TV Series: A Game of Thrones 3x07 - The Bear and the Maiden Fair (review).

¡Hoi Hoi!
Las reviews Akiberas han vuelto, ¡en forma de chapas!

Venga, va. Ahora en serio, o algo.
Llevaba unas semanas sin ponerme al día con las series así que tenía capítulos acumulados. He decidido empezar por la única a la que no le ha llegado la season finale. Aún.

Así pues, ratón en mano y altavoces a altas frecuencias, he disfrutado una vez más de la magnífica cabecera de A Game Of Thrones. No me canso de verla. Además, como la muy... dragona de Daenerys no deja de moverse, pues va cambiando con los capítulos.
A partir de aquí, me gusta recordar que hay spoilers.



Bien, la cosa es que tenía un poco de miedo con este capítulo. En realidad, con la temporada en sí. Me está gustando demasiado como para que vengan ahora a estropearla y, en el 3x07, podrían haberlo hecho estrepitosamente. Que sí, que hay cosas que el más puritano westero no puede tolerar, pero reconozcámoslo: está quedando bien.

Tras una oración al Dios Rojo, comienza el capítulo allá por las tierras frías del norte, con nuestros queridos salvajes intentando llegar al Castillo Negro tras haber escalado El Muro. He de decir que nunca he sentido demasiado aprecio por este pueblo sin disciplina. Salvo Mance, Tormund y alguno que otro más, el resto me aburren. En especial (y aquí es donde me juego el pescuezo) Ygritte. Ella, en la saga de libros, me resulta aburrida hasta decir BASTA.
Sin embargo, Rose Leslie está haciendo que la coja cariño y todo.

No obstante, tampoco la puedo aguantar mucho sabiendo que hay personajes molones como Robb por ahí sueltos, de camino a Los Gemelos, donde su tío Edmure (tan lerdo como en los libros) contraerá matrimonio con una Frey.
Con ellos nos lleva la historia y, como Sir Brinden Tully está con ellos, Lady Catelyn y su hermanito hablan lo justo. ¡Gracias a los Siete!

En la tienda del Rey en el Norte tenemos una escena de quejidos y gemidos, bastante discreta esta última para lo que nos tiene acostumbrados la HBO. Parece que se estén conteniendo puesto, que yo recuerde, a penas hemos visto tetas, culos y penes colganderos en esta temporada. Lo último escasea especialmente, por cierto.
Mientras Robb contonea su rasurado trasero, una piensa en qué fue Jeyne Westerling y en qué poco sentido tiene que canten Las Lluvias de Castamere. Pero la flamante esposa volantina del Rey en el Norte tampoco está tan mal. Me gusta más ahora, en esta temporada, que ya la tengo asumida.

Tras una magistral clase sobre sexo salvaje sin salvajismo de Tormund Matagigantes, nos vamos al sur, a Desembarco del Rey. Allí, mi personaje favorito (en serio, esta vez no va con ironía) charla y se lamenta a una renovada Maergary Tyrrell. Yo no sé qué se fumaron en la anterior temporada para mostrar tan abiertamente que es una bastarda retorcida porque ni en los libros queda claro.
Pero eh, lo han arreglado. ¡Y muy bien! Me he frotado las manos con la conversación y las insinuaciones de la futura Reina de los Siete Reinos.

Y después llegó Tywin.


Simplemente por esta escena ya me ha merecido la pena ponerme al día con la serie. Me gusta la charla que mantiene el abuelo con el nieto, demostrándole que la Mano del Rey gobierna mientras el Rey sólo luce palmito. Me encanta cómo menosprecia a ese Rey de gustos monstruosos y valentía cuestionable. Ver a Joffrey achicándose en el Trono de Hierro no tiene precio.

Más cosas, más cosas.
Como hemos viajado poco, ahora cogemos un barco y nos quedamos a las puertas de la Ciudad Amarilla, Yunkai, con nosécuántos miles de Inmaculados que siguen libremente a la Reina Dragón. Por cierto, ella, al igual que Ygritte, me está gustando más en la serie que en los libros.
Aquí es mucho más reina y cuando habla alto valyrio con su voz imperiosa, hace que a Una le dé un jamacuco. Aunque su lucha por la esclavitud me aburre profundamente, reconozco que la están mejorando.

