Cómic: Reseña de "Sleeper", de Ed Brubaker y Sean Philips [ECC Ediciones].

Por Francisco José Arcos Serrano

El agente doble Holden Carver se ha infiltrado en una organización secreta dirigida por la mayor mente criminal del planeta: el maquiavélico Tao. Para ganarse la confianza de su nuevo patrón, Carver deserta de la agencia gubernamental a la que pertenece, convirtiéndose en un traidor a ojos de todo el mundo. Ahora, a las órdenes de Tao, se ocupa de misiones sucias y arriesgadas para las que está especialmente dotado por su capacidad de canalizar hacia otras personas todo el dolor que se le inflija. En algunas ocasiones, esto es
una bendición. En otras, una auténtica pesadilla.



ECC Ediciones ha tenido la maravillosa idea de reeditar esta serie de uno de los mejores guionistas actuales, y que no es otro que Ed Brubaker.

Esta historia está enmarcada dentro del sello Wildstorm, de la cual existe una precuela llamada Point Black’, igualmente recomendable, y que en cuanto pueda os hablaré de ella en breve.

Brubaker nos presenta una historia de espionaje un tanto compleja pero que se disfruta enormemente gracias al excelente trabajo de todo el equipo artístico (aún no recuerdo un cómic malo de la alianza Brubaker-Philips).

Holden Carver es un personaje ambiguo y muy bien construido que porta un poder increíble, el cual le traerá más problemas que ventajas (ya sabes lo que dicen: “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”).

Se nota la mano maestra del guionista americano ya que en Carver comprobamos una dualidad muy bien descrita, gracias a la cual el lector se posiciona de parte del personaje principal, incluso sintiendo una fuerte empatía por el mismo, ya que ni él sabe muy bien cómo actuar frente a determinados conflictos que le van surgiendo por el camino.

Los secundarios no se quedan atrás: cada uno está descrito a la perfección, creando para la ocasión un microcosmos muy variopinto y potente con múltiples aristas que enriquecen sin lugar a dudas la lectura conjunta de estos cuatro tomos de los que consta la serie.

En el apartado gráfico tenemos al gran Sean Phillips, el cual se adapta a las mil maravillas al tono de la serie, ofreciendo un increíble juego de luces/sombras y una composición de página que se sale de lo normal; con todo ello no es difícil afirmar que en estas páginas este dibujante alcanza unas cotas de narratividad realmente sobresalientes.

En definitiva: una obra única que recomiendo a todo fanático de este tipo de historias (espionaje, género negro y superheróico) y sobre todo a todo seguidor de esta pareja artística que tanto nos ofrecen en cada una de sus obras.