
Una vez más aquí estamos de nuevo con una nueva reseña de una de las obras de Neil Gaiman, aunque en esta ocasión estemos hablando de una adaptación a comic de uno de sus libros. Se trata de Neverwhere, una historia que cuenta con varias adaptaciones, la primera fue una miniserie de televisión de seis capítulos (media hora cada uno), para la cadena británica BBC. La verdad es que tanto la novela como la serie se crearon a la vez así que es difícil saber si fue antes el huevo o la gallina. Posteriormente por eso si que se ha hablado de varias continuaciones las cuales lamentablemente nunca han salido a la luz, llegando únicamente a buen puerto un programa de radio y el volumen que hoy tenemos en nuestras manos.
Por tanto en esta ocasión ha caído en las manos de Mike Carey y Glenn Fabry el trabajo de rehacer esta historia y pasarla al papel y color con un cómic que rinde homenaje al trabajo de Gaiman a la vez que brilla con luz propia.
El volumen es una recopilación de las nueve entregas realizadas las cuales comenzaron con una periodicidad mensual que después pasó a bimestral, extendiéndose desde 2005, momento en que se planteó el proyecto en un principio hasta septiembre de 2006. En nuestro caso ha sido ECC Ediciones quien nos lo ha traído, con un formato en cartoné que cuenta con 224 páginas a color donde además del comic encontramos una breve introducción de Mike Carey donde habla precisamente del trabajo de adaptación de este volumen, mientras que al final podemos ver el ya clásico compendio de portadillas editadas para las diferentes versiones y capítulos.
Autores:
Mike Carey
(Liverpool, Inglaterra; 1959) Licenciado en Inglés por la Universidad de Oxford, ejerció como docente durante 15 años, hasta que los cómics se cruzaron en su camino. Tras foguearse en editoriales independientes, comenzó a colaborar en 2000 AD, llamando la atención de unos responsables de Vertigo que dieron luz
verde a la serie regular Lucifer. A tan exitoso encargo le siguieron otros proyectos como Las Furias, God Save the Queen, Creo en Frankie,Faker o Neverwhere. Finalizada su alaba estancia en Hellblazer y la truncada Crossing Midnight, se reunió de nuevo con Peter Gross para dar forma a uno de los grandes éxitos recientes de Vertigo: The Unwritten, historia de aventuras y conspiraciones plagada de referencias literarias.
Glenn Fabry
En 2003 realizó Noches sin fin, obra de Neil Gaiman basada en su universo de Sandman y en 2005 en la adaptación a cómic de la serie de Gaiman Neverwhere junto con el escritor Mike Carey.
Neverwhere
El protagonista de esta historia es un trabajador normal y corriente, un londinense, oficinista, aburrido de su vida y acostumbrado a que lo mangoneen, ese es Richard Mayhew. Sin embargo, un día, pensando de forma autónoma y sin hacer caso de su autoritaria prometida, decide ayudar a una chica que encuentra tirada en la calle y llevarla a casa para como mínimo darle una cama y algo de descanso.
El nombre de esta extraña chica es Lady Puerta, y por mucho que de cara al exterior parezca una chica normal, realmente es una habitante del submundo, ese que palpita debajo de Londres. Tras este encontronazo comenzarán los cambios en la vida de Richard, ya que eso de ser la única descendiente de toda su familia, la cual ha sido asesinada por unos mafiosos que ahora le siguen la pista no es precisamente un día normal en la oficina.
Y mucho más cambiará su vida cuando descubra que para lograr la seguridad de Puerta es necesario solicitar el socorro y favor de un extraño marqués de ropajes almidonados y peluquín renacentista, el Marqués de Carabas, quien se hará cargo de la joven doncella dejando de nuevo a Richard con lo que debería ser una vida normal.
O eso tendría que ser, ya que desde que se ha relacionado con Puerta toda su vida se ha visto alterada, siendo incapaz de ser reconocido o recordado por nadie, una persona en el anonimato, obviada incluso para los que están delante de él.
