Videojuegos: Ni no Kuni 二ノ国, La Ira de la Bruja Blanca (review).

Ni no Kuni, La Ira de la Bruja Blanca.
Cuando parecía que el RPG japonés estaba en una brecha de constante caída de la que jamás se recuperaría, Namco Bandai nos sorprendió con una obra maestra en colaboración entre Level 5 y Studio Ghibli, un derroche artístico que llevaba por nombre Ni no Kuni, La Ira de la Bruja Blanca (二ノ国).

Ni no Kuni, La Ira de la Bruja Blanca.
Es una realidad; franquicias como Mass Effect han apartado a los clásicos RPG japoneses que todos conocíamos de los juegos de éxito, en parte gracias a sus brillantes guiones mucho más occidentalizados y su jugabilidad más activa, pero el verdadero culpable eran los propios RPG japoneses. En parte por que la mayoría nunca llegan a occidente y en parte por que la magia de títulos como antiguos Final Fantasy de consolas ya fallecidas se notaba ausente en las nuevas entregas, los gamers cada vez mirábamos menos en esa dirección.

Pero toda esa magia, todo ese encanto, regresó a nosotros con Ni no Kuni para PS3. Por que si hay un adjetivo que lo defina, es mágico. Y ahora, en Akiba, queremos compartir nuestra experiencia con vosotros.

Pongámonos en antecedentes.
Todo comenzó hace varios años cuando Level-5 anunció que estaban preparando Ni no Kuni con estudio Ghibli, haciendo que millones de fans abriéramos los ojos como platos al ver las primeras imágenes ¿Un RPG por turnos de los creadores de Totoro, la Princesa Mononoke y la Aventura de Chihiro (entre montones de películas) junto a los del Profesor Layton? ¿Diseños totalmente Ghibli en un RPG de los de toda la vida que parecía un anime?

Ni no Kuni, La Ira de la Bruja Blanca.
La emoción nos sacaba de nuestras casillas al ver otro juego japonés que jamás llegaría traducido a nuestras manos. Seamos sinceros, la cosa estaba complicada, y más cuando en el 2010 dicho juego salió para Nintendo DS sin ningún indicio de llegar a estas tierras. Todos lloramos, pataleando por no saber japonés.

Pero aun quedaba una esperanza en la oscuridad. Paralelamente pero de forma independiente, se había desarrollado una versión para PS3 que tendría un argumento general similar (la historia sería más larga, con más detalles, otro desarrollo y partes extra), otro tratamiento gráfico y otro tipo de jugabilidad. ¿Que opciones teníamos de que una joya así aterrizará en Europa?
Finalmente, la versión de PS3 salió el 2011 en Japón, dejándonos atónitos ante unos vídeos que parecía un anime de Ghibli fusionado con un RPG por turnos de Super Nintendo. Y allí pareció morir la cosa, entre nuestros llantos.
Y cuando ya habíamos perdido toda la esperanza, Namco Bandai anunció que el título llegaría el 2013 arropado por su manto, alegrando la vida de todos los hogares con PlayStation 3. Y entonces, todos los otakus miramos nuestra consola de sobremesa con renovadas esperanzas, esperando que llegase Febrero del 2013.

Una historia de otro mundo.
Ni no Kuni, La Ira de la Bruja Blanca.
Bien, ya tienes esta joya contra todo pronóstico, ¿Y ahora qué...?
Pues vamos con el juego en si...

Ni no Kuni: la ira de la Bruja Blanca narra la encantadora historia de un joven llamado Oliver quien embarca en un viaje hacia un mundo paralelo para convertirse en mago e intentar devolverle la vida a su madre, recién fallecida. A lo largo de su viaje, Oliver hace nuevos amigos y adopta muchas de las maravillosas criaturas que habitan el mundo, criándolas para luchar de su lado contra otras criaturas mientras se enfrenta a formidables enemigos.


Esto es más Ghibli y explota.
Así pues se nos presenta un guión que combina unos clásicos de Ghibli: El niño que busca a su madre y el niño que viaja a un mundo mágico. Los no profanos de las películas de animación de Ghibli sabrán que estos son unos de sus temas más recurrentes, así que a priori ya han llamado nuestra atención gracias a la morriña que nos producen sus títulos: Nice move.

Ni no Kuni, La Ira de la Bruja Blanca.
La cosa se plantea simple pues, un niño viaja a un mundo maravilloso donde está el malo de turno, así que hace un montón de amigos para salvar a la gente del villano y recuperar a su madre. El planteamiento es sencillo y cualquier podría pensar que no se han partido mucho el coco, pero conforme uno va jugando se da cuenta de que ha cometido algunos errores al hacer una estimación similar.

