Tras despedirnos de la segunda temporada del anime de Noragami, el cual ha cosechado buenísimas críticas y nos deja con ganas de más, hoy volvemos con el segundo número del manga, el cual por ahora sigue la misma estela que la versión animada siendo incluso mejor. Esperemos que la cosa siga así porque desde luego, Adachitoka está haciendo un increíble trabajo.
Nuevamente el número ha sido editado por Norma Editorial, quienes nos traen este segundo número compuesto por 192 páginas siendo la primera de ellas a color. Su formato se mantiene en rústica con sobrecubierta en la que podemos ver a una sexy diosa Bishamon acompañada de dos de sus Shinkis.
Como sucedió en su primer volumen, en las últimas páginas encontramos un pequeño anexo, siendo en este caso unas tiras cómicas protagonizadas por los mismos personajes que aparecen en el volumen y haciendo chistes sobre lo ocurrido en este. Su ajustado precio de 8€ hace que valga mucho la pena.
Dicho esto, conozcamos de que trata este segundo volumen y descubramos más sobre la altanera diosa que aparece en portada.
Para comenzar recordemos el argumento principal, en este él protagonista es el dios Yato, un dios pobre y venido a menos sin templo ni nada similar, pero que sueña con llegar a ser alguien importante en algún momento. Por esa razón va por todo Japón realizando las peticiones de aquellos que le llaman por la insignificante cantidad de 5 yenes, además de intentar proteger a la humanidad de los ayakashis, monstruos nacidos de la oscuridad y seres del lado de los muertos que atacan a los más débiles.
Junto a él se encuentra Hiyori, una chica de secundaria que tras salvar a Yato de que fuera atropellado por un autobús se muere, separando su alma de su cuerpo. Por suerte para ella vuelve a la vida a los pocos segundos, pero esto afecta bastante a su condición física. Su problema está en que ahora cada dos por tres cae dormida con un profundo sueño en el que su alma se separa de su cuerpo y puede vagar en el mundo de los espíritus donde residen los dioses y los Ayakashis.
Conociendo las bases, el segundo volumen empieza de forma similar al primero, presentándonos al nuevo personaje, Yukine, un chico joven que vagaba como un alma errante por el mundo y que se convirtió en el nuevo Shinki de Yato el cual tras ser llamado por el dios se transforma en una espada de plata con el nombre de Sekki. El problema está claro en que Yukine además de estar muerto y por lo tanto solo ser visible para otros seres de esa orilla del río de los muertos, sigue siendo un niño, muy malcriado, por cierto. Intentando llamar la atención del resto de personas, así como de Yato y Hiyori, acaba metiéndose en problemas y desarrollando malas costumbres como robar o mentir, hechos que afectan a Yato al ser su dueño. Aunque lo peor es que al mismo Yukine tampoco le importa. Yato no le cae especialmente bien y de Hiyori solo se aprovecha, así pues, ¿será un buen Shinki?
Mientras Yato aún está decidiendo si Yukine será realmente lo que necesita aparecen nuevos personajes, tanto amigos como enemigos. En el lado de los buenos encontramos a Kofuku Ebisu y su Shinki, Daikoku. Ambos cuidan de Yato al ser su amigo, aunque Daikoku no se lleva demasiado bien con Yato realmente porque considera que se aprovecha de su ama. Sin embargo, no tardan en intimar con Hiyori y Yukine y deciden protegerles a ellos también.
Y en el lado de los enemigos encontramos a la diosa Bishamon, quien protagonista la portada del volumen, acompañada de su siempre fiel Kazuma. No lo llegan a explicar demasiado bien, pero parece que Yato tuvo un problema en el pasado con la diosa y ahora esta quiere verle muerto, a ser posible por sus manos.
Desde luego Yato se ha encontrado un enemigo poderoso, y más aun teniendo en cuenta que por ahora aun no logra meter en vereda al joven Yukine. Y lamentablemente para él, aún le vienen más problemas encima
Personajes:
Al igual que en la anterior reseña de este manga, hagamos un repaso a los personajes nuevos que aparecen y toman más importancia. El primero de ellos y más importante, Yukine, mientras que la segunda será Kofuku
Yukine/ Sekki:
Es un chico que murió muy joven por lo que su actitud es bastante inmadura. Cuando Yato lo encontró y lo transformó en su Shinki le dio el nombre de Yuki, formalmente Yukine, como tesoro divino, Setsu, y es convocado como shinki a través de la palabra 'Sekki', tomando la forma de una espada de plata sin empuñadura.
Empieza siendo muy repelente, robando y mintiendo porque Yato no le importa, pero lo que reamente quiere es llamar la atención de aquellos que están cerca de él y encontrar realmente un hogar
Kofuku Ebisu:
Kofuku es una de los siete dioses de la fortuna, siendo en su caso diosa de la pobreza, sin embargo, poca gente lo sabe ya que ella ha adoptado este nombre para ocultar el suyo propio, que es binbougami. Vive retirada en un templo en lo alto de la montaña ya que si se rodea de demasiada gente influye en su suerte y provoca desgracias. Su shinki es Daikoku, aunque como arma recibe el nombre de Kokki y se transforma en un abanico negro.
Kofuku realmente es muy buena persona, siempre cuida a Yuki y Hiyori y se preocupa porque Yato tenga un sitio donde quedarse siempre que lo necesite.
