El pasado mes de septiembre de 2015 la editorial ECC Ediciones lanzaba al mercado la que sería su cuarta obra del mangaka Junji Ito: Hellstar Remina.
Tras la publicación del volumen único Black Paradox, los dos tomos de Gyo, y la recopilación de relatos de terror Fragmento del Mal del perturbado mangaka, los cuales se encontraban inéditos en nuestro país hasta su lanzamiento, llega el turno de esta historia autoconclusiva de terror que no dejará indemne a nadie.
La historia fue publicada originalmente en Japón bajo el título Jigokusei Remina (地獄星レミナ) el 16 de agosto de 2005 en la revista Big Comic Spirits, para ser posteriormente recopilados en el tankoubon que tenemos entre manos y que ECC Ediciones nos ofrece de forma fiel a la original: 296 páginas en blanco y negro en una rústica con solapas.
No obstante y aunque ECC ediciones está realizando un buen trabajo con su linea manga, desde abril se ha podido notar un leve descenso en la calidad en comparación con ejemplares anteriores, al haber realizado la impresión en CPI en lugar de Liberdúplex, lo cual provoca que nuestros dedos se queden negros al leer el volumen. Esperemos que en breve regresen a su calidad de imprenta previa.
El Planeta Hambriento.
La historia que sensei Ito nos presenta en Hellstar Remina nos traslada hasta un futuro Japón no demasiado lejano, dónde la sociedad es bastante parecida a la actual excepto por algunos avances como automóviles voladores.
En este momento, la ciencia se revoluciona cuando el doctor Ooguro demuestra la existencia de los agujeros de gusano al descubrir uno de ellos que desemboca en al vía láctea y que parece comunicar con una dimensión paralela desde la que llega atravesando el mismo un extraño planeta de errática trayectoria.
Orgulloso de su descubrimiento, Ooguro presenta al planeta extranjero como Remina, nombre que comparte su bella y tímida hija, a la que aprovecha para mostrar ante los medios.
La joven Remina pronto conoce el éxito al despertar puro fanatismo en sus semejantes, que la convierten en una estrella a semejanza del astro recien descubierto, dando paso a una no querida vida como idol japonesa.
No obstante, pronto el cuerpo celeste demuestra ser algo mucho peor de lo que esperaban. En una trayectoria a cuyo paso los mundos y las estrellas se van apagando, pronto Remina parece fijar su objetivo en la tierra, hacia la que comienza a avanzar inexorable en un sendero de pura extinción.
Sobrellevada por el pánico de lo que parece ser un planeta maldito que amenaza con la destrucción total de la Tierra, la humanidad decide voltear su mirada de odio al doctor Ooguro y a la joven Remina, a los que culpan de la cada vez más próxima amenaza.
Con Remina frente a la tierra desatando un bizarro cataclismo que va destruyendo el planeta conforme comienza a engullirlo con una suerte de tentáculos y con sus maléficos ojos fijos sobre la humanidad, lo que antes fueran fanáticos incondicionales de la preciosa hija del doctor deciden dar inicio a una caza de brujas, cuyo objetivo es sacrificarla para que la amenaza cósmica maldita se aleje de la tierra.
Sensei Ito nos muestra una historia cargada de una ciencia ficción bizarra y terrorífica, en la que en base a una pseudo ciencia digna de una adictiva película de serie B nos transporta al horror de la amenaza del vacío cósmico y lo que puede ocultarse más allá de las estrellas.
Una historia en la que como suele ser habitual en el mangaka, nos muestra lo peor de la demencia surgida de la desesperación y el miedo, dando como siempre una vuelta de rosca gracias a su facilidad por fascinarnos con lo extraño y lo repugnante como pocos pueden.
A esto sumamos la inclusión en el volumen de Cien Millones de Solitarios, otra historia corta del autor que pone la guinda del pastel al disfrute de su obra.
Todo esto por supuesto aderezado magistralmente con su peculiar estilo de dibujo, que parece retratar estas escenas con una exactitud que en ocasiones se antoja incluso demasiado detallista, provocando que algo en nuestro interior se estremezca ante una ambientación que nos repulsa.