Parece que ya tenemos a la vuelta de la esquina el verano de verdad, ese que nos trae el calor, los paseos, las terracitas y los mosquitos, sin embargo no podemos negar que para la mayoría de nosotros el verano es sinónimo de felicidad y así lo es también para la familia Faldérault, los protagonistas del cómic que hoy tenemos en nuestras manos y que viene firmado por Zidrou y Jordi Lafebre. Su título es Los buenos veranos 1. !Rumbo al sur!
Pero antes de hablar de la historia como tal hagamos un repaso al volumen, el cual cuenta con un bonito formato en cartoné de 23,5 x 31 donde encontramos 56 páginas a todo color con esta familia como protagonistas indiscutibles. Su colorida portada llama la atención al lector entre la estantería de Cómic Europeo, dejando claro de un solo vistazo lo que vamos a encontrar en su interior, una familia viviendo su vida y pasando por mas y por menos.
Es importante informar a su vez que Norma Editorial, quienes nos traen este bonito cómic, ya anunció que se trataría de una serie de 4 volúmenes, aunque por ahora solo se cuente con este primero en España y otro más en tierras francesas.
Autores:
Zidrou: Nacido en 1962 en Bélgica y afianzado en España desde hace tiempo, Benoit Drousie, más conocido como Zidrou, es uno de los guionistas contemporáneos con mayor proyección y prestigio dentro del panorama actual del cómic europeo. Se inició en el mundo del noveno arte a principios de los 90's como guionista de la revista Spirou.
Tras muchos años destacando en el medio y habiendo cosechado un gran éxito con sus historias, Zidrou comenzó a trabar con guiones más orientados a un público adulto, dotándolos de su sello personal: dramas cotidianos en los que el realismo se alterna con lo fabuloso y la alegría de vivir forma una alianza con la tristeza
Jordi Lafebre: Ilustrador y diseñador gráfico de Barcelona que se formó en la facultad de Bellas Artes de la Universidad condal, así como en la escuela Joso donde ahora además imparte clases. En 2001 comenzó a publicar ilustraciones y a dibujar cómics para publicaciones como Nobanda, publicando poco después la serie El mundo de Judy, con guion de Toni Font. Durante ese periodo realizó además todo tipo de encargos relacionados con la ilustración, el diseño gráfico y la publicidad. Tras conocer a Zidrou comenzaría a trabajar para el mercado franco belga consiguiendo un gran reconocimiento con su primera obra larga con este mismo guionista gracias a su obra Lydie.
Los buenos veranos 1. ¡Rumbo al sur!
Aunque la historia comience con una tierna parejita de ancianos preparando un picnic al lado de un rio, los verdaderos protagonistas de esta historia son los recuerdos que ambos vivieron en las vacaciones en Ardèche en 1973.
Una época donde todo era más fácil, o tan fácil como podía ser tener el coche aparcado delante de la puerta de casa, lleno hasta los topes con las maletas de los cuatro niños y la esposa de un dibujante de cómics. Así empiezan o más bien están a punto de comenzar nada más terminar las últimas páginas pendientes de las láminas del padre, las verdaderas vacaciones de la familia Faldérault, quienes están dispuestos a dejar las frías y lluviosas calles belgas para marcharse rumbo al sur, a por sol y calor.
Sin embargo en esa dirección no solo encontrarán césped verde y ríos donde bañarse, sino también otros turistas, en este caso holandeses, los cuales ¡ah, no puede ser! Les han quitado ese rincón tan perfecto, a la sombra de los árboles,
con el rio a un lado y la paz y la calma en el otro. Por suerte para ellos, la familia Faldérault, que es muy diestra en estos menesteres, no tardará en manejarse para volver a recuperar su sitio predilecto, al igual que no pensará molestarse cuando en el camping más cercano solo puedan ofrecerles una diminuta habitación de matrimonio para ellos y una sala llena de literas para los cuatro niños.
con el rio a un lado y la paz y la calma en el otro. Por suerte para ellos, la familia Faldérault, que es muy diestra en estos menesteres, no tardará en manejarse para volver a recuperar su sitio predilecto, al igual que no pensará molestarse cuando en el camping más cercano solo puedan ofrecerles una diminuta habitación de matrimonio para ellos y una sala llena de literas para los cuatro niños.
Pero, aunque todo parezca idílico, las cosas no funcionan también como los niños puedan creer. Los padres se encuentran sufriendo la crisis de los cuarenta, sobretodo la madre, quien ve como todos sus sueños de juventud van disipándose al tener que trabajar a disgusto rebajándose cada vez más. El padre, aunque no lo demuestre tanto, también tiene sus altibajos, el trabajar de dibujante de cómic es duro y sus historias no cuajan entre los lectores, obligándole a trabajar más días que los que pasa realmente con su familia.