Así pues, este volumen además de introducirnos a unos cuantos personajes y asentar las bases de lo que será la historia real, se centra sobre todo en Yukine y su desarrollo y relación con Yato y Hiyori. Esta última le trata más como un niño desvalido que como un adolescente, acrecentando si cabe la sensación de Yukine de que puede aprovecharse de quien quiera y como quiera. Si está muerto nadie puede reñirle y aún menos una estudiante que conoció el día anterior, por mucho que ella se preocupe por él.
Por otro lado, la relación con Yato es la más interesante. Desde el primer momento queda claro que Yuki no se lleva bien con su amo, no le gusta que duerman en la calle, que busquen ropa en basureros o que simplemente tengan que trabajar por una miseria. Está claramente enfadado con Yato y de forma consciente o inconsciente se revela contra su autoridad. El problema recae en que Yato lo nota en su propio cuerpo cada vez que esto sucede.
Así pues, teóricamente, aunque los dioses nunca fueron humanos, si no que nacen de los deseos de la humanidad, los Shinkis sí que lo fueron, e igual que a un humano vivo sus pecados se castigan siendo atacados por Ayakashis, un shinki también tiene que tener un castigo si comete pecado. Aunque en este caso el que lo sufre es tanto el Dios como el propio Shinki.
Resulta muy interesante la idea de que, si un dios transforma un alma humana que ya es libre y pura en un shinki, su propia arma, tenga que cargar también con las consecuencias de no cuidarlo lo suficiente.
Otro elemento que también toma mucha importancia en este volumen es la amistad y el odio entre diferentes dioses. Kofuku es gran amiga de Yato, a diferencia de Bishamon, quien le odia hasta desear matarlo, sin embargo, a esta primera no le importa que el mismo vago dios Yato sea el que en una época pasada se dedicara a asesinar shinkis.
Casi podríamos decir que le acepta en su totalidad, sea bueno o malo, pero sin resentimientos, mientras que Bishamon está en su cruzada personal por acabar con el chico del chándal como si solo existiera eso en el mundo.
Es la dualidad de personajes tan diferentes y ricos en personalidad lo que hace que gane mucho este manga. Todos generan un sentimiento en el lector, en mayor o menor medida y no hay ninguno que pienses en tirar o en que no tiene ninguna función en la historia, ya que todos van revelando segmentos del pasado de su protagonista haciéndolos imprescindibles e interesantes.
Casi podríamos decir que le acepta en su totalidad, sea bueno o malo, pero sin resentimientos, mientras que Bishamon está en su cruzada personal por acabar con el chico del chándal como si solo existiera eso en el mundo.
Es la dualidad de personajes tan diferentes y ricos en personalidad lo que hace que gane mucho este manga. Todos generan un sentimiento en el lector, en mayor o menor medida y no hay ninguno que pienses en tirar o en que no tiene ninguna función en la historia, ya que todos van revelando segmentos del pasado de su protagonista haciéndolos imprescindibles e interesantes.
![Reseña de "Noragami" (ノ ラ ガ ミ) #2 de Adachitoka [Norma Editorial]. Reseña de "Noragami" (ノ ラ ガ ミ) #2 de Adachitoka [Norma Editorial].](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzGUvl6woDrPuUJgdlCjU0_8W1ILrLpYEuZ37OvyclTRg-7Tb7I-xIWJpsXPp9wgfXEeDoS4S5C7zKJAoORTxN4NhlJQ8Kfn3iktH3jSsyH4DOGG8bUcpLQ12XyWudmH5xE5Ug/s320-rw/noragami-4160185.jpg)
En este volumen me ha llamado especialmente la atención la pelea sobre el tren en medio de la ciudad, con Yato saltando y empuñando a Sekki, siendo a la vez incapaz de controlar su arma, la cual al probarse realmente por primera vez en una batalla seria aún no controla su fuerza. Tanto la propia escena en su totalidad como las viñetas previas están muy bien maquetadas dejando fluir la acción y dando sensación de velocidad. Toda una obra de arte
Lo mismo sucede con las expresiones de los personajes, los cuales tienen un gran repertorio de gestos, caras y movimientos muy interesantes que llaman mucho la atención. Yato parece siempre con cara de palo pero es el que mas caras graciosas hace, mientras que Hiyori en este volumen siempre tiene el ceño fruncido a diferencia de el volumen anterior, que siempre sonreía. Yukine, bueno, ahora mismo a nadie le gusta Yuki y sus caras van del asco, al desprecio.
En conclusión, nos encontramos ante un volumen realmente interesante donde ademas de una portada que llama muchísimo la atención, así como la primera ilustracion a color interior, tenemos una historia llamativa, interesante y muy dinamica. Un shonen con toques maduros pero muy divertido.
Como no, muchisima gente conocerá ya el anime, y aunque este fuera muy bueno, el manga es muchisimo mejor, o al menos a mi humilde opinion. Yato es mas chulo y cuenta con una lengua afilada como su cuchillo, Hiyori es menos marimandona y de momento Yukine, bueno, es tan tarugo como en el anime, pero esperemos que cambie la cosa.
Especialmente recomendado a aquellos que quieran leerse un shonen novedoso, fresco y con muchos puntos de humor. Yato se hace de querer muy deprisa y será un perfecto compañero de lectura para todos aquellos que le den una oportunidad a su manga.