Eso implica que se ha quedado sin trabajo, ya nadie le conoce, ni su prometida siquiera, la gente en la calle no le ve e incluso cuando irrumpen en su casa es como si no existiera o fuera invisible, La gente de Londres ha dejado de percibirle, pasando a convertirse en un miembro más del Londres de abajo.

Ante tal absurda situación, sintiéndose olvidado por todo el mundo, decidirá ir en busca de Puerta para que, con un poco de suerte, ella sea capaz de arreglar el entuerto.
Para ello tendrá que viajar hasta el Londres de abajo, conocer el submundo que permanece encerrado bajo el subsuelo de la ciudad y buscar a la muchacha siguiendo una serie de peligros y dificultades varias que le cambiaran la vida.
Pero solamente encontrarse con Puerta no servirá para arreglarlo, ya que la joven dama se encuentra en plena misión para vengar a su familia, así que ni corto ni perezoso Richard decidirá acompañarla en esta extraña aventura donde conocerá a Cazadora, a los monjes de un extraño templo, verá a la bestia de Londres y saldrá con vida e incluso puede que su problema llegue a solucionarse.
Critica:
Es importante antes de empezar a lo bravo a leer el libro, que seamos conscientes de la introducción con la que cuenta. Esta, realizada por el mismo Carey, nos sirve de repaso para conocer la historia de Neverwhere y no solo la argumental, sino todo lo que hay detrás de esta, y por lo consecuente, los cambios que se han tenido que realizar para adaptarla. El guionista nos habla de que, aunque mantiene el alma del original sí que ha tenido que modificar e imponer unos límites que antes no estaban. Entre ellos cambiar algunos ritmos, omitir personajes y el más importante, el cambio en la voz narrativa, la cual pasa a ser la del personaje principal, Richard.
Y curiosamente no es con Richard con quien empieza la historia, si no con Puerta, uno de los personajes a los que más cariño le coges al interpretar el papel de dama en apuros, una dama, eso sí, que tiene claros sus objetivos y que aunque se encuentre en apuros sabe valerse bastante bien por sí misma. La verdad es que, aunque el protagonista sea Richard, son el resto de personajes, aquellos nacidos en el mundo de abajo, los que realmente insuflan de emoción e interés esta historia, el mismo interés que propicia el camino de nuestro protagonista para ir a buscar a Puerta.
Y como no, si hablamos de personajes interesantes, el que más me lo ha parecido es el Marqués de Carabás, ese misterioso hombre que parece salido de un salón de bailes victoriano, con modales de la alta corte y quien, aunque siempre parece sospechoso de esconder un truco bajo su almidonada manga, es el más inteligente de todos. Y si, si alguien se lo estaba preguntando, es el nombre que se pone el gato con botas de esos cuentos que nos leían antes de irnos a dormir.
El resto de personajes, aunque también interesantes, no llegan a brillar tanto como estos dos, sin embargo, no podemos olvidarnos de ellos aunque queramos, ya que sin Cazadora seguro no habrían llegado tan lejos, un personaje que los acompañara a partir de la mitad de la historia y con quien veremos las más feroces batallas. Y como no, el dúo de villanos formado por los Señores Croup y Vandemar, casi indestructibles y que cuentan con unos extraños apetitos, más rocambolescos no pueden ser.
Obviamente, con unos personajes así no podríamos encontrar otro tipo de historia que la ya clásica de aventuras. Con un personaje básico, sin ninguna característica especial, que es atraído por una damisela en apuros hacia un mundo mágico, donde tendrán que seguir una serie de pruebas acompañados de unos amigos y/o enemigos hasta encontrar el final del sendero. Por suerte, la historia inventada por Gaiman y extrapolada por Carey pese a mantener el mismo esquema arquetípico, también cuenta con una serie de sorpresas que hacen de este volumen algo mucho más llamativo.