Así pues harán lo único que pueden hacer, vivir un último verano juntos, disfrutando todo lo que sean capaces, tomando carreteras largas, bañándose en el rio desnudos e intentando volver a enamorarse, aunque solamente sea un poco, pese a todos los problemas con los que se encuentren.
Características:
Una vez más, Zidrou y Lafebre vuelven a presentarnos un volumen de corte costumbrista inspirado en aquellos tiernos años 70, donde las ilusiones y la alegría hacían que todo pareciera más fácil. Sin embargo no es solamente la
historia de una familia y sus altibajos, si no que logran a través de la narrativa y las imágenes, mostrarnos mucho más, consiguiendo que nos encariñemos de los personajes, que nos duela la posible separación de los padres o que se nos escape una sonrisa al ver esas peleas entre hermanas que todos hemos sufrido.
La familia que nos muestran en la historia no se diferencia mucho a las que seguramente encontrábamos realmente en otros puntos del globo, ya sean belgas, franceses o españoles, pocas de estas familias no tenían esas sencillas costumbres veraniegas de salir con el coche todos los veranos, ir al mismo camping, a esa cala en la playa o de parar en el pueblo de siempre para tomar el vermut del medio día. Es gracias a que quien más o quien menos ha vivido algunas de esas escenas en su propia piel, que este cómic parece tan cercano.
Y lamentablemente muchos otros también hemos vivido lo que era tener unos padres en plena crisis de los cuarenta, al igual que muchos lectores se sentirán identificados con ese momento de caos mental que sufre la madre de la historia.
Ella, quien quería ser aventurera y ahora se encuentra estancada en un trabajo que odia, con 4 críos que mantener y un marido un poco desastre se va derrumbando de una forma tan realista que hasta dan ganas de abrazarla.
Sus nervios explotan y los que lo pagan son los niños y el marido, quienes realmente no tienen la culpa, pero no sería una historia realista si no fueran ellos lo que lo sufrieran. Se nota que es un buen cómic y uno realista por el sopapo que recibe una de las hijas cuando la madre explota finalmente, algo que hoy en dia estaría horriblemente visto, en esa época era algo simplemente, normal, y ambos autores lo han plasmado así, con la naturalidad de lo que era.
Otro elemento a recalcar sobre esta historia es la forma en la que abordan los niños la muerte de su tía, simplemente algo que sucede, que apena sobre todo al padre pero que también plantea muchas dudas a los más pequeños. Unos niños que no entienden por qué la muerte se lleva a sus seres queridos o por qué hay que volver, dejando de lado las vacaciones, cuando su tía no se marchará a ninguna parte.
Sin embargo, los padres tienen que hacer de tripas corazón y afrontar esa perdida, al igual que enseñarles a sus hijos que aunque la vida se acaba para unos, también significa que continua para el resto.
Y para el que parece que más continua es para el pequeño Louise, el único chico entre tanta hermana, quien además de ser un devorador de cómic de Lucky luck, también es el más imaginativo al contar con Chucky como amigo invisible. Un curioso personaje con aspecto de ardilla gigante de dos metros aproximadamente que viste con un peto, un curioso gorro con un pompón. Este amigo imaginario y no tan imaginario es un miembro mas de la familia, querido por todos y quien da una pequeña lección no solo al muchacho, sino también a la madre y al mismo lector.
En cuanto al color, este resulta muy brillante y llamativo, con claros tonos verdes en las escenas más alegres y positivas, pasando a tonos más ocres y apagados o a sutiles azules en los anocheceres. Toda una gama cromática que acompaña las escenas de una forma muy sutil y realza la historia convirtiéndola en algo realmente espectacular.

