Cuando pensamos en Studio Ghibli normalmente nos viene a la cabeza sus films más encumbrados, todos o la gran mayoría de ellos con grandes despliegues de imaginación, animales fantásticos por doquier o seres salidos de un bestiario inalcanzable, pero además de ello Ghibli también tiene obras más realistas, con pequeñas dosis de fantasía pero centradas en un mundo más terrenal. La película que hoy traemos para comentar es una de estas últimas, su título, El recuerdo de Marnie.
Bajo el título original de Omoide no Mānī (思い出のマーニー) en inglés, When Marnie Was There, nos encontramos ante una película estrenada en 2014 pero que no ha llegado a nuestros cines hasta este mismo año. El film está basado en la novela para adolescentes de la escritora británica Joan G. Robinson, Cuando Marnie estuvo allí, bajo la dirección de Hiromasa Yonebayashi, quien, aunque lleva trabajando con el estudio desde 1997, en esta ocasión vuelve a ponerse bajo el rótulo de director tras el éxito de su primera película, Arrietty y el mundo de los diminutos.
Curiosamente la primera vez que se proyectó en España fue en el Festival Internacional de Cine de Gijón, pero no fue hasta el Festival Internacional de Cine para Niños de Chicago que no recibió el honor de ganar el premio a la mejor película animada, premio que no ganó pero que si fue nominada en los Oscars.
En cuanto a los aspectos técnicos, nos encontramos ante un film de animación con una duración de 103 minutos que no se hace nada largo. Enfocada a un público juvenil no solo gracias a la temática sino también al libro original, Studio Ghibli nos plantea un drama fantástico donde abundan las referencias a la amistad, la familia y el quererse a uno mismo, todos ellos elementos clave en la película.
El recuerdo de Marnie

Así Anna pasa los días dibujando solitaria en el campo, rehuyendo a la gente que se encuentra por la calle y sin entablar mucha relación con sus tíos los cuales siempre se muestran amables y cariñosos con ella.
Sin embargo, su actitud cambia cuando una mañana baja al pantano y a lo lejos encuentra una bella casa la cual le da la sensación de ya haber visto antes. Aprovechando que hay marea baja se acerca hasta ella para encontrarla vacía, cubierta de polvo y deshabitada, aunque esa noche y las siguientes, en sus sueños, la recuerda llena de vida, con una de las ventanas abiertas y en ella una muchacha rubia.
No es hasta unos días después, tras una disputa con una chica del pueblo, cuando conoce a Marnie, la chica rubia asomada a la ventana. Juntas entablaran una amistad secreta que comenzará poco a poco, con charlas a la luz de la luna y escapadas nocturnas.
Poco a poco irán conociéndose más y Anna descubrirá la triste historia de Marnie, quien, aunque vive en esa bella casa, prácticamente está sola ya que sus padres viajan muchísimo y solo vienen a verla en contadas ocasiones. En esos días que la familia se reúne hacen grandes fiestas y banquetes donde Marnie disfruta con sus vestidos nuevos y el cariño de unos padres siempre ausentes.
Sin embargo, el resto de sus días los pasa con apenas las dos sirvientas y la ama de llaves que cuida de la casa, las cuales la maltratan, la asustan y hacen de su vida un sin vivir.
Así ambas, sabiéndose solas en el mundo y sin nadie más en quien confiar deciden ser las mejores amigas en secreto, confiar siempre en la otra y quererse como sus padres no lo han hecho. Siempre estarán juntas y se apoyarán la una a la otra.
Sin embargo, su amistad empezará a tambalearse cuando los recuerdos de Anna empiecen a resultar borrosos y una nueva familia entre a vivir en la casa en la que vive Marnie. Curiosa Ana se asomará a la vida de esta familia donde conocerá a otra niña de su edad, una que también conoce a Marnie.
Juntas irán poco a poco descubriendo la verdad que hay tras el personaje de Marnie.
Con un ritmo lento y sosegado tan característico del cine japonés, Hiromasa Yonebayashi nos muestra una evocadora historia sobre la amistad, un drama que engloba a la perfección los problemas de esa dura etapa que es la adolescencia, sin magnificarlos ni empequeñecerlos, simplemente
narrándolos con el mayor cariño posible.

