Este pasado 15 de febrero JapanWeekend Manga y Fandogamia Editorial se aliaban de cara al Chibi Japan Weekend de Madrid para volver a publicar el primer número del manga soft-hentai para adultos Holy Knight (ホーリーナイト), que ya vió la luz en nuestro territorio mediante Japan Weekend y que ahora llega acompañado de su segundo volumen.
El anime en concreto, el cual está licenciado en España por JapanWeekend, está dirigido por Jiro Fujimoto, y la animación a corrido a cargo de estudio Cammot y es una miniserie compuesta por 2 OVAS de 30 minutos minutos cada uno, que por el momento deja la serie inacabada.
El manga, obra original de la sensei Maya Miyazaki, se serializa en la revista japonesa para adultos Canopri Comic y aun sigue abierto en la tierra del sol naciente, contando además con una adaptación anime, así como con un videojuego basado en la saga.
El anime en concreto, el cual está licenciado en España por JapanWeekend, está dirigido por Jiro Fujimoto, y la animación a corrido a cargo de estudio Cammot y es una miniserie compuesta por 2 OVAS de 30 minutos minutos cada uno, que por el momento deja la serie inacabada.
El manga de momento nos llega en una edición impecable que respeta en extremo a su homónima japonesa, siendo el primer tomo un tankoubón de 17x12 cm en rústica con sobrecubiertas que contienen doscientas páginas (cuatro de ellas a color) impresas en un papel mate de una calidad y grosor que hacen palidecer al resto de editoriales más importantes.
Desde Rumania con amor.
El manga nos presenta a Mizumura Shinta, un estudiante de secundaria que, sin saber como, inicia nuestra historia bajo el cuerpo semidesnudo y dispuesto a todo de una atractiva estudiante de cabellos y ojos rojos desconocida para él.
La muchacha que le ha puesto en semejante situación es la semi-vampira Lilith Kishimoto, una recién llegada estudiante de intercambio que ha venido a Japón a todo menos a estudiar. Su verdadero objetivo es engendrar un descendiente del último heredero del clan Romuald... Y dicho heredero es el propio Shinta.
Shinta, poseedor de esos genes sin saberlo, termina bajo las piernas de Lilith, pero como buen adolescente que es, la eyeculación precoz le deja en la peor de las situaciones.
Lilith, totalmente enojada con el chaval decide marcharse y dejarle revolcándose en su miseria, antes de volver al contraataque y conseguir que el esperma de Mizumura la fecunde.
Tras esta impactante escena da inicio la historia de Holy Knight, con Mizumura Shinta en un estado de shock similar a una embolia cerebral, incapaz de comprender que ha sucedido y por que una preciosidad casi lo viola.
Pero las fortunas de este chico no terminan aquí, ya que entre el resto de estudiantes se encuentra Chizuru Makimura, una impresionante belleza de grandes pechos que, aparte de ser una de sus mejores amigas, se muere por los huesos del protagonista en cuestión. Una situación que la llevará por el camino de la amargura cuando vea como Lilith se abalanza sobre el objetivo de sus sentimientos si darle ningún tipo de cuartel.
Algo que se agrava aun más cuando Plum, el perro de Lilith, se convierte en un vampiro hecho y derecho que decide violarla por simple capricho...
De Vampiros y folleteo.
Tras esta breve puesta en situación de la historia de Holy Knight y sus principales personajes ya presentados, nos queda claro que el objetivo de esta historia se centra en lo sobrenatural y en el contenido sexual.
Es sencillo pasar las páginas y encontrar una buena multitud de tetas, pezones y mujeres diciendo "córrete" (en concreto nuestra querida Lilith Kishimoto) a lo largo de las viñetas, pero aunque no lo parece tras toda esta imagen se encuentra una historia sobrenatural que se traslada a un remoto pasado en Rumanía, cuando la iglesia persiguió a los seres sobrenaturales protagonistas de esta historia.
De aquella persecución surgen todas las consecuencias y motivos internos de los personajes que en justifican todas las acciones de Lilith, intentando con ello traspasar de una escena de sexo a otra sin que parezcan los dialogos y guiones de una película pornográfica. En muchas ocasiones con escaso éxito, como es la escena de Plum y "Tetitas".