historia de una familia y sus altibajos, si no que logran a través de la narrativa y las imágenes, mostrarnos mucho más, consiguiendo que nos encariñemos de los personajes, que nos duela la posible separación de los padres o que se nos escape una sonrisa al ver esas peleas entre hermanas que todos hemos sufrido.
La familia que nos muestran en la historia no se diferencia mucho a las que seguramente encontrábamos realmente en otros puntos del globo, ya sean belgas, franceses o españoles, pocas de estas familias no tenían esas sencillas costumbres veraniegas de salir con el coche todos los veranos, ir al mismo camping, a esa cala en la playa o de parar en el pueblo de siempre para tomar el vermut del medio día. Es gracias a que quien más o quien menos ha vivido algunas de esas escenas en su propia piel, que este cómic parece tan cercano.

Ella, quien quería ser aventurera y ahora se encuentra estancada en un trabajo que odia, con 4 críos que mantener y un marido un poco desastre se va derrumbando de una forma tan realista que hasta dan ganas de abrazarla.
Sus nervios explotan y los que lo pagan son los niños y el marido, quienes realmente no tienen la culpa, pero no sería una historia realista si no fueran ellos lo que lo sufrieran. Se nota que es un buen cómic y uno realista por el sopapo que recibe una de las hijas cuando la madre explota finalmente, algo que hoy en dia estaría horriblemente visto, en esa época era algo simplemente, normal, y ambos autores lo han plasmado así, con la naturalidad de lo que era.

Sin embargo, los padres tienen que hacer de tripas corazón y afrontar esa perdida, al igual que enseñarles a sus hijos que aunque la vida se acaba para unos, también significa que continua para el resto.
Y para el que parece que más continua es para el pequeño Louise, el único chico entre tanta hermana, quien además de ser un devorador de cómic de Lucky luck, también es el más imaginativo al contar con Chucky como amigo invisible. Un curioso personaje con aspecto de ardilla gigante de dos metros aproximadamente que viste con un peto, un curioso gorro con un pompón. Este amigo imaginario y no tan imaginario es un miembro mas de la familia, querido por todos y quien da una pequeña lección no solo al muchacho, sino también a la madre y al mismo lector.
Arte:
En cuanto al dibujo de Jordi Lafebre, este se siente tan natural como siempre, con unos personajes divertidos, carismáticos y alegres que consiguen transmitir muchísimas emociones con apenas un leve fruncir de las cejas. El estilo levemente cartoon, el dinamismo puesto en las líneas y esos colores tan vivos son la marca característica de este dibujante que vuelve a sorprendernos con una historia realmente bella.
Me encantó además la especial atención puesta en todo lo que rodea a los personajes y a esa década de los noventa, desde el papel de colores de la entrada, los pantalones de campana del padre o las gafas de los dos miembros morenos de la familia, son guiños muy buenos a esta época que encantará a aquellos que se fijen incluso en los más pequeños detalles.

Lo que más me ha gustado eso sí, es la forma de plasmar a los personajes, claramente de una misma familia, pero todos muy diferentes entre sé. Las dos hermanas, una más madura y delgada, otra más alocada y regordita, el meditabundo Louise, siempre más alejado y callado que el resto, o la pequeña Pépète, tan amorosa como divertida. Todos ellos son únicos y verlos crecer va a ser algo fantástico.
En conclusión, estamos ante una obra tierna, alegre y divertida que gustará a todo el mundo. Respira el cariño con el que se ha realizado y plasma la vida, tanto los momentos alegres como otros de mas tristes, de una forma muy eficaz y realista, recordándonos que aunque el camino sea difícil, siempre hay que mirar hacia adelante.
La verdad es que funciona perfectamente como tomo único, pero espero con ganas seguir conociendo mas sobre la vida de esta divertida familia.