Sin embargo, cuando nos desplazamos al otro lado del Mar Angosto, no espero las escenas de Dany, si no las de Ser Jorah y Ser Barristan. Dioses, ¿soy la única que ansía que ocurra lo que se han pasado por el arco del triunfo?
Y los dragones. A esos los esperamos todos.

De vuelta a Desembarco del Rey, vuelven los celos y las cagadas varias, como comernos a un bastardo del Rey Robert para darle protagonismo a otro. Que Gendry está muy, pero que muy bien en todos los sentidos, pero estoy un poco hasta las narices de que se inventen su destino y tal. Me parece innecesaria.

Algo no tan innecesario es que Arya tenga una nueva pataleta de niña killer que la hace terminar huyendo de sus "salvadores". Es un buen punto de unión, ya que queda cerca de Harrenhal, donde Brienne se ve tan rarísima con ese vestido y Jaime tan estúpidamente sexy con tantas cicatrices y una muñón.
Ellos dos son una pareja que me gusta. Y hablo de pareja como compañeros, amigos, aliados.. como más os guste. No hablo de ellos con tintes románticos, ni siquiera sexuales. Me gusta como se compenetran e influyen el uno sobre el otro.

Hablando de penetraciones, llega un poquito de fanservice de mano de nuestro amigo Theon, a quien le han adelantado las escenas que nos muestran... así como dos temporadas.


Como lectora, me siento estafada. Me he pasado años y años sin saber del pobre Greyjoy. AÑOS para que Martin terminase el dichoso Danza de Dragones. Y ahora se lo sirve en bandeja a aquellos que sólo véis la serie.
No tengo nada en contra vuestra, y por eso no desvelaré quién es el dulce torturador (por si alguien aún no lo sabe). Pero si tuviese a Martin delante, me gustaría estrujarle los huevos de dragón.

En cualquier caso, el captor, por llamarlo de alguna manera, me ha sorprendido muy gratamente y, a pesar de que las escenas con él son harto desagradables, siempre estoy esperando a que salga. Y ojo, odio al personaje, pero su interpretación me fascina.

Seguimos un poco más arriba y nos vamos de vuelta con los salvajes y sus lecciones. Ahora aprenderemos en qué se diferencian las mujeres de un lado y otro de El Muro. También, por si alguien aún no lo sabía, nos enseñan como dos tetas tiran más que dos carretas, a cargo de Jon Nieve.
Cerca suyo, escena de relleno, para que no nos olvidemos de Bran sigue "andando" por ahí. Je, no he podido evitarlo.

Cuando apunto he estado de gritar "¡Me abuuuuroooo!" ha ocurrido. Ha llegado el final que da nombre al capítulo. Jaime ha sacado su valor para echarle una mano (dios, es tan fáaaciiil) a una Brienne en apuros.


Y es que Vargo Hoat (a.k.a. Locke en la serie), la Cabra para los amigos, ha decidido hacer real la canción de "El oso y la doncella".
Quizás no lo recuerde bien, pero la escena me parece prácticamente calcada del libro. Temía que la adaptación desvirtuase la grandiosidad de esta parte, ¡pero no! ¡Lo han hecho bien! Qué demonios... ¡lo han clavado!
El rugido del león, el orgullo de la guerrera y la danza del oso... ¡buah! ¡los pelos como escarpias!

Una vez me dijeron que lo importante de un viaje no es cómo empieza, si no cómo termina. Creo que eso mismo se puede aplicar al capítulo, incluso a una temporada completa de una serie.
En A Game of Thrones están llevándolo a su máxima expresión en sus últimos capítulos: un inicio bien, a veces soso; pero un final espectacular.

Probablemente no estéis de acuerdo conmigo, no del todo al menos, pero es así como lo veo. Veo finales como éste, o el anterior, y me estremezco pensando en cómo ocurrirá el final del 2x09.
Porque la sagrada ley de la hospitalidad será quebrantada, ríos de sangre correrán entre las piedras y la trucha acabará ahogada.

Y después de un nuevo tocho tochísimo... os dejo otro dummy, que se que os gustan.


Nos vemos en la siguiente review. Abayo!