Cómic: Reseña de "AQUABLUE: El planeta azul" de Thierry Cailleteau, Olivier Vatine y Ciro Tota.

AQUABLUE: El planeta azul Yermo Ediciones presentaba entre sus novedades de diciembre 2015, que salían a la venta las primeras semanas de dicho mes, un álbum que nos permitía disfrutar de una buena dosis de ciencia-ficción de la mano de AQUABLUE.

Considerada una de las obras fundamentales de este género de la novela gráfica francesa, Yermo Ediciones nos trae el primer ciclo bajo el subtítulo El Planeta Azul, un precioso cartoné de 22,3 x 31,2 cm en cuyo interior encontramos 248 páginas a todo color en las que se recopilan los cinco primeros volúmenes del mismo, publicados originalmente en Francia bajo el sello Delcourt, junto a una serie de bocetos a modo de extras que harán las delicias de los lectores.

Delcourt publicó la obra entre abril de 1988 y noviembre de 2006 en tierras francesas a lo largo once volúmenes englobados en tres ciclos, todos salidos de la imaginación del brillante guionista Thierry Cailleteau.

El primer ciclo - que es el que presentamos hoy - se alarga durante los cinco primeros volúmenes, contando con el dibujo de Olivier Vatine en los cuatro primeros y de Ciro Tota en el quinto.

Los otros dos volúmenes son más cortos: El segundo ciclo consta de los álbums 6 y 7, mientras el tercero inclue los números ocho al 11 bajo el nombre Aquablue Foundation. En estos encontramos a cargo del arte primero a Ciro Tota, quién finalmente cede los lápices a las manos de Stéphane Brangier.

El planeta azul


AQUABLUE: El planeta azul
Nuestra historia da comienzo cuando una nave repleta de civiles en estado crítico logra evacuar antes de su destrucción a un único bebé y a su gracioso robot nodriza Cybot.

Escapando del naufragio en una cápsula de salvamento y criándose los primeros años en el espacio, finalmente los dos supervivientes logran tomar contacto con más seres vivientes al llegar al precioso Aquablue; un planeta idílico repleto de océanos donde la raza soberana son unos indígenas anfibios de piel azul y cultura tribal y pescadora.

El joven huérfano Nao, el niño y protagonista en cuestión, pronto se termina encontrando solo cuando Cybot se estropea, pero los designios permiten que la tribu lo adopte rápidamente al ver en él a alguna suerte de salvador para su pueblo cuando la bestia marina Uruk-Uru, a quién ellos consideran una divinidad, parece dar su aprobación sobre el muchacho.

Los años pasan rápidamente, convirtiendo a Nao en un joven campeón de su tribu comprometido con Mi-nuee, la hija del líder del poblado.

AQUABLUE: El planeta azul
Por desgracia para ellos, esta perfecta convivencia se verá truncada con la llegada de más terricolas al lugar. Por un lado Dupré, una suerte de explorador cuyos intereses pronto le pondrán del lado de Nao y los suyos, y por otro Texec, una compañía que llega dispuesta a explotar energéticamente el planeta, poniendo en riesgo cataclísmico el equilibrio climático y medioambiental de Aquablue.

Alzándose prestos en armas unos contra otros, pronto la revelación de la auténtica herencia familiar de Nao pondrá en jaque a la compañía, al ser el beneficiario de una cuantiosa suma de dinero que, válgame la coincidencia, es con la que se ha financiado el ejercito privado del que se vale Texec para su expansión colonio-energética.

Contando con el apoyo de un reparado Cybot, Dupré, la ex-esposa periodista del mismo, una suerte de Han Solo italiano llamado Carlo, un osado árabe leal a sus amigos y el propio pueblo aborigen de Aquablue, Nao dirigirá una auténtica revolución para proteger al que ahora es su pueblo de sus malvados e interesados consanguineos.

AQUABLUE: El planeta azul
Con esta premisa Thierry Cailleteau nos sumerge en una historia repleta de héroes y la buena ciencia ficción típica de los años ochenta en la que, sin ningún pudor, se adentra en una suerte de revolución ecológica interplanetaria sin dejar de lado temas como los derechos humanos, los empresarios agresivos y capitalistas y el puro egoísmo de los hombres, aun así sin abandonar ese toque de aventura que hace de Aquablue la buena historia que es.

Olivier Vatine se encarga de encandilarnos con unos pinceles bastante clásicos que le dan un toque desenfadado a la obra, siempre colorida y con algunos personajes que a veces oscilan entre lo épico y la caricatura.

Un arte que al final del mismo volumen vemos replicar con cierto atino a Ciro Tota, quién cierra este ciclo con un broche de oro que nos permitirá disfrutar de este integral desde la primera página de Vatine hasta la última de su intervención.