Este fin de semana pasado pude ver Bunraku (2010), una película de Guy Moshe protagonizada por Josh Hartnett y el cantante japonés Gackt, acompañados por un elenco de actores que incluyen a Woody Harrelson, Ron Perlman y Demi Moore.
Ciertamente en su momento me hizo ilusión la película por la participación de Gackt (lo cual despertaba mi curiosidad), pero nunca fui a verla al cine por que tal y como auguraban todas las críticas iba a ser un bodrio repleto de absurdez que con suerte sería una copia mala de Sin City. Aquí, el trailer para que os hagáis una idea.
Sin embargo y para mi sorpresa, la película no era tan mala. “Bunraku” combina el cómic con el spaghetti western, las películas de samuráis, los videojuegos y mucho más en un futuro alternativo, un mundo sin armas de fuego en el que un misterioso viajero llega a una extraña ciudad en la que sus habitantes viven aterrorizados por el despiadado Nicola y su ejército de matones, encabezados por nueve asesinos mortales entre los que destaca el cruel asesino No. 2. El viajero se ve forzado a confiar en un joven samurái, que busca restablecer el honor de su familia, y en el dueño del bar de la ciudad, que ha estado esperando reunir a un equipo para acabar con Nicola.
La historia no es que de para mucho, la verdad. En su lugar, la película se presenta más como un atractivo musical de decorados de papel maché y coreografías de combate sincronizadas con música sacada de los años 20. Los actores están al nivel en personajes exagerados y sobreinterpretados sacados de un kabuki moderno, que le dan un poco más a esa mezcla.
Bunraku no es la película de vuestra vida, eso seguro. Ni siquiera es una película buena, pero a todos los fans de los cómics y de películas como Sin City o Dick Tracy les alegrará la tarde. A mi me ha gustado, sin pretensiones, pero me ha gustado.
La historia no es que de para mucho, la verdad. En su lugar, la película se presenta más como un atractivo musical de decorados de papel maché y coreografías de combate sincronizadas con música sacada de los años 20. Los actores están al nivel en personajes exagerados y sobreinterpretados sacados de un kabuki moderno, que le dan un poco más a esa mezcla.
Desde luego a los que quieran ver un peliculón ya pueden ir pasando de ver Bunraku, pero sin embargo la película se presenta como un film entretenido repleto de sobradas sacadas de un Pulp Fiction mezclado con un manga.
