
El XXII Salón del Manga de Barcelona, que tendrá lugar del 29 de octubre al 1 de noviembre en Fira Barcelona Montjuïc, producirá la exposición Los orígenes del manga. La muestra explorará más de mil años de historia artística japonesa, enseñando aquellas obras que podrían llegar a considerarse los ancestros del manga. Allí tenemos las irreverentes caricaturas descubiertas en el reverso de las tablas del techo del templo Hōryūji de finales del siglo VII y los rollos ilustrados llamados emakimono del siglo XII. Éstos eran una banda de papel que podía medir hasta quince metros de largo que iba enrollada alrededor de un palo, que permitía una visión múltiple de una escena. Los emakimono estaban destinados a la aristocracia o a la élite religiosa. Hay una obra que destaca conocida como chōjū-jinbutsu-giga o Rollo de las aves y los animales, que retrata con ironía y sarcasmo la buena vida que se daban los monjes a través de animales antropomórficos. Ya en el siglo XIX, la obra ilustrada de Kawanabe Kyôsai La procesión nocturna de los cien demonios iba a tener una gran influencia en un autor tan trascendente del siglo XX como Shigeru Mizuki, conocido por sus sobrecogedores mangas sobre los yōkai, nombre con el que son conocidos los fantasmas en la cultura japonesa.
Japón tiene una larga y rica tradición pictórica y del grabado, donde hay un lugar destacado para la caricatura, la exageración, la fantasía, la parodia, y tantos otros elementos que luego se han plasmado en los mangas que leemos hoy en día.