Ni no Kuni nos mete en un cuento infantil, una aventura inolvidable con un enfoque para todos los públicos con personajes carismáticos y grandes lecciones sobre el amor, la amistad y todos esos valores que las películas de animación han ido abandonando poco a poco. Pero no se trata solo de esto. Conforme avanza el juego, su protagonista Oliver va madurando, conoce gente nueva, toma responsabilidades y poco a poco su periplo lo lleva de niño asustadizo a héroe, pasando por una serie de sorpresas y giros argumentales que uno no espera. Pero ojo, el ambiente nunca cesa. Esto es una historia Ghibli, una historia dirigida a los más pequeños que aun así entusiasma a los adultos; por que amigos, infantil no significa ni simple, ni estúpido.
Y es que Ni no Kuni, tiene en su historia ese toque mágico y adorable que tienen todas las historias Ghibli, ese nosequé que hace que adores cada momento, cada gesto y cada frase. Una experiencia como difícil de olvidar, y que te hace recuperar la fe en aquellos RPG que dabas por muertos.

La magia en tus manos: La jugabilidad.
Ni no Kuni, La Ira de la Bruja Blanca.
Como ya he comentado, Ni no Kuni es un RPG japonés de los de toda la vida. Tienes tus personajes principales, tu equipo, tus posadas donde pasar la noche, tus magias, tus pxs y tus combates por turnos.
Como, ¿combates por turnos? Ahora es cuando llegan todos esos frikis del Call of Duty y el Forza Motosport y dejan de leer. Bueno, me extrañaría que hubieran llegado hasta aquí, la verdad, ¡pero todo un placer! ¡Bon Voyage!
Sí amigos, RPG por turnos, como aquellos de los noventa. ¿Significa eso que es aburrido? NO.
La respuesta es NO.

Ni no Kuni, La Ira de la Bruja Blanca.
En un mundo en el que cualquier juego, da igual el genero, se convierte en un shooter, esto es un soplo de aire fresco a nuestra biblioteca videojueguil. La dinámica de Ni no Kuni nos presenta esos mapas con malos que te atacan antes de pasar al combate por turnos de toda la vida, donde puedes controlar hasta tres personajes, los cuales además de a ellos mismos, pueden controlar a tres únimos.
Resumiendolo rápido, los únimos son los pokemon de este juego; hay montones, tienes que cazarlos, cada uno tiene sus habilidades, su equipo, sus pxs y hay que alimentarlos para que evolucionen.
Así pues, debes utilizar tus habilidades combinando todo esto para vencer los combates que se te planteen, con tus únimos y tus magias a base de una serie de comandos más sencilla que exprimir limones.

Ni no Kuni, La Ira de la Bruja Blanca.
A base de estos mamporros nos abrimos paso a través de una historia principal enternecedora repleta de cinemáticas, dungeons y misiones de todo tipo, que nos llevan desde combatir piratas a volar a lomos de un dragón, o viajar ocasionalmente de regreso al mundo de Oliver para solucionar los problemas de la gente de Motorville, su pueblo natal.

¿El punto flojo de esto? La historia principal nos dura entre 30 y 40 horas, lo cual para un RPG japonés clásico no es demasiado. Esto, sin embargo, se ve solucionado con montones y montones de misiones secundarias que nos permiten conocer el mundo de Ni no Kuni de cabo a rabo, y una de trofeos que no te los acabas (he terminado el juego con solo un 25%). Eso significa que la duración del juego podría doblarse o triplicarse, dependiendo de lo que te guste. Yo ya llevo más de 60 horas, ahí queda eso.

Los detalles: gráficos y banda sonora.
Ni no Kuni, La Ira de la Bruja Blanca.
Llegados a este punto, la calidad de un juego como Ni no Kuni no necesita unos grandes gráficos para ser un juego memorable. Y seamos sinceros, tampoco son un aspecto a remarcar. Aunque las cinemáticas de Ghibli derrochan calidad por los cuatro costados, Ni no Kuni presenta unos gráficos resultones, ampliamente superados por otros videojuegos que simulan anime con su Cel Shading. Sin embargo, no resultan decepcionantes; simplemente son sencillos, dando el aspecto adorable que necesita sin grandes pretensiones. Por desgracia, esto lleva a que a veces los dialogos no encajan con las bocas de los personajes (incluso en japonés) y a pequeños aspectos similares que, a pesar de todo, te dejan un mal regusto y la sensación de que este aspecto podría haber brillado mucho más con un motor gráfico un pelín mejor implementado.

Ni no Kuni, La Ira de la Bruja Blanca.
Por otro lado, tenemos la banda sonora. El renombrado compositor Joe Hisaishi 久石 譲 aporta un grano de arena aquí que eleva Ni no Kuni al grado de obra maestra, con una de las bandas sonoras de videojuego más preciosas que he oído en mucho tiempo, y que aumentan aun más el encanto que rodea a semejante título.

Conclusión.
La suma de todos los factores de Ni no Kuni crean un juego inolvidable al que no es en absoluto difícil cogerle cariño, transportándote a un cuento al que ineludiblemente quieres jugar.
Esto es así.
Si no te gusta Ni no Kuni, no tienes alma.