Hoy venimos con una nueva reseña de uno de los volúmenes que Norma editorial presentó en el pasado Salón del Cómic de Barcelona, el cual tuvo lugar del 5 al 8 de este mismo mes. Esta obra titulada Insecto es un cómic europeo con tintes de asiático que nos muestra como una relación entre hermanos puede llegar a ser algo más cuando el amor, la dependencia y el yugo familiar penden sobre sus cabezas.
Insecto es el título de la siguiente obra de María Llovet, autora barcelonesa nacida en 1982, quien ya cuenta con varios volúmenes a sus espaldas, entre los que se encuentran Heartbeat, publicado el pasado salón del Manga del Barcelona, Porcelain y Eros/Psique, este último publicado en tres idiomas y siendo galardonado con el premio de bronce del 6th International Manga Award, entregado por el ministerio de asuntos exteriores de Japón.
En esta ocasión el volumen cuenta con una edición en Rustica con solapas, doblándose sobre sí misma y con unos llamativos tonos rosa fluorescente y burdeos creando unas líneas ondulantes en las solapas internas y en la trasera, mientras que en la portada podemos ver a los dos protagonistas, así como el nombre del volumen rodeado precisamente de insectos, en este caso hormigas.
A diferencia de Heartbeat, este cómic ha sido realizado en blanco y negro sobre un papel de mayor gramaje y en tonos sepia, aportándole un curioso aspecto que permanece las 144 páginas con las que cuenta. Su precio es de 12,95€.
Esta historia está protagonizada por los dos miembros más jóvenes de una familia aparentemente feliz. La madre con una buena posición social, el padre viajando por el mundo, ella. Y junto a estos los dos protagonistas, los dos hermanos perfectos, Lea, interprete del Chello y él, Lucas, el adolescente taciturno.
Sin embargo, esta familia feliz guarda muchos más secretos de los que se pueden ver en la superficie, aquellos que se esconden en los ojos de las cerraduras, en las llamadas telefónicas a altas horas de la noche y entre los gritos de reproche y las miradas de soslayo
Insecto nos habla de una relación prohibida entre dos hermanos, Lucas y Lea.
Él, taciturno, disléxico y callado observa siempre en secreto a su hermana desde todos los ángulos posibles. A oscuras la recuerda y a la luz del día la provoca, la dibuja y se escabulle en su cuarto para sentir el olor de la que es su hermana, pero a la vez es más que eso.

Por eso ambos caen en esa vorágine de tentación, gritos y afecto que solo podrán manifestar a puerta cerrada en esa burbuja creada especialmente para ellos dos.
Pero la vida es cruel y solo serán conscientes de lo muchos que llegan a necesitar al otro hasta que vean como se les escapa entre los dedos, sintiendo verdaderos celos por primera vez al no estar junto a esa persona que necesitan incluso para sobrevivir en su propio hogar.
Insecto nos cuenta la historia de dos hermanos que deciden sobrepasar las reglas, desafiar al mundo e intentar ser libres a su propia manera, encontrándose atados el uno al otro.
Con esta obra María Llovet vuelve a presentarnos un tema con el que parece sentirse a gusto, las relaciones incomodas, esas que desafían las ideas preconcebidas que tenemos sobre lo que está bien y lo que no gracias a unos personajes que deciden escapar de los convencionalismos y mostrarse al mundo como son, por mucho que eso pueda escandalizar a la gente.
Esta clara crítica a la sociedad moderna, que, aunque vaya de progresista sigue siendo muy hipócrita, subraya la idea que tienen muchas personas sobre las apariencias y las fachadas que impone esa misma sociedad, jugando con una doble moral que aplicará en el mismo pellejo de los protagonistas y de su familia.

Y ese es el gran encanto del volumen, que la información extra resultaría pesada en un cómic que no intenta dar excusas, sino más bien se abstiene de estas totalmente y utilizando una narrativa más visual se nutre de las expresiones y miradas de Lucas y Lea para mostrar todo lo que debería.
Muy interesante es también la forma de representar en las primeras páginas la obsesión de Lucas por Lea, mostrando al lector, cual voyeur, lo que el muchacho consigue vislumbrar en el agujero de la cerradura, algo así como el sueño, el anhelo, ese oscuro objeto de deseo que es su hermana, a la que tanto anhela pero que cuando la consigue por primera vez se siente indefenso ante sus palabras y acciones, sin poder moverse ni un centímetro para alcanzar algo que por fin ha llegado a tocar.

Y es que la relación tortuosa de estos dos protagonistas lo es no por su relación sanguínea, sino porque aunque se pertenecen el uno al otro, no dejan ese punto lo suficientemente claro, creando dudas y miedos cuando aparece una tercera persona que les estalla la burbuja en la que vivían. El temor a perder a su otra mitad, a ver como encuentran el cariño en otros que están fuera de su mundo resulta demasiado doloroso para ambos y ese es el pistoletazo de salida para hacerles entender que no pueden seguir de la misma forma en la que están
Comentar además que personalmente, una de las cosas que más me ha gustado ha sido la forma en la que aparecen los sentimientos reales de Lucas, como si se encontrara nadando en la inmensidad de un océano y viéndose reflejado en la superficie, hundiéndose sin poder evitarlo o simplemente siendo feliz en sus profundas aguas junto a Lea.
Una forma muy sencilla pero eficaz de aportar algo de sentimentalismo a una obra muy cargada de reflexiones, momentos eróticos y dudas que afloran en la mente de estos personajes que no solo están pasando por un momento difícil en su vida familiar, si no también en su propia intimidad.

Me ha resultado muy llamativo el vestuario de sus personajes, poblado de elementos icónicos que se repiten después a lo largo del volumen cono los labios, las estrellas o simplemente una amalgama de rayas y cuadros realizados sin pudor ni miedo. Estos elementos que podrían resultar pesados para la vista si los encontráramos en cantidades exageradas, en este volumen se notan muy bien colocados al no contar con apenas texto ni soporte extra para la trama. Simplemente las imágenes de María y lo que quiere expresar.
La verdad es que estéticamente hablando el dibujo de Heartbeat me parecía más “bonito” sin embargo esa estética tan cuidada y esas líneas tan finas no habrían conseguido impactar de la misma forma en este volumen, en el que se necesita de un dibujo fuerte y rompedor para lograr llamar la atención al lector.
Con Insecto, María consigue una obra muy visual, rompedora e intimista que creo encaja muy bien en el movimiento más transgresor del género, el cual, nos guste o no comenzó con cincuenta sombras.
Puede que a muchos no nos gustara el mencionado libro, pero no podemos negar que con él se ha abierto la veda para que otras obras, mucho más innovadoras, salgan a la luz, entre ellas esta.
Realmente María ha sido capaz de plasmar sobre el papel una de esas incomodas verdades, el amor prohibido en este caso, algo que siempre se le ha dado muy bien y que esperamos continúe haciendo.