Con guión de Charles Soule y dibujo de Paulo Siqueira y Tony S. Daniel, esta colección reúne a la pareja más famosa de la plantilla superheróica actual tras el inicio de su noviazgo, que tanto dio que hablar en el Nuevo Universo DC (New 52).
Con esta primicia que revolucionó todas las series regulares del sello DC, el kriptoniano y la amazona se hacían al fin con su propia serie regular, dónde podíamos ver la evolución de su complicada relación a la par que se desataban aventuras para las que otros superhéroes no podrían dar la talla.
Estamos hablando de rivales como el propio Doomsday, que tardó solo unas viñetas en aparecer en escena, dioses del Olimpo o los poderosos kriptonianos Zod y Faora, en los cuales se centraban con más contundencia las páginas del anterior número y dónde la historia nos dejaba para reengancharla en este segundo número.
- Faora y Zod VS Kal-El y Diana.
Diana se encuentra de regreso en su hogar, haciendo frente a su padre de arena ante la cual plantea todas las dudas que invaden ahora su vida. ¿Qué debe hacer frente a la actitud de Kal de llevar una segunda vida a la que ella es tan contraria?
Sus dudas la llevan a deambular por la isla Paraiso hasta la puerta al Tartaro, dónde sus dudas se verán sofocadas en el calor del combate.
Mientras tanto, con Faora liberada de la Zona Fantasma, los efectos del sol amarillo sobre sus células kriptonianas no tardan en dar frutos; no solo estas comienzan a cargarse de la misma energía que convierten a Superman en quién es, si no que el súbito frenesí al que se vió sometido Zod también hace mella en ella.
Con Superman peleando contra las bestias que el General ha liberado en el interior de la fortaleza de la soledad, Zod trata de llevar a Faora a un lugar dónde hacerla entrar en razón, lo cual acaba con ambos en una isla del pacífico que no tarda en sufrir su desgarradora furia.
La llegada de Kal solo provoca que los otros dos kriptonianos, ahora con Faora en sus cabales, le propicien una tunda hasta que Diana llega hasta ellos, salvando la vida de su amado y logrando una retirada estratégica para poder luchar mañana.
Una retirada que les brinda a ambos bandos la oportunidad de prepararse, y en el caso de Diana, a reunirse junto a Kal con Hefesto, el cual les proporciona unas armaduras que, quizá, puedan decantar la batalla de su lado.
Por desgracia para ellos, Kal-el no solo ha logrado hacer amistad con los antiguos dioses griegos, si no también ha hecho nacer rivalidades. Cuando la batalla parece resuelta, Apolo decide traicionar a la pareja de héroes, enviando un rayo del astro rey directo sobre sus rivales.
Zod y Faora se alzan de nuevo, más poderosos que nunca e, imparables, logran la tan ansiada victoria.
Derrotada, la pareja es abandonada en el interior de un reactor de fisión nuclear mientras Zod y Faora abren la zona fantasma. Incapaces de escapar, Kal-el decide avanzar con un par desesperado: partir un atomo de Uranio 235 en 2 para desencadenar una explosión atómica.
¿Logrará sobrevivir la pareja a semejante situación?
Charles Soule es capaz de desarrollar una historia dónde se dan cita algunos de los pesos pesados más importantes del universo DC sin despeinarse, dotando las páginas de esta colección de una fluidez de la que hacen gala pocas series regulares de superheroes, y lo hace utilizando elementos que, si bien no traen nada nuevo, si sabe darles la vuelta de tuerca necesaria para que corramos al kiosko al dotarlos de un frescor que es de agradecer.
Por suerte, el temido toque empalagoso que podría tener esta colección se ausenta por completo, ofreciendo Superman y Wonder Woman un tira y afloja cargado de problemas, pero a la vez dotado de un enfoque maduro y sin resultar saturante como ha ocurrido en otras historias similares en el pasado. De hehco aboga más por la acción sin contemplaciones, dónde los golpes reemplazan por completo a besos y abrazos. ¡Justo lo que queriamos!
Por otro lado, al fin este segundo número nos muestra una portada que realmente es una promesa del arte interior, en el cual encontramos el trazo fino y detallado de Paulo Siqueira y Tony S. Daniel, el cual nos recuerda en parte al de otros artistas del medio como Jim Lee o Ivan Reis. Sus viñetas por consiguiente se encuentran repletas de acción desenfrenada y enfoques que resultan en unas páginas espectaculares, repletas de dinamismo y, en esta ocasión, con una escena de acción digna de Frank Miller.