Manga: Reseña de "Nisekoi" (ニセコイ) vol. #21 de Naoshi Komi [IVREA].

Este junio Editorial IVREA nos daba otra dosis del shonen romántico Nisekoi (ニセコイ), manga original de Naoshi Komi que con su tomo 21 daba otro pasito más hasta su esperado final, el cual disfrutan en Japón desde hace poco.

Este manga harem comenzó su publicación en Japón en noviembre de 2011 en las páginas de la popular revista de cadencia semanal Shōnen Jump, continuando imparable hasta un total de 24 volúmenes y convirtiéndose en uno de los títulos de cabecera de la revista y la comedia romántica más longeva de la Jump.

La serie tras una gran acogida terminó siendo adaptada en enero de 2014 por el estudio Shaft a un anime de 20 episodios que recibió una segunda temporada de 12 capítulos en primavera de 2015.

Con este tomo que recopila 180 a 188, IVREA continúa relatándonos la pintoresca historia de amor de Raku Ichijo.

Como es habitual, primero ubiquémonos un poco para todos los nuevos en la serie de forma en que puedan entender de que estamos hablando.

La historia de Komi nos presenta al joven estudiante de bachillerato Raku Ichijou, un muchacho que por suerte o por desgracia es hijo del líder de una banda Yakuza.

Sin comerlo ni beberlo, termina siendo la excusa para que su clan y la recién llegada al pueblo mafia americana no se maten, cuando sus padres deciden comprometerlo de cara a los dos grupos de criminales con Chitoge Kirisaki, hija de otro líder rival.

De esta forma dos adolescentes que no se aguantan se ven obligados a fingir en público un noviazgo no deseado, algo que complica totalmente la vida de Raku, quién está locamente enamorado de su compañera Kosaki Onodera.

Con todo esto ya tenemos montado un triangulo amoroso, pero la vuelta de tuerca llega en base a una promesa realizada por Raku a una chica durante su infancia: el recibió un colgante que sólo puede ser abierto por la llave que ella guarda. Y por supuesto, Ichijo ya no tiene ni idea de quién es esta chica.

Pero resulta que no solo hay una llave...

Onodera tiene una, Kosaki otra, y pronto sus amigas de la infancia Marika (hija del jefe de policia) y Yui (actual líder de las triadas) aparecen con otras. Un buen montón de llaves que le dan a todas el posible estatus de la chica de una promesa que nadie recuerda cual era.

Y a esto podemos sumar más chicas que se suman a la cola amorosa de Ichijo, como Haru Onodera (la hermana pequeña de Kosaki) o Tsugumi (la guardaespaldas de Chitoge).

Todo un reparto dispuesto a amar a Ichijo, o a matarlo...

VOLUMEN #21: PARA MAKI

Tras los sucesos de año nuevo en la isla desierta del archipiélago de Kiribati, nuestros protagonistas vuelven a asistir a sus estudios en Bonyari a excepción de Marika Tachibana, que tras su recaída parece no haberse terminado de recuperar.

Raku Ichijo y sus amigos, preocupados por que la complexión débil de la hija del jefe de policía le esté pasando factura más allá de lo normal, deciden hacer una vista a su compañera, pero Marika misma es quién va a buscar a Ichijo a la puerta de la escuela para, de una vez por todas, declararle firmemente sus sentimientos sin marcha atrás de una forma en la que no lo había hecho hasta ahora y anunciando a Ichijo que ella ya hace tiempo que es consciente de la verdad tras su relación con Chitoge y sus sentimientos por Onodera.

Impactado por la sinceridad de Mari, Ichijo decide dejarle claros sus sentimientos de una vez por todas, pero una súbita recaída hace empeorar a Mari, provocando que Honda se la lleve de la escena sin posible réplica y con una amarga despedida.

Una despedida tras la que, al día siguiente, nuestros protagonistas se enteran que de forma súbita, Marika se ha cambiado de instituto y se ha mudado a Kyushu, sin dejar más señas.

Totalmente disconformes con esta situación y desesperados por recuperar a su amiga, Raku termina llamando a la mejor amiga de esta, Mikage, quién les revela la verdad tras la situación que envuelve a Marika Tachibana y su familia.

De una forma casi idéntica a lo que vimos recientemente en el arco de Yui Kanakura y la mafia china, Marika se encontraba en una cuenta atrás por conseguir el corazón de Ichijo en base a una promesa que hizo con su madre: si no lograba casarse con Raku Ichijo antes de que su salud empeorase, Marika Tachibana debía volver al seno de su familia y desposarse de forma política, respondiendo a las tradiciones de un antiguo linaje militar.

Ahora, con su salud en una recaída que parece no tener marcha atrás, Honda ha cumplido la voluntad de la cabeza de familia, llevándose a Marika a la boda concertada en Kyushu.

Dispuestos a impedir que el destino y la vida de Marika se sellen de una manera tan triste, el equipo al completo se desplaza a Kyushu, dispuestos a liarda gorda en la residencia Tachibana y hacer llegar sus palabras a la madre de su amiga para hacerla cambiar de opinión.

Algo nada sencillo, ya que el linaje Tachibana vive en un castillo samurai, repleto de tropas y contando al frente de sus filas con la imparable Honda.

¿Lograrán nuestros amigos hacer llegar sus sentimientos a Marika? ¿Cambiará su progenitora de parecer? ¿Lograrán detener la boda?

Ya con 21 tomazos a su espalda, Naoshi Komi continúa intentando plantear nuevos enredos con los que llevar a Raku a situaciones cada vez más extremas y comprometidas y, por fin, empezar a cerrar arcos de féminas con ellos, aunque inevitablemente sus recursos parecen repetirse y la trama de Marika termina pareciéndose casi de forma absurda a la de Yui que vimos el volumen anterior, lo cual nos da un poco la impresión de que el autor comienza a quedarse poco a poco sin ideas para sus personajes.

Por suerte, estas situaciones siempre desembocan en exageradas escenas de acción dignas del shonen más trepidante, lo que junto a la clave de comedia continua del manga termina suavizando esa impresión.

Por otro lado Komi continúa por otro lado maravillandonos en el apartado gráfico, consiguiendo que sus chicas sean preciosas en todas las viñetas gracias a todos los detalles y brillos de las que dota sus primeros planos, y eso sin tener en cuenta las alucinantes escenas de combate que deja caer en sus viñetas, como el dinámico duelo entre Honda y Tsugumi, digno de un tomo de Dragon Ball.