Cómic: MUD MAN de Paul Grist (review).

Como guinda final para nuestro especial del 31º Salón del Cómic de Barcelona os traemos esta reseña de MUD MAN de Paul Grist (que visitó el evento), una de las novedades que Aleta Ediciones ha traído al evento junto al artbook de Ariel Olivetti y el tercer número de Brit de Robert Kirkman.

Pero centrémonos en lo que nos trae hasta aquí; Mudman de Paul Grist es la historia de Craig Owen, un nuevo superhéroe que coge tópicos de aquí y allá del mundillo para mezclarlos y ofrecernos un poco de frescura a un ámbito que empieza a estar demasiado trillado.

Craig Owen es un adolescente normal, deprimido por el verano que termina y el inicio del nuevo curso escolar. La última noche antes del inicio de clases, Owen descubre que la espeluznante casa de la colina es más de lo que parecía ser, convirtiéndose tras una serie de inesperados acontecimientos en Mud Man, un héroe con unos poderes que a priori no parecen muy poderosos y con los que no tiene ni idea de que hacer.


Con esta pequeña sinopsis os introducimos a una historia que a priori solo parece más de lo mismo, una mezcla de Spider-man y Clayface con Invencible; pero por suerte Mudman está más allá de esto. Paul Grist realiza un claro homenaje a las colecciones de superhéroes de toda la vida, pero sin caer en el vicio de la mera imitación y repitiendo una formula que llevo al éxito a Spider-man en su momento.

La historia como ya leíamos más arriba nos presenta a Owen como el típico adolescente mediocre que termina adquiriendo poderes: un chaval incapaz de relacionarse con la chica nueva de la escuela (la Mary Jane de nuestra historia), que recibe de los abusones (el flash Thompson de nuestra historia), y su inseparable amigo Jack Newton, que sabe como sacarle de los problemas gordos (Harry Osborn/Jimmy Olsen y similares). Un chaval que, cuando de repente se encuentra en posesión de poderes superhumanos no sabe que diantres hacer con ellos y solo la lía parda.

¿Cómo logra el autor alejarnos de los tópicos que ya nos tienen intoxicados? Su formula es simple: La historia aunque recurriendo a los detalles de siempre es animada y divertida, con una narración directa adornada de diálogos cotidianos que definen a unos personajes sólidos sin saturarnos de secundarios; Mudman nos presenta desde el principio únicamente a Owen y su amigo Newton, introduciendo poco a poco a secundarios de menor peso.

Ni siquiera los villanos que encontramos en este principio son algo ostentoso y complicado; desde unos ladrones de poca monta con una estupidez y simplicidad que nos recuerdan a los malos de cómic de los 80 hasta el primer super villano, que surge y desaparece con una sencillez que aligera el peso de la historia y la vez la dota de un toque de misterio que nos hace plantearnos que demonios ha pasado antes de que comenzaran las aventuras de Owen.

¿Y qué hay del dibujo? Paul Grist se encarga tanto del guión como del arte de su obra, y esto solo hace que ambos se combinen en buena armonía para lograr que la historia se muestre como algo ligero de leer, alejándose del clásico sistema de viñetas al que estamos acostumbrados en los cómics de superhéroes, para acercarse más a un estilo que nos recuerda a Mike Mignola.

Su dibujo es sencillo y de trazo grueso, pero no por ello deja de estar cargado de detalles y expresividad, una vez más creando ese ambiente de frescura y encanto que transmite todo el volumen. Y es que no pude evitar que me arrancase una sonrisa cuando Owen se imagina abriendo su sudadera de Superman para mostrar bajo ellas su propio uniforme de superhéroe.

Conclusión.
El primer volumen de Mudman es el inicio de una historia sencilla y divertida que gustará a los lectores de cómic de superhéroes, y que por otro lado es una perfecta introducción a todos aquellos profanos al genero. Sin altas pretensiones pero con lo necesario como para despertar nuestro interés en la historia de Owen Mudman vol.1 nos trae los cinco primeros números de la serie regular de Paul Grist en 144 páginas a todo color en rústica por 13,95 €, y creedme, su contenido los vale.