No obstante, la sensei Maya Miyazaki no se rinde, y aunque nos ofrece sin tapujos todo el sexo que promete este manga, lo hace aderezándolo con un buen montón de personajes vampíricos con cierta gracia - no así el protagonista que dan ganas de ahogarlo en un cubo de agua - y una serie de incognitas y de flashbacks sobre los mismos que nos dejan con ganas de conocer la historia tras toda esta trama.
Dejando de lado la trama, Miyazaki nos ofrece un nivel de dibujo excelente que recuerda en sus trazos a Masakazu Katsura, cargado de tramas y detalles por doquier que dotan a cada viñeta de una calidad raramente equiparable en otras obras del mismo género. Un derroche de calidad que nos gustaría poder ver más en el papel que puebla las estanterías de nuestras librerías de cómics y que, personalmente, me ha dejado enamorado.
Desde Rumania con amor.
El manga nos presenta a Mizumura Shinta, un estudiante de secundaria que, sin saber como, inicia nuestra historia bajo el cuerpo semidesnudo y dispuesto a todo de una atractiva estudiante de cabellos y ojos rojos desconocida para él.
La muchacha que le ha puesto en semejante situación es la semi-vampira Lilith Kishimoto, una recién llegada estudiante de intercambio que ha venido a Japón a todo menos a estudiar. Su verdadero objetivo es engendrar un descendiente del último heredero del clan Romuald... Y dicho heredero es el propio Shinta.
Shinta, poseedor de esos genes sin saberlo, termina bajo las piernas de Lilith, pero como buen adolescente que es, la eyeculación precoz le deja en la peor de las situaciones.
Lilith, totalmente enojada con el chaval decide marcharse y dejarle revolcándose en su miseria, antes de volver al contraataque y conseguir que el esperma de Mizumura la fecunde.
Tras esta impactante escena da inicio la historia de Holy Knight, con Mizumura Shinta en un estado de shock similar a una embolia cerebral, incapaz de comprender que ha sucedido y por que una preciosidad casi lo viola.
Pero las fortunas de este chico no terminan aquí, ya que entre el resto de estudiantes se encuentra Chizuru Makimura, una impresionante belleza de grandes pechos que, aparte de ser una de sus mejores amigas, se muere por los huesos del protagonista en cuestión. Una situación que la llevará por el camino de la amargura cuando vea como Lilith se abalanza sobre el objetivo de sus sentimientos si darle ningún tipo de cuartel.
Algo que se agrava aun más cuando Plum, el perro de Lilith, se convierte en un vampiro hecho y derecho que decide violarla por simple capricho...
De Vampiros y folleteo.
Tras esta breve puesta en situación de la historia de Holy Knight y sus principales personajes ya presentados, nos queda claro que el objetivo de esta historia se centra en lo sobrenatural y en el contenido sexual.
Es sencillo pasar las páginas y encontrar una buena multitud de tetas, pezones y mujeres diciendo "córrete" (en concreto nuestra querida Lilith Kishimoto) a lo largo de las viñetas, pero aunque no lo parece tras toda esta imagen se encuentra una historia sobrenatural que se traslada a un remoto pasado en Rumanía, cuando la iglesia persiguió a los seres sobrenaturales protagonistas de esta historia.
De aquella persecución surgen todas las consecuencias y motivos internos de los personajes que en justifican todas las acciones de Lilith, intentando con ello traspasar de una escena de sexo a otra sin que parezcan los dialogos y guiones de una película pornográfica. En muchas ocasiones con escaso éxito, como es la escena de Plum y "Tetitas".
No obstante, la sensei Maya Miyazaki no se rinde, y aunque nos ofrece sin tapujos todo el sexo que promete este manga, lo hace aderezándolo con un buen montón de personajes vampíricos con cierta gracia - no así el protagonista que dan ganas de ahogarlo en un cubo de agua - y una serie de incognitas y de flashbacks sobre los mismos que nos dejan con ganas de conocer la historia tras toda esta trama.
Dejando de lado la trama, Miyazaki nos ofrece un nivel de dibujo excelente que recuerda en sus trazos a Masakazu Katsura, cargado de tramas y detalles por doquier que dotan a cada viñeta de una calidad raramente equiparable en otras obras del mismo género. Un derroche de calidad que nos gustaría poder ver más en el papel que puebla las estanterías de nuestras librerías de cómics y que, personalmente, me ha dejado enamorado.