al día con la aportación a la historia, pero ya con solo abrir esta novena entrega nos encontramos con una página doble a todo color con más pezones que un tlacuache.
Ahora he despertado vuestra curiosidad con este palabro así que correréis a la wikipedia, pero antes de que tengáis ocasión, sufrid el shock cerebral de dicha página doble:
Ahora que dispongo de toda vuestra atención, procedamos.
Konomi Suzue, la atractiva y distraída policía de gran pechonalidad, se encuentra secuestrada por los yakuza del Grupo Financiero Tobioka. Su vida y especialmente su cuerpo se encuentra en manos de la enmascarada Goryuu, quién se encarga de suministrarle todo tipo de substancias y torturas, dispuesta a llevarla más allá del borde de su consciencia y convertirla en otra esclava sin mente para su amo.
Pero por suerte para Konomi, tiene bastante gente detrás suyo. No solo su compañero el inspector Isoroku Tatara se encuentra haciendo todo lo posible por localizarla, si no que el grupo organizado Syringe y por supuesto nuestros protagonistas de Black Label se encuentran en la caza y captura de la muchacha, enfrentándose abiertamente al grupo criminal.
Mientras los miembros de Ampoule One capitaneado por Arashi se infiltran en busca de la policia dejando tras de si todo un rastro de cadáveres de mafiosos, nuestra amada enfermera Hitsugi se toma su revancha contra las enloquecidas hermanas Kaori y Kaoru, en un combate que ya teníamos ganas de presenciar.
De esta manera Hitsugi protagoniza la que sin lugar a dudas es la escena más fantástica del volumen en cuanto a dinamismo y viñetas repletas de acción, demostrando de sobras la enorme diferencia que hay entre las dos gemelas berserker y ella en cuanto a cuerpo a cuerpo se refiere, barriendo literalmente el suelo con sus hermanas de experimento y, de paso, arrojando algo de luz sobre el misterioso origen de las pelirrojas.
Tras esta misión de rescate el tomo dará una vuelta de 180 grados para sumergirnos en un caluroso baño con todas las mujeres de Black Label, las cuales narrarán todo lo sucedido durante y tras los sucesos antes mostrados...
Una narración que trataremos de seguir con bastantes dificultades, ya que por supuesto esto nos deja indefensos ante toda una sucesión de viñetas repletas de espectaculares mujeres desnudas en posiciones indecorosas, luciendo teta de una forma que solo podemos catalogar de espectacular.
Shōji Satō no se corta un pelo y nos sacude cuatro toneladas de fanservice sin vaselina, haciéndonos babear con las dotes de todas nuestras muchachas y en especial con la poderosa doctora Yuuko Sagiri e Hitsugi, que ahora sin ningún miedo declara su amor incondicional por Arashi a los cuatro vientos.
Tras el escopetazo que ha supuesto la inclusión de la Yakuza bajo las órdenes de Tobishiro, este tomo nos ofrece un pequeño cierre y un reposo antes de volver a abordar una historia que parece ganar interés cada volumen, y tiene la desfachatez de hacerlo sin reducir la dosis de escenas ecchi, maravillándonos de forma continua e indiscriminada con las neumáticas doncellas de Ampoule Cero.
Shouji Sato sin renunciar a su más poderoso ingrediente mezcla cada vez más la Comisaria Tobioka, el grupo Syringe y a la yakuza de Tobishiro con Black Label, en una guerra sin clemencia que promete mucho de cara a próximas entregas.
A esto le sumamos el impecable dibujo de Shouji Sato cuyo grafismo de trazo fino y firme parece buscar la viñeta manga perfecta, pareciéndose más a la calidad de un buen estudio de animación que a un mangaka en sus puestas en escena, siendo capaz de crear una fluida narrativa repleta de escenas de acción y tetas gigantes.
¡Viva Ampoule! ¡Y vivan los baños!