Realizada con un gran inicio y un precioso cierre, esta historia se toma su tiempo para ponernos en situación, presentándonos a una protagonista que no se siente importante en su propia vida y mucho menos en la del resto. El problema llega cuando se une a la historia el personaje de Marnie. Y es que, aunque la historia de las dos muchachas sea muy dulce y saque la sonrisa al espectador, es demasiado abrupta al contar con momentos excesivamente largos y otros de demasiado cortos, así como una estructuración real para que se entienda mejor lo mucho que avanza esta amistad.
Este pequeño problema, que podía ser poca cosa si se solventara pronto, no hace más que empezar una bola de nieve que va haciéndose más grande a lo largo de la película, concluyendo en casi hacer forzoso algo que tendría que contarse de forma muy natural.
narrándolos con el mayor cariño posible.

Realizada con un gran inicio y un precioso cierre, esta historia se toma su tiempo para ponernos en situación, presentándonos a una protagonista que no se siente importante en su propia vida y mucho menos en la del resto. El problema llega cuando se une a la historia el personaje de Marnie. Y es que, aunque la historia de las dos muchachas sea muy dulce y saque la sonrisa al espectador, es demasiado abrupta al contar con momentos excesivamente largos y otros de demasiado cortos, así como una estructuración real para que se entienda mejor lo mucho que avanza esta amistad.
Este pequeño problema, que podía ser poca cosa si se solventara pronto, no hace más que empezar una bola de nieve que va haciéndose más grande a lo largo de la película, concluyendo en casi hacer forzoso algo que tendría que contarse de forma muy natural.
Sin embargo, lo que sí que consiguen incorporar de forma magistral en la película son los elementos fantásticos con los que cuenta, todo gracias a una mezcla en el espacio-tiempo que está muy bien orquestada. En este caso la protagonista no sabe diferenciar la realidad de la ficción, así como lo tangible de lo que son sus sueños, creando la atmósfera perfecta para que la historia tenga lugar y se desarrolle sin problemas en el guion.
Tanto esta idea de fantasía entre el sueño y la realidad, como la siempre presente demostración de amor por la naturaleza y respeto hacia el mundo, es lo que une esta película al resto de la filmografía de Studio Ghibli, en las que estos elementos siempre están presentes.
Y como en toda película de suspense, esta no sería realmente buena si no contara con interesante final, donde todos los cabos sueltos son atados, todos los secretos rebelados, y se descubre finalmente quien hay detrás de esta niña rubia tan dulce como enigmática
Tanto esta idea de fantasía entre el sueño y la realidad, como la siempre presente demostración de amor por la naturaleza y respeto hacia el mundo, es lo que une esta película al resto de la filmografía de Studio Ghibli, en las que estos elementos siempre están presentes.
Y como en toda película de suspense, esta no sería realmente buena si no contara con interesante final, donde todos los cabos sueltos son atados, todos los secretos rebelados, y se descubre finalmente quien hay detrás de esta niña rubia tan dulce como enigmática

Tanto el vínculo de la protagonista con su madre adoptiva a
la que se refiere como “tía”, apartándola así de ella mientras que a la vez
revela la profunda tristeza y soledad que siente, como la idea de Marnie, quien
considera sería más feliz con padres adoptivos ya que entonces significaría que
la quieren de verdad.
Ambas ideas, aunque opuestas, revelan el mismo sentimiento y
el elemento de unión de las dos chicas, esa soledad que puede estar presente de
mil formas diferentes y más en una edad tan difícil, pero que se puede
solventar al fin y al cabo con más o menos esfuerzos.
Finalmente mencionar el apartado artístico con el que cuenta la película.
Por un lado, encontramos la banda sonora, si bien bastante discreta, sí que sirve para mejorar el visionado de la película al ir enlazando algunas de las escenas con otras gracias a una bella melodía tarareada por Marnie. Lamentablemente es tan discreta que difícilmente será recordada una vez terminado el film, pero que a la vez si este no estuviera, la película se notaría vacía y sin sentimiento.

Y como no, los increíbles fondos y paisajes con los que nos encontramos en este film son simplemente perfectos, con una calma visual asombrosa y realmente bellos. Paisajes que quedarse mirando eternamente ya que no cansan a la vista.
En conclusión, creo que estamos ante una realmente interesante película, la cual, aunque sea muy sencilla y juvenil al estar basada en un libro para adolescentes, consigue llegar mucho más lejos representando sentimientos difíciles en la pantalla grande.
Puede que sea algo contemplativa y con un fondo de melodrama que a según qué público no gustará, pero personalmente la considero un gran acierto dentro de la filmografía de este estudio. No todo podían ser películas de aventuras y seres mágicos, contemplar el avance en la madurez de estas dos protagonistas es tan interesante y está tan lleno de magia como cualquier otra sus películas, simplemente hay que darle una oportunidad.