Como otra de sus esperadas novedades presentadas el 33º Salón del Cómic de Barcelona, la celebrada Norma Editorial lanzaba al mercado la tenebrosa MUERDEUÑAS, un terrorífico thriller que encuentra su inicio en nuestro país mediante un primer volumen titulado "Habrá Sangre".
Un título que promete.
Publicado originalmente bajo el sello Image en USA en 2014 con el título de "Nailbiter", la serie nos llega por fin de la mano de la editorial en una rústica en formato 17 x 26 cm, a lo largo de una primera entrega de 132 páginas a todo color en la que sus autores Joshua Williamson y Mike Henderson nos demuestran su capacidad para no amedrentarse con una historia que claramente compite en temática y pretensiones con otras de la talla de Se7en o El Silencio de los Corderos.
Un pueblo maldito llamado Buckaroo
La trama nos traslada al estado de Oregon.
Joshua Williamson no se corta en absoluto al desafiar toda historia de slashers previa con esta trama terrorífica en clave de thriller, en la que nos hace recorrer Buckaroo como unos asustadizos lectores, utilizando nuestra curiosidad contra nosotros mismos para asesinarnos con cada nuevo planteamiento y giro de trama.
Joshua Williamson es un autor californiano de cómics y libros infantiles. Vive en Portland y trabaja para las principales editoriales de cómics de EE. UU. Escribió el cuento para todas las edades Dear Dracula, adaptado posteriormente para la televisión por Cartoon Network. Sus proyectos actuales son Muerdeuñas, Birthright y Ghosted para Image Comics, Captain Midnight para Dark Horse Comics y Robocop para Boom! Studios.
Un título que promete.
Publicado originalmente bajo el sello Image en USA en 2014 con el título de "Nailbiter", la serie nos llega por fin de la mano de la editorial en una rústica en formato 17 x 26 cm, a lo largo de una primera entrega de 132 páginas a todo color en la que sus autores Joshua Williamson y Mike Henderson nos demuestran su capacidad para no amedrentarse con una historia que claramente compite en temática y pretensiones con otras de la talla de Se7en o El Silencio de los Corderos.
Un pueblo maldito llamado Buckaroo
La trama nos traslada al estado de Oregon.
Tras un juicio absurdo en el que el asesino en serie apodado "Muerdeuñas" es exculpado, el agente Carroll del FBI se obsesiona con el origen del mismo y se traslada al pueblo de Buckaroo, una peculiar localidad que hasta la fecha a dado a luz a dieciséis psicópatas seriales.
¿Cuantas posibilidades hay de que un solo lugar de origen desate en el mundo semejantes monstruos sociópatas?
Decidido a descubrir el motivo, Carroll comienza a indagar hasta que parece haber descubierto la verdad, momento en el que reclama la ayuda de un antiguo compañero de la agencia NSA llamado Finch.
Finch, quién se encuentra en estos momentos esperando un juicio por matar a un sospechoso durante una tortura en un interrogatorio decide responder a la llamada de ayuda de su amigo, pero al llegar a Buckaroo no tarda en descubrir que el bueno de Caroll ha desaparecido.
Rodeado de un ambiente morboso que gira en torno a todos los asesinos en serie que ha visto nacer el territorio, Finch encontrará su única aliada en la sheriff Crane a quién acompañará para encontrar al abducido Carroll y así lograr arrojar algo de luz sobre la turbia trama subyacente que parece desarrollarse bajo el mito de los carniceros de Buckaroo.
Una investigación durante la cual no pararán de toparse con un indeseable con el que terminarán haciendo una extraña e inesperada alianza; el mismísimo Edward “Muerdeuñas” Warren .
Joshua Williamson no se corta en absoluto al desafiar toda historia de slashers previa con esta trama terrorífica en clave de thriller, en la que nos hace recorrer Buckaroo como unos asustadizos lectores, utilizando nuestra curiosidad contra nosotros mismos para asesinarnos con cada nuevo planteamiento y giro de trama.
El dibujo de Mike Henderson se muestra claro y conciso, siendo capaz con sus trazos finos y precisos de introducirnos en toda la intriga y la inquietud que Muerdeuñas respira a lo largo de sus viñetas, algo a lo que el color más que bien aplicado de Adam Guzowski ayuda en sobremanera.
Entre los dos son capaces de lograr unas composiciones de viñetas dignas de cualquier película de terror que pueda estrenarse en los cines, con efectos tan contundentes como ese que sufrimos a lo largo de las páginas en las que fallan las luces en la sala de autopsias.
Sin lugar a dudas, un espectacular primer número, que hará que nos mordamos las uñas esperando el siguiente.