¿Y si cogieras Gossip Girl o Sex and the City y le añadieras un trasfondo de superheroes? Hombres que leeis el blog, no os asusteis todavía y seguid leyendo. El resultado de la dantesca mezcla que os comentaba sería muy parecido a la obra de los Hermanos Luna, autores, también de Girls (muy recomendable). Hablamos de Ultra, siete días, un cómic de ocho números publicado en España por Aleta en el formato de un tomo único a todo color.
Sé que más de uno habrá huido nada más leer la primera frase, pero aún no salgáis corriendo. Ultra, siete días es una novela gráfica que merece la pena leer, y mucho. Quizá el hecho de que las protagonistas sean mujeres y la trama se centre en la cara íntima de los personajes eche atrás a los consumidores más acostumbrados a devorar los cómics más clásicos y sencillos de malla y puñetazo (al puro estilo Bloodstrike), pero creo que merece la pena dejar a un lado esos blockbusters comiqueros durante un rato para echarle un ojo a la serie de los Hermanos Luna. Además, es un sólo tomo y no tendreis que comprar números y números infinitos, cosa que a mi me encanta.
Estamos ante una de esas historias que tratan de dar un nuevo giro de tuerca al tema de los superheroes. No me atrevo a comprarlo con Watchmen, pero ya me entendéis. En el universo de Ultra, ser un superheroe es un empleo más: remunerado, con sus días de vacaciones, sus horarios y sus cláusulas contractuales. Ser superhéroe es algo así como ser un famoso cantante de pop o una estrella del cine. Es ser famoso, muy famoso, y salir en la publicidad de Coca-cola, en las revistas y tener tu empresa de mánager.
Precisamente es este afán de dotar de realismo y frivolidad al universo de los superhéroes es lo que da encanto a la serie. Todo es mucho más cercano, sin grandes disputas morales o discusiones sobre el bien o el mal. Los personajes se hacen más tangibles y profundos, más creíbles. Sólo hablamos de un grupo de tres chicas que de día trabajan de superheroínas y el fin de semana salen a emborracharse como cualquiera.
De hecho, asi empieza la historia. Antes de dar por finalizada una noche de juerga, tres amigas (Ultra,Cow-girl y Afrodita) deciden ir a ver a una adivina, cuya predicción se tiene que cumplir en un plazo de siete días. La historia se divide, entonces, en un día por capítulo, en el que las relaciones de las tres se verán trastocadas tanto entre ellas como con su trabajo y su vida sentimental.
La serie tiene diálogos muy naturales y hechos con un sentido del humor muy natural. El dibujo, aunque nada excepcional, acompaña muy bien el ambiente con su sencillez, retratando a las superheroínas con una imagen que queda lejos de las cinturas de avispa y los trajes imposibles (aqui, mas que imposibles, son sólo ridículos)... o esas poses imposibles hechas para que puedas verle a la vez el culo y los pechotes a la protagonista.
A destacar las portadillas que están hechas como si fuesen portadas de revista y en las que a veces puedes leer artículos largos como si perteneciesen a una publicación real, ¡un detalle muy bueno!
Sé que más de uno habrá huido nada más leer la primera frase, pero aún no salgáis corriendo. Ultra, siete días es una novela gráfica que merece la pena leer, y mucho. Quizá el hecho de que las protagonistas sean mujeres y la trama se centre en la cara íntima de los personajes eche atrás a los consumidores más acostumbrados a devorar los cómics más clásicos y sencillos de malla y puñetazo (al puro estilo Bloodstrike), pero creo que merece la pena dejar a un lado esos blockbusters comiqueros durante un rato para echarle un ojo a la serie de los Hermanos Luna. Además, es un sólo tomo y no tendreis que comprar números y números infinitos, cosa que a mi me encanta.
Estamos ante una de esas historias que tratan de dar un nuevo giro de tuerca al tema de los superheroes. No me atrevo a comprarlo con Watchmen, pero ya me entendéis. En el universo de Ultra, ser un superheroe es un empleo más: remunerado, con sus días de vacaciones, sus horarios y sus cláusulas contractuales. Ser superhéroe es algo así como ser un famoso cantante de pop o una estrella del cine. Es ser famoso, muy famoso, y salir en la publicidad de Coca-cola, en las revistas y tener tu empresa de mánager.Precisamente es este afán de dotar de realismo y frivolidad al universo de los superhéroes es lo que da encanto a la serie. Todo es mucho más cercano, sin grandes disputas morales o discusiones sobre el bien o el mal. Los personajes se hacen más tangibles y profundos, más creíbles. Sólo hablamos de un grupo de tres chicas que de día trabajan de superheroínas y el fin de semana salen a emborracharse como cualquiera.
De hecho, asi empieza la historia. Antes de dar por finalizada una noche de juerga, tres amigas (Ultra,Cow-girl y Afrodita) deciden ir a ver a una adivina, cuya predicción se tiene que cumplir en un plazo de siete días. La historia se divide, entonces, en un día por capítulo, en el que las relaciones de las tres se verán trastocadas tanto entre ellas como con su trabajo y su vida sentimental.
La serie tiene diálogos muy naturales y hechos con un sentido del humor muy natural. El dibujo, aunque nada excepcional, acompaña muy bien el ambiente con su sencillez, retratando a las superheroínas con una imagen que queda lejos de las cinturas de avispa y los trajes imposibles (aqui, mas que imposibles, son sólo ridículos)... o esas poses imposibles hechas para que puedas verle a la vez el culo y los pechotes a la protagonista.
A destacar las portadillas que están hechas como si fuesen portadas de revista y en las que a veces puedes leer artículos largos como si perteneciesen a una publicación real, ¡un detalle muy bueno!