Y es que la simple familia de Lady Puerta ya resulta todo un misterio, la familia Pórtico, capaces de abrir todas las puertas, formada por dos padres y tres hermanos, Lady puerta, nuestra protagonista, y sus hermanos Entrada y Arco. Una familia rota que deja a una hija huérfana.
Otro misterio de lo más fascinante es el mercado flotante, ahora en los grandes almacenes de Harrods, donde los humanos no lo ven, pero está, ahora en Belfast, el navío flotante que permanece en el rio que parte Londres. Un mercado donde conseguir todo aquello que puedas soñar, esperar o buscar y muchas más cosas que no alcanzar a estar siquiera en tus peores pesadillas.

Si, esta extraña mezcla de steampunk, tierra media, magia y actualidad ha salido de la mente de Gaiman y ha sido plasmado por Mike Carey y Glenn Fabry con un fascinante resultado. Un mundo que bebe del nuestro, de aquellas estaciones de metro perdidas y olvidadas, que comercia con rumores y cuyas reglas de la gravedad no le afectan se le presenta al protagonista y al lector como una alternativa totalmente valida al mundo real, planteándole la duda de cuál de las dos Londres es la real, o si lo son ambas a la vez, aunque esta fantástica esté vedada al humano corriente.
A su vez resulta un poco triste que aquellos miembros del colectivo de la ciudad de abajo sean en la ciudad de arriba simplemente andrajosos, pordioseros o mendigos. Es cierto que pocas cosas hay que olvidemos más deprisa que aquello que visualmente nos disgusta pero que a su vez estamos acostumbrados a ver, por lo que resulta una idea factible que a estos personajes se les olvidara deprisa, sin embargo suscita un poco de pena y unas cuantas miradas de refilón cuando a partir de ahora vemos uno en nuestras calles.
Arte:
El arte del volumen corre a cargo de Glenn Fabry, quien ha aprovechado este cómic para plasmar en él todo lo que no se realizó en la serie, los detalles. Desde los fondos, los ropajes y telas o simplemente los propios personajes, todo cuenta con una labor de detalle cuidado al milímetro y que nos transporta directamente al mundo que él ha creado. Un Londres suburbano que mezcla marqueses, punks y religiosos con una facilidad pasmosa, sin que nada destaque de forma alarmante, pero consiguiendo que todo tenga su propia personalidad y encaje como un extraño rompecabezas.
En cuanto al uso del color en el volumen nos encontramos mayormente una paleta de colores fríos, nunca puros, siempre con un aspecto más bien sucio, muy adecuado para los suburbios de esta ciudad de abajo. Pocas veces llegamos a encontrar el color negro entintado como tal, ya que se nota Fabry hace más uso de los degradados que de la propia oscuridad total, recurso que deja para el Marques de Carabas, quien apenas cuenta con rasgos faciales y su cuerpo está hecho de esta misma oscuridad.

Conclusión:
Una servidora tiene que ser sincera y no, no me he leído el libro de Gaiman y tampoco me he visto la serie, por lo que valoraré de forma totalmente individual este cómic, como algo con historia propia que tiene que entenderse sin necesidad de nada más. Y la verdad es que lo logra.
Los personajes son carismáticos, la historia da un buen giro de tuerca y engancha fácilmente al lector a este Londres suburbano tan peculiar. Cuenta con todos los elementos para llamar la atención y gustar y la verdad es que a mí me ha gustado.
Pero no hay que olvidar que es una de esas historias realizadas por Gaiman, la cual cuenta con un ritmo y una narrativa un tanto diferente de lo acostumbrado.
Por suerte, gracias a la introducción que encontramos al principio del volumen, todo se hace más fácil de entender para aquellos que se encuentren un poco perdidos y se consigue así un volumen muy interesante que nos transporta a una realidad no tan lejana de la nuestra pero mucho más emocionante.